Más de 70 mil de personas que se movilizaron para que las partidas de Educación alcancen el 3,5 por ciento del PBI chileno en el Presupuesto 2013 -que en horas comenzará a ser discutido en el Parlamento- fueron reprimidos por carabineros que, con tanques hidrantes y gases lacrimógenos, intentaron evitar que la marcha pasara por La Moneda. "Queremos que la educación vuelva a las manos del Estado y la respuesta hasta ahora del gobierno ha sido nula", sostuvo Benjamín Vera, dirigente del Instituto Nacional de Chile
Por su
parte, a través de su portavoz, Andrés Chadwick, el gobierno chieno dijo
que "evaluaremos esta situación en términos de establecer en el futuro
exigencias superiores en el otorgamiento de permisos estudiantiles que
derivan en actos de violencia".
Convocada por los estudiantes secundarios, la manifestación arrancó
desde la Universidad de Santiago, para avanzar por varias cuadras de la
céntrica avenida Alameda, y enfilar luego hacia el sur hasta llegar a la
calle Blanco Encalada. En la mitad del camino de la marcha, un grupo de
encapuchados se salió de la ruta autorizada y se enfrentó con palos y
piedras con la policía, que repelió.La marcha de este jueves es la sexta del año y sigue a la manifestación que se realizó el 28 de agosto pasado, que reunió a más de 50 mil personas en la capital del país y que, en su mayoría, culminó con represión policial.
Los estudiantes buscan presionar ahora por un incremento en el presupuesto para la educación en 2013 y el gobierno chileno tiene plazo hasta el 30 de septiembre para ingresarlo al Parlamento. Actualmente, la partida de educación representa, según la gestión de Sebastián Piñera, el mayor incremento y proporción de todo el presupuesto, a lo que se suman los 1 mil millones de dólares adicionales que se destinarán a educación a partir de un ajuste tributario promulgado este lunes.
Sin embargo, los estudiantes estiman que los recursos son aún insuficientes para responder a su demanda de una educación pública gratuita y de calidad, en un país que cuenta con uno de los sistemas educativos más desiguales del planeta, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
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