Lizzie Phelan, periodista y activista política londinense, presenció la
guerra en Libia. Afirma la complicidad de los medios de comunicación al
genocidio organizado por la OTAN, cómo se modificó la información para
confundir a los países occidentales y justificar una mentira: la
opresión política por parte del Coronel Gadafi, para así tener el apoyo
político y "liberar al pueblo libio" asesinando a todo aquel que se
entrometiera: civiles como mujeres y niños, más de mil trescientos en
varias horas de ataque a la ciudad de Trípoli.
Testigo de la situacion en Libia - video censurado en youtube from Georgina Miller Carrasco on Vimeo.
Testigo de la situacion en Libia - video censurado en youtube from Georgina Miller Carrasco on Vimeo.
Testimonio de la periodista independiente, Lizzie Phelan, que estuvo
en Libia durante la invasión de Trípoli por parte de terroristas armados
apoyados por las fuerzas militares de la OTAN.
Gracias a Stop The War por la invitación. Visité Libia dos veces en
los últimos seis meses de la crisis. La primera vez estaba en una misión
de paz y la segunda fui como corresponsal de Press TV y también hice
algunos informes para Russia Today. Abandoné Libia justo después de la
llamada caída de Trípoli y yo estaba allí durante esa terrible semana de
combates en Trípoli.
Dan [Glazebrook - analista independiente] ha contextualizado muy bien
cómo la guerra contra Libia es una guerra en África. Pero me gustaría
añadir algo - Dan mencionó que la OTAN había tenido como objetivo a más
de 100.000 soldados en Libia, pero también había miles de hombres y
mujeres comunes - había un montón de mujeres que se ofrecieron desde el
comienzo de la crisis para defender su país y fueron armadas por el
gobierno. Y durante esa semana en Trípoli, cuando comenzaron los
combates fui testigo de cómo hombres y mujeres corrientes tomaron las
armas con las que habían sido entrenados para defender su país durante
los últimos seis meses.
Como periodista, voy a hablar un poco sobre el papel de los medios de
comunicación y esto ha sido una increíble guerra mediática. Dan alude
firmemente a la criminalización del gobierno de Libia y de Gaddafi.
Los medios de comunicación, dijeron que miles de personas estaban a
punto de ser asesinadas en Benghazi, pero nunca nos mostraron ninguna
evidencia. Se dijo que seis mil personas habían sido asesinadas por el
gobierno. Organizaciones de derechos humanos confirmaron que cerca de
250 personas fallecieron, entre ellas de ambos bandos.
Dijeron que el gobierno libio estaba atacando a su propio pueblo
desde el aire. Satélites rusos de inteligencia nos han mostrado que esto
era imposible.
Se dijo que el gobierno estaba contratando mercenarios de otras
partes de África - nunca nos mostraron la evidencia. En su lugar hemos
visto los videos de cómo los libios negros y otros africanos negros eran
linchados en las plazas públicas por las tropas terrestres de la OTAN -
los rebeldes - con decenas de personas filmando en sus teléfonos
móviles y fuerzas especiales occidentales mirando.
Se dice que Gaddafi era odiado por su pueblo, pero nunca nos
mostraron los 1,7 millones de personas en un país de 6 millones de
habitantes en la Plaza Verde el 1 de Julio. O las masas en Tarhuna, en
Suppa, en Bani Walid, en Sirte y en todo el país que se manifestaron
para jurar lealtad a su líder y la Jamahariya.
Nunca nos mostraron a las masas, como ya he dicho, de los hombres y
mujeres que habían aceptado la oferta de las armas por parte del
gobierno para defender a sus familias, barrios y su país de personas que
desean que les condenen a la esclavitud al imperialismo. Dijeron que
estaban atacando a las fuerzas militares de Gaddafi - ignoraron a los 33
niños, 32 mujeres y 20 hombres que vi enterrados en la pequeña y
tradicional ciudad de Marj en Zlitan a principios de agosto.
