El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, obtuvo la confianza del
Parlamento. De esta forma se ha despejado el camino para el millonario
préstamo de la UE y el FMI. Eso sí, bajo la exigencia de desmantelar el
Estado a través de realizar más recortes sociales y laborales, además de
privatizar y poner en manos de empresas todo lo público. Medidas que ya
se exigieron hace un año y que lejos de mejorar la situación de Grecia
la ha llevado casi a la bancarrota.
Por su parte, la población griega asegura que es víctima de la mala
administración tanto de los políticos como de los bancos y se anuncian
nuevas movilizaciones contra las reformas anunciadas. Desde el 25 de
mayo, los “indignados” griegos están acampados en la céntrica plaza
Sintagma de la capital griega para protestar contra las medidas de
austeridad dictadas al país por los organismos internacionales.
Y mientras el gobierno del socialista Papandreu superaba la moción de
confianza, la organización Médicos Sin Fronteras denunciaba que los
migrantes y solicitantes de asilo continúan viviendo en condiciones
inhumanas en los centros de detención del país.
Según MSF, más del 60% de los problemas médicos de los migrantes y
solicitantes de asilo retenidos en los centros de detención de la región
de Evros (en la frontera entre Turquía y Grecia) se deben a las
precarias condiciones de dichas instalaciones. No es la primera llamada
de atención de la organización médico-humanitaria en este sentido. Los
portavoces de MSF aseguran que, a pesar de las medidas del Gobierno
griego y los fondos de la Unión Europea, la situación no ha mejorado.
El dinero de las supuestas ayudas nunca van a parar a los sectores más
necesitados de Grecia, entre ellos las personas migrantes. Radio
Nederland entrevista a Aitor Zabalgogeazkoa, Director general de MSF.
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Audio publicado en Más Voces : www.masvoces.org
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