miércoles, 22 de junio de 2011

Mèxico : ¿No es vergonzoso el voto útil, acarreado, sin principios, por PRI, PAN, PRD en México? Pedro Echeverría V.

1. Llevamos en México, desde la primera Constitución Federal de 1824, realizando elecciones y legitimando gobiernos desde hace alrededor de 190 años. Casi dos siglos gobernando republicanos e imperiales, liberales y conservadores, nacionalistas y derechistas en nombre del pueblo, pero sin que éste sepa a qué pueblo se refieren los gobernantes. En el siglo XIX el porcentaje de votos con relación a la población era muy bajo, absolutamente insignificante, pero con cualquier cantidad se legitimaba al gobernante. Lo mismo se puede decir en las siete jornadas electorales del Porfiriato y en los primeros 30 años de la revolución. De hecho los votos nunca fueron importantes durante las tres etapas del PRI: 1929 (fundación), 1938 (corporativismo) y 1946 (institucionalización). Fue sólo a partir de 1988, cuando el PRI sufrió un impensable primer descalabro electoral, cuando los votos comienzan a pelearse.
2. Dado que yo nunca he votado en elecciones presidenciales ni estatales, no se que se siente al ir a votar y después de hacerlo por algún partido que no consulta para seleccionar a sus candidatos, con candidatos abiertamente apoyados por empresarios y los medios de información, con comicios bien manipulados por el Estado, y por futuros funcionarios que desde que tengo memoria política no han hecho nada a favor de los trabajadores. Nunca he votado porque tampoco mis compañeros de la izquierda radical lo hicieron –muchos de ellos- antes de 1980. Precisamente por no votar un altísimo porcentaje de la población es por lo que se dio el voto a la mujer, a los jóvenes desde a los 18 años, se regalaron curules a dirigentes de partidos desde 1964 y se hizo la reforma político electoral en 1977. Si no hubiesen caído los votos por abstención electoral los gobiernos no habrían hecho reformas. Seguirían campantes.
3. Acabo de leer un artículo de Federico Arriola sugiriendo que panistas apoyen a Encinas con un voto útil en el Estado de México y que perredistas apoyen a panistas con su voto útil en Nayarit. Más tarde me imagino que el PAN –según se ve la desesperación de Calderón- podría dar su voto útil a López Obrador para bloquear la Presidencia al PRI. ¿Aceptarían los dirigentes panistas negociar con AMLO y éste aceptaría campante que los panistas le dieran el voto? Sería el colmo de la desfachatez: una política de alianzas sin principios para evitar que el PRI derechista, corrupto y asesino llegue nuevamente al gobierno teniendo el PRD al PAN como un aliado exactamente igual de derechista, corrupto y asesino. ¿Se imaginan que clase de presidente sería López Obrador si aceptaran esas componendas que no sería otra cosa que “dejar trozos de dignidad en el camino”? ¿Se imaginan el precedente?
4. De ninguna manera, por ningún motivo, se trata de llegar a la gubernatura de un estado o a la Presidencia de la República a como dé lugar. Los errores se pagan, mucho más las traiciones. El pobre Hugo Chávez, después de enfrentar 11 años al imperialismo y convertirse en la vanguardia de los pueblos por su liberación, bastó dos errores o traiciones –al entregar a dos revolucionarios al gobierno asesino de Colombia- para perder el apoyo y la confianza de seguidores izquierdistas en América Latina. El lópezobradorismo ha cometido errores al aliarse con funestos expriístas y derechistas (no con todos) y no apoyar militantemente las luchas de Oaxaca, de los electricistas, mineros y algunas más; eso le está costando apoyos decididos del movimiento social y de la militancia de la izquierda radical. La alianza con el panismo –aunque le diera a AMLO la Presidencia- sería la pérdida total de la confianza.
5. AMLO parece tener mucha confianza en las propias fuerzas consolidadas por sus recorridos y los comités organizados en toda la República; además su comportamiento en el Estado de México de no aceptar una alianza con el PAN demuestra que conservará la independencia que ha caminado. Veamos lo que sucederá con Encinas en las próximas elecciones; de esa experiencia se derivarán muchas cosas. Si llega Encinas a la gubernatura los empresarios, el clero y el gobierno de los EEUU empezarán a preocuparse por el empuje y repunte de López Obrador; pero si por el contrario el PRI gana la gubernatura no se prenderán focos de alarma entre la clase dominante. Lo importante en el discurso de AMLO es cuando dice que “no está casado con la conquista de la Presidencia de la República, pero sí con la lucha por transformar el país”. Ese es un planteamiento que mucho puede ayudar al movimiento social.
6. La política que se ha practicado hasta hoy en México y en el mundo por gobiernos y partidos ha sido siempre despreciable. Es la causa por la que millones de personas, entre ellas los seguidores del escritor Javier Sicilia, dicen no querer nada con la política. Confunden la puerca y corrupta política de los partidos y gobiernos capitalistas con la política como ciencia de la administración de los asuntos de un país o varias naciones. Quizá la enorme mayoría de los trabajadores no quieran meterse en política porque la ignoran; pero ningún trabajador, ningún ser humano, se salva de las medidas políticas que se aplican sobre él. ¿Alguien puede ignorar que hay una política económica que determina trabajo, producción, salarios, precios de artículos, alimentación, salud, educación, vivienda, agua, y demás? Puede despreciarse toda la política que tiene que ver con el poder y los privilegios, pero no la política que influye en todo.
7. No debemos dejar de opinar acerca de lo que vemos y sentimos con el fin de evitar cualquier política que dañe a los sectores mayoritarios de la población, es decir, a los trabajadores. Por ningún motivo deberíamos aceptar que el PRI regrese a la Presidencia, pero tampoco que el PAN continúe gobernando porque son exactamente lo mismo; son igual de ladrones, corruptos y asesinos. ¿Qué hacer entonces para lograr que el pueblo mexicano salga del desempleo y de su miseria? Los sectores progresistas piensan y actúan para darle la Presidencia a López Obrador por considerar que es la única esperanza para transformar algunas cosas en el país. Pienso que aunque tener el gobierno no es tener el poder, pueden surgir importantes coyunturas en el camino que permitan crear espacios más amplios y libres en las luchas de los trabajadores. Por ello es importante analizar esta experiencia aunada a lo que ha sucedido en otros países.

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