Dijeron que el 20 o 21 de agosto Trípoli cayó sin resistencia. Pero
no nos dicejeron que en sólo 12 horas 1.300 personas fueron asesinadas
en esa ciudad y 900 resultaron heridas.
Dijeron que Trípoli cayó sin resistencia y que Saif al-Islam (un hijo
de Gaddafi) había sido detenido y capturado y que el complejo de
Gaddafi en Bab al-Aziza fue tomado por los rebeldes. A pesar de que Saif
al-Islam se presentó en el hotel donde estaba atrapado y un grupo de
periodistas fue a verlo con sus propios ojos, No nos muestran las miles
de personas llenando Bab al-Aziza y las calles de Trípoli ondeando la
bandera verde en la noche del 22 de agosto.
Dijeron que Trípoli cayó sin resistencia. Pero no nos muestran que en
las 24 horas después los periodistas de los principales medios
occidentales habían sido testigos de cómo Bab al-Aziza fue bombardeado
63 veces con bombas de la OTAN.
No nos muestran cómo todas las reuniones del pueblo para defender su
capital de los que desean enviarles de vuelta a los tiempos
colonialistas del rey títere Idris, fueron atacados con misiles y
helicópteros de combate Apache.
No nos muestran cómo el bravo pueblo de Abu-Sleem - la zona más
humilde de Trípoli, y la más firme defensora de Gadafi, se resistió
durante cinco días hasta que el 24 de agosto la OTAN atacó a todo lo que
se movía y montones de cadáveres se alineaban en las calles.
Nos dijeron que el país fue liberado. Seis semanas más tarde, los
rebeldes han admitido que no serán capaces de trasladar su sede a la
capital. Los rebeldes han confirmado que no serán capaces de tomar Bani
Walid y Sirte también sigue resistiendo.
Así que, una de dos...
O Gaddafi - asesino en serie - era tan odiado por su pueblo que
rogaban a la OTAN bombardear su propio país - y la capital cayó sin
resistencia.
O la OTAN - asesina en masa - masacró a las masas de Libia, que iban a morir por su líder, al igual que en Trípoli.
De una de las dos tenemos una montaña de evidencias.
De hecho, hay tanta evidencia que incluso el propio portavoz del
partido conservador The Telegraph ha sido incapaz de esconderse de ella.
Entre los numerosos informes que muestran que los rebeldes carecían del
apoyo popular del que goza Gaddafi, un artículo publicado esta semana
informó de lo que he oído durante toda mi estancia en Trípoli. Una
residente de Sirte, Fajan Susan, dijo: "Vivíamos en democracia con
Muammar Gaddafi, no era un dictador. Yo vivía en libertad. Las mujeres
libias disfrutábamos de derechos humanos plenos. No es que necesitemos a
Muammar Gaddafi de nuevo, es que queremos vivir como vivíamos antes."
En el mismo artículo, Mabuka, de 80 años de edad, dice: "La vida era
buena con Gaddafi. Nunca tuvimos miedo." En el mismo artículo otra mujer
anciana dice: "Están matando a nuestros hijos ¿Por qué están haciendo
esto? La vida era buena antes". Y otro dice: "Todo el mundo quería a
Gaddafi y lo queríamos porque amamos a Libia. Ahora los rebeldes han
tomado el relevo. Quizá tengamos que aceptarlo, pero Muammar siempre
estará en nuestros corazones."
El espectacular giro el que ha dado Al-Jazeera, pasado de ser una voz
crítica con las guerras imperialistas en Irak, Afganistán y Palestina a
ser un promotor de la misma agresión contra Libia, Siria e incluso
ahora las naciones progresistas de América Latina; ha sido tal vez el
mayor truco de propaganda que he visto en mi vida.
Ganarse el apoyo de sus fieles televidentes árabes en Occidente,
cuyas voces han ganado un protagonismo especial durante la moda de la
llamada Primavera Árabe fue un paso importante para conseguir que todos
los círculos progresistas de Occidente se unieran a la criminalización
de Gaddafi, cuando esos círculos deberían, por contra, haber sido
capaces de elevar el estatus de la no tan de moda Jamahiriya libia y
aprender de ella.
