Francisco Olaso
BUENOS AIRES (apro).- El domingo 22 de septiembre de 2009, a las
20.08 horas, sonó el teléfono en la casa de Sergio Burstein
–representante de los familiares de las víctimas del atentado terrorista
contra la Asociación Mutual Israelita Argentina–, localizada en Buenos
Aires.
El 18 de julio de 1994, la sede de la AMIA en la capital
argentina fue volada por un coche bomba o una carga de explosivos. La
mujer de Sergio Burstein, Rita, es una de las 85 víctimas mortales que
dejó el ataque. Desde 2006, el gobierno argentino responsabilizó a la
embajada iraní. Otras pistas han involucrado a Siria y también a grupos
de la Policía Bonaerense.
El 25 de agosto de 2009 –semanas antes
de la llamada telefónica a casa de Sergio Burstein, de 60 años de edad–
el excomisario Jorge Fino Palacios renunció a su cargo como primer jefe
de la Policía Metropolitana.
Palacios había sido designado por el
alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, para organizar y dirigir la
fuerza policial de la ciudad, que estaba próxima a entrar en funciones.
Macri
mantenía con su “policía preferido” un vínculo profesional de muchos
años y defendió su continuidad en el cargo, pese a las causas judiciales
que pesaban en su contra.
Palacios era señalado por las
agrupaciones de derechos humanos, ya que participó en la brutal
represión contra manifestantes durante los peores días de la crisis de
2001. Tres años después, en 2004, la Policía Federal lo sacó de sus
filas por supuestos vínculos con un secuestrador extorsivo, sin embargo
la justicia lo absolvió.
Para los familiares de las víctimas de la
AMIA, liderados por Sergio Burstein, el hecho de que Palacios condujera
la Policía Metropolitana era “una burla a los muertos”.
El
preferido de Macri coordinó las pesquisas de la investigación del
atentado terrorista contra la mutual judía en 1994, pero la justicia
federal lo investigaba por considerar que había adulterado pruebas y
oficiado como encubridor.
***
–“¿Si?” –atendió el teléfono
Romina Burstein, psicóloga de 35 años. Su padre, Sergio Burstein, no se
encontraba en casa en ese momento.
–“El teléfono de tu viejo, que termina en 3107, lo tiene pinchado el Fino Palacios” –le dijo una voz anónima.
Al
enterarse de la llamada, Sergio Burstein pensó que se trataba de una
amenaza y se presentó ante la justicia. Allí se confirmó que su teléfono
estaba intervenido legalmente. La orden provenía del Juzgado de
Instrucción Nº 1 de Posadas –capital de la provincia de Misiones,
situada a mil 200 kilómetros de Buenos Aires–, a cargo de Horacio
Gallardo.
El expediente judicial vinculaba el número telefónico de
Sergio Burstein con una banda de piratas del asfalto, como se denomina
aquí a los asaltantes de camiones de transporte. El juez Gallardo había
ordenado las escuchas a la Secretaría de Inteligencia, pero las cintas
que contienen las conversaciones telefónicas de Sergio Burstein nunca
engrosaron el expediente que supuestamente las había motivado, pues eran
retiradas de la Secretaría de Inteligencia por el policía Ciro James,
hombre de confianza del excomisario Palacios.
Sergio Burstein no
tenía vinculación alguna con el delito que se investigaba en Misiones.
Su número de teléfono se había agregado de manera intencional al
expediente, a través de una denuncia falsa presentada por el propio Ciro
James.
Espiaban a Burstein para detectar sus eventuales diálogos
con el juez o el fiscal de la causa AMIA, por la que Palacios finalmente
fue procesado en octubre de 2009.
Cuñados
La llamada
telefónica a casa de Sergio Burstein motivó la apertura de una causa
judicial por escuchas ilegales. El juez federal Norberto Oyarbide
comprobó que la misma metodología se utilizaba para espiar a políticos y
sindicalistas opositores a Mauricio Macri, y también a abogados y
empresarios.
Dos jueces de la provincia de Misiones, Horacio
Gallardo y Luis Rey, se prestaban para el fraguado de los expedientes, y
la Secretaría de Inteligencia intervenía las líneas telefónicas. Ciro
James retiraba más tarde las grabaciones y reportaba ante Palacios.
Policía
y abogado, experto en inteligencia, Ciro James gozaba del apoyo del
gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Había sido contratado por el
ministerio de Educación porteño, a cargo de Mariano Narodowski, para
tareas de “asesoramiento” que nunca realizó y para las que no contaba
con ningún antecedente.
El fiel de la balanza terminó de
inclinarse contra Mauricio Macri cuando se comprobó que en la lista de
los espiados estaba su cuñado Néstor Leonardo. Casado con Sandra Macri,
una de las dos hermanas del alcalde, Leonardo era y es muy criticado por
la familia de su esposa, sobre todo por el patriarca, Franco Macri, uno
de los empresarios más poderosos de Argentina.
