México, DF.
Los derechos laborales son “tierra de nadie” en el estado de Tlaxcala,
denuncia la abogada laboralista Patricia Juan Pineda. La declaratoria de
inexistencia de la huelga en la planta de calzado Sandak sienta un
precedente peligroso para el ejercicio del derecho de huelga de todos
los obreros mexicanos.
Las
autoridades laborales, en abierta connivencia con los empresarios que
deseaban cerrar la planta para abaratar costos, permitieron un cierre
patronal ilegal y luego alegaron que no se podía estallar una huelga en
un lugar que ya estaba cerrado.
El abogado Arturo Alcalde escribió a mediados de agosto en el periódico La Jornada
que “la empresa llantera Euzkadi, en el Salto, Jalisco, hace 10 años
quiso utilizar la misma estrategia, pero finalmente fracasó cuando el
Poder Judicial federal dejó en claro que la huelga es un medio legal de
defensa constitucional, que su ejercicio es a futuro, que su legalidad
no puede ser afectada por una suspensión previa imputable a la empresa y
que nadie puede beneficiarse de una conducta ilegal”.
Pese a este
precedente, la planta de Sandak sigue cerrada y los trabajadores se
mantienen en resistencia en espera de que les devuelvan su trabajo.
Abaratar “costos”
Sandak es
una filial de la zapatera más grande del mundo, Bata Internacional. En
2011 empleaba a 258 trabajadores. Hoy, después de un año de conflicto,
quedan 116 trabajadores en pie, casi todas son mujeres cabezas de
familia.
Desde un
año antes del cierre patronal, el 18 de julio de 2011, la empresa había
ido sacando de la planta maquinaria y ramas enteras de la producción;
esas partes del proceso productivo –sobre todo el empacado y la costura-
las trasladaban a maquilas o a trabajo a domicilio. Con esto, muchos
pueblos de los alrededores “se han vuelto maquileros”, relata Patricia
Juan. “Hay un montón de niños que trabajan en sus casas empacando”. A
los obreros les preocupaba el fenómeno, no solamente porque les quitaba
materia de trabajo, sino porque le dejan ese futuro a sus hijos.
Sandak
intentó convencer a los obreros de trabajar a domicilio. El objetivo
parece ser, simplemente, abaratar los costos de producción llevándola a
domicilio porque así dejan de pagar gastos como seguro social y
prestaciones. “La empresa nunca ha reportado pérdidas ni que esté en
quiebra”, explica la abogada laboralista. “Si hubiera tenido un problema
económico debió haber seguido el procedimiento que dice la ley, pero no
lo hizo. Incluso había programas de productividad y se estaban elevando
los niveles de producción, pero alegaba que la competencia en el sector
estaba muy complicada”.
De acuerdo
con Alcalde, “la empresa no puede alegar el costo de salarios altos, ya
que únicamente paga a la mayoría de los trabajadores 111 pesos diarios,
pero con la maquila puede reducir los costos en más de 40 por ciento”.
La huelga al revés
Fue así que
los trabajadores encontraron la planta cerrada el 18 de julio de 2011.
Los obreros, agrupados en el Sindicato Único de Trabajadores de Calzado
Sandak, estallaron la huelga para recuperar su fuente de trabajo.
“Cuando presentan el primer emplazamiento en julio de 2011, la Junta
Local de Conciliación y Arbitraje lo rechazó (tres veces) alegando que
el sindicato no tenía toma de nota”, recuerda la abogada. “Entonces
emplazaron con la toma de nota pasada, cumplieron con los requisitos,
pero aún así no se los admitían. Tuvieron que ir a hacer un mitin a la
Junta para que les aceptaran el emplazamiento; fue hasta entonces que
los aceptaron”.
Después del
emplazamiento, la Junta dijo que no se podían suspender labores en un
centro que ya estaba cerrado. Para Patricia Juan, “ese argumento está
superado, ya lo discutió la Suprema Corte y las autoridades del poder
judicial, y no es válido porque no está previsto en la ley”. El
sindicato pidió un amparo, y la empresa fue a recurso de revisión. Los
Tribunales Colegiados declararon en los primeros días de agosto de 2012
la inexistencia con el mismo argumento inicial, que lo que implica en la
práctica es “que no se puede aplicar el derecho internacional porque la
ley mexicana regula el derecho de huelga; así, niegan derechos humanos y
derechos fundamentales”, denuncia Patricia.