Ahora todas las cartas están sobre la mesa. El director general de
Al-Jazeera, Wadah Khanfar, ha presentado su dimisión tras la publicación
de los cables de Wikileaks, que revelaban que ha estado a las órdenes
de nada menos que de la CIA. Ha sido reemplazado por un miembro de la
familia real de Qatar, que ha estado profundamente involucrado en la
guerra contra sus hermanos y hermanas árabes de Libia.
Pero a pesar de que el papel de Al-Jazeera está claro ahora, continúa
saliéndose con la suya mediante los mismos trucos tocando las fibras
del corazón liberal de las audiencias occidentales con sus historias
sobre cómo la mayor tragedia de las personas en los estados soberanos
del sur es la falta de democracia occidental. No importa que no se haya
logrado en Occidente. El interés de Al-Jazeera en la defensa de esta
ideología es obvio - Qatar alberga la mayor base militar de los EE.UU.
en el Medio Oriente y son, por supuesto, amigos cercanos.
Salir del hotel Rixos donde había estado atrapada durante cinco días
fue el más surrealista y, probablemente, el peor día de mi vida. Fue un
mal día. La ciudad segura y llena de vida que me dio una calurosa
acogida días antes, se había transformado. Estaba en ruinas y no se
podía mirar a cualquier parte y no ver armas de fuego o armas pesadas.
Muchas personas habían pasado a la clandestinidad; habían sido
asesinadas y otros miles habían huido.
Y la gente que conocía que se había quedado y que fue la misma gente
que me había ayudado a aprender acerca de la gloriosa historia reciente
de la Libia de Gaddafi estaban traumatizados, inevitablemente, y en un
completo estado de shock.
Libia llegó al punto, como dijo Dan, de tener el más alto nivel de
vida en África - un alto nivel de alfabetización, atención sanitaria
universal, una educación universitaria gratuita, un alto estatus de la
mujer en la sociedad y el mayor grado de igualdad para población negra
en todo el norte de África y Oriente Medio. Los 40 años de logros
revolucionarios han sido ahora invertidos.
¿Y para qué? Un año después de las atroces guerras en Irak y
Afganistán y con una creciente crisis económica de las naciones
imperialistas, parece una posibilidad remota la de que Occidente tenga
la capacidad de embarcarse en otra guerra costosa y embarazosa. Parece
que la hegemonía de Occidente se desvaneció rápidamente.
Pero, como dijo el hermano de Gaddafi, Hugo Chávez, en su reciente
carta a la Asamblea General de las Naciones Unidas - "En este momento
hay una amenaza muy seria a la paz mundial", dijo, "un nuevo ciclo de
guerras coloniales, que se inició en Libia con el objetivo siniestro de
la restauración del sistema capitalista global."
Sabe que su país es objetivo en ese ciclo con el mismo modelo que
usaron contra Libia y ahora están utilizando en contra de Siria. En
ausencia de medios de comunicación anti-imperialistas eficaces que
puedan desafiar y anticiparse a los trucos del imperialismo a través de
sus medios de comunicación global es responsabilidad de todos los
progresistas defender los estados soberanos de los países del sur que,
como Libia y Siria, son una espina en el costado de Occidente.
De lo contrario, su labor será echar más leña al fuego moribundo del imperialismo.
Y quiero terminar esta nota con mi más sincero agradecimiento a la
heroica resistencia verde de Libia, que sigue asombrando al mundo en su
capacidad para evitar el avance de la máquina militar más poderosa. Como
Gaddafi dijo, no sólo están defendiendo Libia, sino también Siria,
Irán, Argelia, el continente africano y el sur del mundo entero.
Gracias.
Lizzie Phelan.
fuente:
http://ateaysublevada.over-blog.es/article-testimonio-de-una-periodista-londinense-sobre-su-experiencia-en-libia-87803763.html
*Fuente: Red Latina Sin Fronteras
Vìa :
http://www.piensachile.com/secciones/denuncia/9333-testigo-de-la-situacion-en-libia-video-censurado-en-youtube
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