La ola de protestas de los 'indignados' estadounidenses ha llegado
prácticamente a todos los rincones del país. Esta vez la ciudad de
Tulsa, la segunda más grande del estado de Oklahoma, sufrió una
madrugada violenta, marcada por la brutalidad policial.
Decenas
de manifestantes, que se reunieron en una marcha pacífica en la plaza
del parque central, fueron detenidos en plena noche por las fuerzas de
seguridad, algunos de ellos enmascarados.
Las detenciones se
produjeron poco después de la sangrienta jornada de protestas que se
produjo este jueves en la ciudad de Oakland, donde la huelga general,
con unos 7.000 manifestantes, se transformó en una batalla campal.
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