Otras son nuestras broncas
(AW) El jueves 13 de septiembre varios
miles de personas, en diversas plazas del país, hicieron sonar sus
cacerolas en contra del gobierno nacional. El epicentro de la protesta
estuvo en la Plaza de Mayo, donde pudieron verse nutridas columnas de
manifestantes, la mayoría provenientes de los barrios más acomodados de
la Ciudad de Buenos Aires. Desde la Coordinadora de Organizaciones y
Movimientos Populares de la Argentina (COMPA) expresamos nuestra
decidida voluntad de seguir avanzando en la gestación de una alternativa
política de los de abajo, que se proponga una profunda transformación
social basada en las experiencias de construcción de poder popular que
infinidad de organizaciones sociales y políticas de nueva izquierda,
vienen pariendo a lo largo y ancho de nuestro país. Un proyecto de país
que no encarna el oficialismo, y mucho menos la derecha.
A diferencia de las jornadas históricas del 2001, estuvieron ausentes
los actores políticos y sociales de clara extracción popular
(desocupados de las barriadas, motoqueros, trabajadores precarizados en
general, estudiantes, etc.). Si bien no hubo un reclamo unificador, y
cada cual salió en función de sus malestares, no todos ellos
estrictamente reaccionarios, la tónica fue impuesta por voces que se
ubicaron netamente a la derecha del propio gobierno.
No albergamos expectativa alguna de que movilizaciones que rechazan
la AUH [Asignación Universal por Hijo], piden la liberalización del
dólar o denuncian la supuesta "cubanización" de Argentina, puedan abrir
un escenario favorable para nuestro pueblo.
Efectivamente una parte sustancial de lo que se expresó en los
cacerolazos fueron sectores sociales que, pese a gozar de una desahogada
situación económica, tienen en Mauricio Macri a su "esperanza blanca"
presidencial para el 2015. Sin embargo, tampoco abonamos la lectura
férreamente oficialista según la cual las movilizaciones expresaron en
todos lados y de manera homogénea a sectores gorilas y hasta fascistas.
Seguramente sea necesario habilitar miradas más complejas.
Sin embargo, intentar comprender es una cosa, y apoyar es otra bien
distinta. Por esta razón rechazamos la actitud de referentes de la
oposición de centroizquierda que, de modo oportunista, se subieron al
carro de la protesta en el debate público, aportando así a la
construcción simbólica del adversario político que le viene como anillo
al dedo al kirchnerismo: una derecha recalcitrante que no logra
disimular sus añoranzas golpistas, con una agenda privatista,
conservadora y de abierta mano dura frente a la protesta social y la
problemática de la inseguridad.
La dirección de nuestras broncas
Las organizaciones populares sabemos que en estos días hay muchas
broncas. Bronca por los sueldos que no alcanzan. Bronca por el trabajo
precario. Bronca porque el gobierno te miente con las cifras del INDEC y
te dice que se puede comer con seis pesos. Bronca por el IVA que nos
hace pagar más a los que menos tenemos, y porque muchos trabajadores
tenemos que pagar impuesto a los sueldos cuando no se pagan las rentas
financieras y el sistema impositivo es regresivo. Bronca porque se
agrava el saqueo de nuestros bienes naturales, porque se fumiga a los
pueblos como pasó en Ituzaingó. Bronca porque nos hablan de soberanía y
se firman acuerdos con la Barrick Gold, con Chevron y hasta se propone
una ley de Semillas que, atentando contra la soberanía alimentaria,
obliga a los productores a pagar regalías extendidas a las
multinacionales Monsanto y Nidera.
Bronca porque se sigue viajando como ganado y miles de nuestras
familias no tienen acceso a una vivienda digna. Bronca porque se
aprueban leyes antiterroristas, se hacen convenios con militares yanquis
y se criminaliza la protesta social.
Nuestra bronca no es la misma de quienes critican al gobierno porque
hace acuerdos comerciales con Venezuela y Cuba, porque derogó las leyes
de Obediencia Debida y Punto Final, porque aprobó la Ley de Medios o
estatizó las AFJP [Administradoras de Fondos de Jubilaciones y
Pensiones]. No nos mezclamos con sus cacerolazos.
Por el contrario, desde la Coordinadora de Organizaciones y
Movimientos Populares de la Argentina (COMPA) expresamos nuestra
decidida voluntad de seguir avanzando en la gestación de una alternativa
política de los de abajo, que se proponga una profunda transformación
social basada en las experiencias de construcción de poder popular que
infinidad de organizaciones sociales y políticas de nueva izquierda,
vienen pariendo a lo largo y ancho de nuestro país. Un proyecto de país
que no encarna el oficialismo, y mucho menos "la derecha".
Nuestra bronca la dirigimos a reivindicar un nuevo proyecto de país
con Soberanía Popular. Nuestra bronca la vamos a transformar en esfuerzo
militante para hacer efectiva una Campaña Nacional por la Soberanía
Popular, en todo el país, intentando vincular luchas, demandas y
propuestas de nuestro pueblo.
Estuvimos y estamos en la calle desde hace años. Ahora es Cuando. Hay
que transformar la bronca en movilización popular, organizar la
esperanza, y darle una estrategia a nuestros sueños.
Coordinadora de Organizaciones y movimientos Populares de la Argentina
Vía:
http://www.agenciawalsh.org/aw/index.php?option=com_content&view=article&id=9294:del-cacerolazo-que-fue-y-del-que-vendra&catid=89:trabajadores&Itemid=127
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