El 24 de agosto,
el fiscal Jorge Di Lello pidió la elevación a juicio del expediente y
fijó los hechos por los que Mauricio Macri tendrá que responder ante el
tribunal. De ser hallado culpable, el alcalde de Buenos Aires y
principal candidato de la oposición para las elecciones presidenciales
de 2015 enfrentará penas de tres a 10 años de prisión.
“El juez
Oyarbide responde al kirchnerismo absolutamente”, dijo Macri cuando en
mayo de este año el magistrado cerró la etapa de instrucción (La Nación
16.5.2012). “Lamento que la presidenta piense que esta es la forma de
manejarse con la oposición”, agregó.
Macri es fundador y líder del
Partido Propuesta Republicana, mejor conocido como el PRO. El alcalde
hace responsable a Cristina Kirchner por la causa judicial en su contra.
Recusó sin éxito al juez, a quien ya había criticado duramente por
haber cerrado una causa que investigaba el supuesto enriquecimiento
ilícito de la presidenta Fernández y Néstor Kirchner, cuya fortuna
personal creció 158% entre 2008 y 2009.
Igualmente, Macri se manifestó confiado de que el juicio oral y público lo declare inocente.
“El
escándalo de escuchas ilegales le quita mucha legitimidad al discurso
del PRO, que está basado en la calidad institucional, la transparencia
política, el respeto a la separación de poderes, para contraponerse al
kirchnerismo”, dice a Proceso Sebastián Etchemendy, director de la
maestría en Ciencia Política de la Universidad Torcuato di Tella en
Buenos Aires.
Asociación ilícita
Los delitos que se le
adjudican a Mauricio Macri son cuatro: asociación ilícita, abuso de
autoridad, falsedad de documento público e intercepción de llamadas
telefónicas a su cuñado.
Para el fiscal Jorge Di Lello, el jefe de
gobierno porteño tuvo un “rol cardinal” y una intervención
“determinante” en esta asociación ilícita dedicada al espionaje. Así lo
dijo el 24 de agosto, cuando pidió la elevación a juicio oral del
expediente. A su entender, quedó demostrado que Macri “conoció y prestó
su conformidad para instalar en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires
un aparato de inteligencia prohibido, del cual se habría servido”.
Los
miembros restantes de la asociación ilícita son –de acuerdo con el
fiscal Di Lello– el expolicía Jorge Palacios, el espía Ciro James, el
exministro de Educación Mariano Narodowski, dos jueces y cuatro policías
de la provincia de Misiones, quienes “actuaron de manera coordinada y
en virtud de un plan delictivo delineado, en el cual se generaron falsos
informes y falsos expedientes judiciales, concretándose sobre esa base
intervenciones de teléfonos ilegítimas”.
Macri conoce a Palacios desde hace más de dos décadas. Alguna vez llegó a definirlo como “el mejor policía del mundo”.
El
excomisario “es una de las pocas personas que cuenta con toda la
confianza de Mauricio Macri, ya que ayudó a la resolución de su
secuestro y fue una persona clave en la investigación del secuestro de
su hermana Florencia, cuando Mauricio era uno de los principales
empresarios del holding conducido por su padre”, dijo una fuente cercana
a su gobierno, citada por el diario Crítica (3.7.2009).
Mauricio
Macri proviene de una de las familias más ricas de Argentina. Su padre,
Franco Macri, nacido en Roma en 1930, quien arribó al país a los 18 años
de edad, lidera el poderoso Grupo Macri, con negocios en la
construcción, la industria automovilística, el correo, la recolección de
basura, la alimentación y la minería. El Clan Macri, como lo define la
prensa, tuvo que pagar rescates millonarios cuando Mauricio, en 1991, y
Florencia, en 2003, fueron víctimas de secuestros extorsivos.
Mauricio
Macri fue elegido como alcalde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
por abrumadora mayoría en 2007 y 2011. Su partido es de tendencia
liberal conservadora y firme opositor al gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner. Al igual que otros dirigentes argentinos, Macri se valió
del futbol para acceder al escenario mayor de la política.
Entre
1995 y 2007 fue presidente de Boca Juniors, el club de futbol más
popular de Argentina. Puso allí a Palacios como jefe de seguridad. Entre
los subordinados de Palacios en Boca aparece ya en ese entonces el
policía Ciro James.
Para la legisladora de la ciudad de Buenos
Aires, Gabriela Cerruti, del partido Nuevo Encuentro, opositor al
alcalde, el espía James “era parte de la fuerza de tareas que el líder
del PRO también usó en empresas familiares como Socma y Sideco”.
Discurso modernizador
Según
lo dispuesto por el fiscal Di Lello, durante el juicio oral, Palacios y
James tendrían que afrontar los mismos cargos que el alcalde, pero por
un número mayor de casos. Se los acusa de escuchar ilegalmente a Sergio
Burstein, al empresario de medios Carlos Ávila y a dos gerentes de un
hipermercado. Uno de ambos, Palacios o James, sería el jefe de la
asociación ilícita. Así lo señaló la Cámara Federal al ratificar el
procesamiento de los acusados. Palacios suma un segundo encausamiento
por espiar a legisladores y a un gremialista.