Pero,
curiosamente, esto fue considerado como una pequeña victoria por los
trabajadores, ya que “aunque no ganaron la huelga, sí ganaban que la
planta se reabriera”, explica la abogada. La declaración de inexistencia
de la huelga implica que la Junta tiene que notificar a la empresa y
ésta debe reabrir en 24 horas. Sin embargo, la Junta no dio la orden a
la empresa, y ésta no abrió. Las trabajadoras permanecieron en plantón,
esperando a la reapertura.
Para este
momento y después de un año de presiones por parte de la empresa, 142
trabajadores ya habían aceptado las liquidaciones. Las presiones
consistieron en spots de radio instando a los trabajadores a aceptar las
liquidaciones, en volanteos en sus casas y en boletinar a los
trabajadores para que no fueran aceptados en otras empresas.
El 20 de
agosto, un representante de la empresa, Adán Nava, llegó a la planta de
Sandak junto con un grupo de golpeadores. Comenzaron a retirar los
sellos que la Junta había colocado cuando la planta cerró. Cuando
estaban abriendo la reja y quitando candados, se acercaron las
trabajadoras en guardia para preguntar si ya iban a abrir con el objeto
de avisar a sus compañeros que se presentaran ya a trabajar.
En ese
momento, relata Patricia Juan “el representante de la empresa se puso
agresivo y comenzó a insultarlas, mientras los golpeadores se fueron
sobre las trabajadoras”. Tres obreras necesitaron hospitalización por
las heridas que les infligieron los guaruras; además, hubo varios
heridos más. El representante de la empresa, durante la trifulca, le
espetó a las trabajadoras que ya no servían para nada y que la empresa
ya no iba a abrir.
Mientras
los obreros iban a denunciar que fueron golpeados, los golpeadores
corrieron hacia el interior de la planta y la cerraron. Entonces, los
mismos golpeadores y el representante de la empresa llamaron a la
policía y acusaron a las trabajadoras de secuestro. “No es posible que
el Ministerio Público nunca levantó la denuncia por la golpiza a los
obreros, pero sí la de secuestro”, recalca la abogada Patricia.
La paz laboral
En su
informe 2011, el presidente de la Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje presume, en cuanto a su “compromiso de mantener la paz
laboral”, que se registró el menor número de huelgas estalladas en 20
años. En lo que iba del sexenio (2006-2011), se estallaron solamente 92
huelgas de los 54 mil 563 emplazamientos. En comparación, menciona que
durante el sexenio de Salinas se estallaron 699 huelgas; con Zedillo,
fueron estalladas 256. De noviembre de 2010 a octubre de 2011 se
registraron 13 huelgas, de las cuales únicamente siete se encontraban
vigentes al momento de presentar el informe.
¿Por qué es
tan importante para las autoridades mantener bajo el número de huelgas
estalladas? Para Héctor de la Cueva, del Centro de Investigación Laboral
y Asesoría Sindical, es una cuestión de imagen. “Las autoridades
quieren insistir en que hay estabilidad; presumen del bajo índice de
huelgas tratando de hacer creer que es porque los obreros están
contentos y en armonía con los patrones”. Debajo de este número de
huelgas estalladas se oculta otra realidad: el bajo número de sindicatos
auténticos que representen a los trabajadores. “Los trabajadores no
pueden participar en la revisión contractual ni tienen manera de hacer
huelga porque no están representados en un sindicato auténtico”, explica
De la Cueva.
Cuando los
obreros logran tener un sindicato auténtico, como en el caso de Sandak,
“nadie respeta sus derechos”, valora Patricia Juan. El caso de Sandak
“es un mal precedente para el derecho de huelga. El riesgo es que cuando
alguien quiera ejercer el derecho de huelga, la empresa la cierra antes
y nunca estallas tu huelga. Entonces, pueden violar tu derecho
tranquilamente y burlarse de los trabajadores”. Para la abogada, el
criterio que están utilizando las autoridades está totalmente al margen
de la ley. “Es justificar que los magistrados y las Juntas actúen
impunemente y tú no los puedas restringir porque ya hay un precedente
que violenta el derecho de huelga. Es un riesgo para todos”.
http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2012/08/calzado-sandak-una-patada-al-derecho-de-huelga-en-mexico/
No hay comentarios:
Publicar un comentario