De acuerdo a una reñida votación en el Senado de la República Harald Beyer, profesional de excelencia según sus amigos y aduladores, concluyó su misión a cargo del Ministerio de Educación (Mineduc).
Cayó en desgracia porque no se atrevió o no pudo, por imposición del
Palacio de La Moneda, a combatir el lucro ilegal que desde hace años
obtienen algunos con la explotación de las universidades privadas
constituidas falsamente como fundaciones y corporaciones de derecho
privado sin fines de lucro (sic).
Nos llamó la atención el excesivo dramatismo que le ha dado el
gobierno a este episodio : una impetuosa ministra rubia las emprendió en
contra de una pre candidata presidencial y otra locuaz ministra de tez
oscura, quien no se despegaba del acusado, se puso a llorar como una
desconsolada magdalena.
Recordemos que estas universidades, personas jurídicas, solo se
registraban en ese ministerio para que sus hábiles organizadores y
controladores, con reclutados profesores-taxis, iniciaran sus
actividades con coloridos avisos en la prensa para captar sus
clientes-alumnos, los mismos que si después de un tiempo llegaban a
cifras muy altas, eran transados en el mercado por suculentos montos en
dólares. Los adquirentes de este interesante e imaginativo negocio, que
cuenta con innumerables subsidios del Estado, han sido empresas
norteamericanas que se sienten muy atraídas por la seriedad de nuestras
instituciones públicas. Como vemos, el Mineduc a esas universidades no
las autorizaba después de un exhaustivo análisis para medir la calidad y
competencia de cada proyecto.
En razón a que era muy evidente la trampa que se estaba cometiendo,
el 13 de julio de 2012 le pedimos a Beyer, conforme a la Ley Nº 20.285,
de Transparencia, que nos entregara un listado con el nombre de fantasía
y RUT de todas esas universidades con indicación de la fecha del
respectivo registro en su ministerio. Asimismo le solicitamos que nos
suministrara la nómina de las personas jurídicas y naturales que habían
suscrito la escritura pública de las mismas, con los cambios posteriores
hasta llegar a la actualidad y otros datos necesarios para sacar
conclusiones fehacientes en cuanto a quienes son los que han estado
usufructuando con este bien concebido ardid.
Copia de esa comunicación se le entregó al fiscal nacional Sabas
Chahúan para que iniciara la investigación penal de rigor, ello porque
en esa fecha ya se conocía la grave denuncia del ex diputado Raúl
Urrutia respecto de que acontecido en la Universidad del Mar, cuyos
dueños mantenían una amistosa relación comercial con un bondadoso
miembro de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). Beyer no
respondió, lo hizo una funcionaria quien el 3 de septiembre de 2012 nos
manifestó que esa documentación no estaba disponible en el ministerio y
que confeccionarla “implicaría distraer al personal del desempeño
regular de sus labores habituales” (sic).
Ante este tipo de respuesta quedaban dos opciones : 1) el Mineduc es
un organismo en donde reina el desorden más impresionante, 2) la
autoridad superior del servicio consideró delicado que se conocieran
todos los nombres de las sociedades espejo que obtenían ganancias mal
habidas. Ante esta disyuntiva, nos inclinamos por la opción 1).
El viernes 19 de abril pasado nos dirigimos por escrito a Fernando
Rojas, en su calidad de ministro interino, con el propósito de que
respondiera en debida forma la solicitud de información pública que
Beyer, nueves meses atrás, aducía no tener. Asimismo lo exhortamos para
que, como nueva y transitoria autoridad competente, iniciara la
fiscalización en todas las universidades privadas que sirven de chasis
jurídico para que sus dueños lucren a destajo.
Aquellos que gobiernan en la actualidad, acérrimos promotores de la
libertad para emprender, pregonan que se debe respetar el Estado de
Derecho, pero miran para el lado amparando esta artimaña. Ellos están en
contra de la gratuidad total en la educación, bandera de lucha de los
movimientos estudiantiles, pero no han adoptado ninguna iniciativa para
regularizar el sector de la enseñanza superior.
Podemos estar a favor o en contra del lucro en estas actividades de
enseñanza, pero mientras no se modifique la legislación se debe exigir
el cumplimiento del marco regulatorio porque el escenario actual es
indigno de un país miembro de la OCDE. Fernando Rojas, quien ha sido
Sub-Secretario de los tres ministros de Sebastián Piñera, sabe muy bien
de lo que estamos hablando y por ello esperamos que le informe en
detalle a la nueva ministra Carolina Schmidt en orden a que el deber de
ella es ordenar la casa para sincerar esta delicada materia.
Es más, en razón a que el gobierno sostiene que el lucro es necesario
para desarrollar en mejor forma esta importante actividad, la
obligación de la nueva ministra es preparar a la brevedad un proyecto de
ley en este sentido, con lo cual podrían coexistir en el país las
universidades públicas y privadas del CRUCH, las privadas corporaciones
efectivamente sin fines de lucro y las sociedades empresariales, es
decir, con fines de lucro. Claro que estas últimas, que serán las menos,
por estar orientadas a la privilegiada élite, no podrán tener ninguna
ayuda del Estado y la calidad de la enseñanza impartida por todas ellas
deberá ser fiscalizada por un Ministerio de Educación que asuma con
seriedad su rol.
Carolina Schmidt, mujer muy bien evaluada en las encuestas, tiene la
palabra y esperamos que ella apegándose a la necesaria probidad que
deben tener los funcionarios públicos, haga lo que no hicieron sus
antecesores.
Fundación “Defendamos la Ciudad”
Vía:
http://www.elciudadano.cl/2013/04/25/67038/que-sucedera-con-el-lucro-ahora-que-beyer-no-esta/
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