Al politólogo
Sebastián Etchemendy no le sorprende en absoluto que el gobierno de
Buenos Aires haya apelado a fuerzas policiales para hacer inteligencia
interna, algo que la ley prohíbe.
“El macrismo tiene un discurso
modernizador hacia fuera, pero también muchos elementos de la derecha
más tradicional y reaccionaria en Argentina”, sostiene.
El
pedagogo e investigador Mariano Narodowski, al frente de la cartera
educativa, era la cara progresista del gobierno porteño. La oscura
contratación del espía Ciro James en su ministerio le valió la renuncia,
en diciembre de 2009, y el pedido de elevación a juicio oral y público,
el 24 de agosto último.
“Simuló la contratación de Ciro James a
sabiendas de la condición del nombrado como agente de inteligencia”,
expresó en su requisitoria el fiscal Di Lello: “Le retribuyó por sus
servicios con fondos del gobierno de la ciudad y con el fin de lograr la
intromisión ilegítima del teléfono perteneciente a Leonardo, cuñado del
nombrado Macri.”
El exjuez de Posadas, Luis Rey, deberá afrontar
los cargos de asociación ilícita, violación de secreto y prevaricato. El
otro juez destituido, Horacio Gallardo, falleció durante la
investigación. Los comisarios Raúl Alberto Rojas, Rubén Quintana, David
Santiago Amaral y Antonio César Fernández deberán afrontar cargos por
abuso de autoridad, violación de sus deberes y falsedad ideológica de
documento público.
Mauricio Macri sostiene que el gobierno
nacional quiere minar en el plano judicial sus aspiraciones electorales
en 2015. El alcalde alega que la Policía Federal y la Secretaría de
Inteligencia –es decir, el gobierno nacional– dieron origen a la causa. Y
que Ciro James seguramente ya espiaba desde la época en que trabajó en
el área de Inteligencia de la Policía Federal. Estos argumentos no
invalidarían –para el juez Oyarbide– la responsabilidad en las escuchas
ilegales que le cabe al jefe de gobierno.
Internas familiares
El
tribunal oral que juzgará a Macri podría estar definido por sorteo
antes de fin de año. El juicio tendría lugar en el segundo semestre de
2013. El politólogo Sebastián Etchemendy supone que el poder judicial
actuará en función de las perspectivas de estabilidad futura del
gobierno: “Oyarbide es un juez que ha tenido respaldo del Consejo de la
Magistratura y ha avanzado con los elementos que hay contra el
macrismo”, dice. “Pero no olvidemos que acá la política judicial va de
la mano de la política general.”
Etchemendy recuerda que en
ciencia política hay muchos estudios que sostienen que los jueces se
mueven de acuerdo a la coyuntura política. “Si los jueces ven que el
poder político del kirchnerismo es estable, es una cosa”, apunta.
“Ahora,
si cambian los vientos políticos y ven que pueden llegar a perder el
respaldo en el Consejo de la Magistratura, no se van a jugar a condenar a
Macri.”
La causa empantana las relaciones dentro del clan Macri.
Cuando Mauricio fue procesado, su padre, Franco Macri, salió en defensa…
del gobierno. “Estoy seguro de que no es un proyecto del gobierno hacer
que Mauricio tenga problemas”, sostuvo el empresario.
Desde el
entorno del jefe de gobierno de la ciudad, el jefe de diputados de PRO,
Federico Pinedo, deslindó responsabilidades del jefe de gobierno.
Sostuvo que las escuchas contra Néstor Leonardo fueron en realidad
responsabilidad de Macri padre: “Está claro que Franco contrató a una
empresa de información para escuchar a su yerno” (Clarín, 19.7.2010).
El
patriarca Franco Macri no oculta su desdén por Néstor Leonardo. Cree
ver en este parapsicólogo y enfermero, de 51 años, a un cazafortunas.
Leonardo ha dicho que su suegro le preguntó más de una vez cuánto quiere
para divorciarse. Ha denunciado que fue herido de bala en una mano por
tres hombres que ingresaron en su domicilio. Su mujer, Sandra Macri,
tiene cáncer. Leonardo podría llegar a convertirse en heredero de una
fortuna millonaria.
El juicio oral no implica necesariamente el
fin de la carrera política de Mauricio Macri. “En una política tan
polarizada entre gobierno y oposición como es la argentina, con la
fortaleza electoral que tiene el macrismo en la capital, quizá podemos
relativizar cómo lo puede afectar en términos electorales y de índices
de popularidad”, dice el politólogo Sebastián Etchemendy.
“Lo que
justamente hace la polarización es manifestar apoyos directos más allá
de las coyunturas políticas. La gente que vota a Macri está con Macri
porque Macri está contra Cristina. Sobre todo en la clase media, donde
hay un sector muy antikirchnerista, yo creo que eso no lo va a afectar”,
concluye.
Vía,fuente:
http://www.proceso.com.mx/?p=320486