martes, 24 de mayo de 2011

Chile : Los indignados. Javiera Moraga R. Las movilizaciones sociales han sido la tónica de los últimos meses en el mundo. La gente se ha tomado las calles y las plazas para expresar su descontento. Y Chile no es la excepción. Las más de 40 mil personas marchando en Santiago contra el proyecto Hidroaysén podría ser sólo el comienzo.

Las movilizaciones sociales han sido la tónica de los últimos meses en el mundo. La gente se ha tomado las calles y las plazas para expresar su descontento. Y Chile no es la excepción. Las más de 40 mil personas marchando en Santiago contra el proyecto Hidroaysén podría ser sólo el comienzo.

indignados


El PSOE ha sido derrotado en España. Durante las elecciones del domingo 22 de mayo, el PP le arrebató la mayoría de los gobiernos municipales y regionales. “Era de esperar que el que el PSOE recibiese un castigo en las urnas. Lo asumimos y lo entendemos. No ha sido fácil explicar los orígenes y la naturaleza de la crisis y no hemos sabido llegar a nuestros conciudadanos”, aseguró, visiblemente afectado, José Luis Rodríguez Zapatero, en el cuartel general socialista.
Y es que la crisis económica ha golpeado fuertemente al país ibérico. El índice de desempleo sobrepasa el 21% a nivel nacional. No obstante, la desocupación de los jóvenes se empina al 45%. Mientras, unas 250 mil familias han perdido sus casas porque no han podido pagar sus hipotecas. La historia suena conocida. Esa plata dulce que se ha transformado en el mayor boomerang social mundial también golpeó fuerte a Estados Unidos en 2008, con la famosa crisis subprime. Y hace pocos días colapsó a Irlanda, considerado uno de los milagros económicos de principios de la década.
El pueblo a las calles
Pero lo relevante de esta situación es que los españoles se han tomado las calles y las plazas de su país. El PSOE –la administración de turno en La Moncloa- se los ha permitido, respetando las máximas de la democracia, que asegura el derecho a manifestación a todos los ciudadanos.
El domingo 15 de mayo, un grupo de manifestantes salieron a protestar a las calles de Madrid y en la noche se instalaron en Puerta del Sol. Ahí, provistos de carpas y algunos víveres, sentaron las bases de un grupo que se autodenominó “Los Indignados”. De manera pacífica, este movimiento –organizado a través de las redes sociales- tiene un denominador común, que es su molestia “contra el mal uso que los políticos están haciendo de la democracia”, según han dicho sus voceros.
Es así como en Puerta del Sol, este grupo, denominado por la prensa 15M, parece un micro Estado. Todo se vota a través de asambleas ciudadanas donde se ejerce el voto levantando la mano; hay servicios sanitarios básicos; una biblioteca; algunos lugares para comer y hasta una huerta. Todo en una semana.
Incluso las empresas no esconden su afán por figurar en este movimiento antisistema. Amancio Ortega, uno de los hombres más ricos de España, dueño de las tiendas Zara, ofreció luz a quienes están acampando en el lugar. Pero el movimiento –que tiene su símil en todas las plazas de España- no aceptó. Fue más consecuente y le dio el vamos a un particular que les donó placas solares, es decir, una bienvenida a las energías renovables. Y es que una de sus peticiones es justamente frenar la construcción de centrales nucleares en ese país.
El M15 o “Los Indignados” han remecido a la sociedad española. De forma pacífica, es una protesta contra el sistema capitalista, que ha permitido a miles de españoles surgir, pero que hoy los tiene ahogados sin un horizonte claro. Este movimiento cívico espontáneo –que partió con un grupo disperso de ciudadanos- quiere hacer historia. No sólo se ha posicionado como el mayor movimiento desde 1978, cuando España vivió la transición a la democracia, sino que quiere ser recogido en los libros de historia como un suceso único.
Aunque dista bastante el episodio, recuerda en parte a mayo del ’68, cuando las protestas explotaron en la universidades francesas después de una década de prosperidad económica. En ese entonces la revolución en el país galo se tradujo en importantes reformas.
Lo cierto es que los ciudadanos del mundo hoy no están dispuestos a callarse. Esto quedó demostrado durante el verano, cuando fuimos testigos de cómo el mundo árabe clamaba por más democracia, lo que significó la caída del régimen de Egipto y Túnez. Hoy algo similar sucede en España. Aunque el M15 se declara tan anarquista, tan apolítico, que ni siquiera se pronunciaron por las elecciones. Pero sí quieren a toda costa ser escuchados.
Tal vez la mejor lección ha sido la civilidad mostrada por la administración española. El PSOE no quiso disolver a los manifestantes, sólo les pidió que hicieran sus protestas en forma pacífica. “Tenemos que escuchar y ser sensibles a la crítica, porque hay razones para que expresen su descontento”, explicó Rodríguez Zapatero. Incluso, las juntas electorales que siempre piden que los grupos se disuelvan previo a una elección, sólo pidieron evitar una manifestación política con carteles y pancartas.
Por eso, a miles de kilómetros de distancia parece impensable que en Santiago de Chile aún se sigan ocupando las bombas lacrimógenas y los carros lanzagua con gas pimienta, que recuerdan la peor época de Pinochet. Luego del discurso del 21 de mayo en Valparaíso –donde la cuenta pública más que una balance fue un nuevo paquete de promesas- la policía reprimió con todo tipo de tóxicos a quienes se manifestaban pacíficamente.
Este viernes 27 de mayo se ha convocado una nueva marcha para seguir protestando por el proyecto Hidroaysén. Quizás sería bueno que La Moneda escuchara a la opinión pública. Y es que el descontento social, la inflación y las promesas exitistas de la administración Piñera se pueden volcar como un boomerang, como le sucedió al PSOE en España.
Es una buena oportunidad para que La Moneda esté atenta, porque hoy la gente protesta por sus convicciones personales y por las injusticias más que por conglomerados políticos. Pero sobre todo, porque un 27M podría estar a la vuelta de la esquina.

Fuente, vìa :
http://radio.uchile.cl/noticias/115880/

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