A VECES ME pregunto si soy yo el que anda perdido en el bosque, o es
una significativa porción de mis compatriotas la que camina sin rumbo
fijo bajo la dirección de conductores mala leche.
Soy
consciente de que el tema que deseo desarrollar puede no tener mayor
relevancia para muchos lectores, pero reconozco que siento profunda
molestia cuando las autoridades lo utilizan como sambenito para
embolarle la perdiz a la mayoría de mis conciudadanos.
Primero
fue el gobierno –que no se caracteriza por saber patinar sobre hielo
político- quien se despachó una opinión de aquellas que deben ser
pulverizadas por la realidad, y luego remachó la tontera esa
parlamentaria llamada Karla Rubilar (¿es hija de la alcaldesa de Renca,
Vicky Barahona?..¿sí?..ahhh, por eso es como es). “Debemos mantener el
horario de verano porque con esa medida se reduce la delincuencia”,
dijeron con el desparpajo propio de aquellos esperpentos que consideran
despectivamente a sus vecinos tratándolos como si fuesen vulgares
tarugos.
¿Se da cuenta, querido lector, que las jinetas
temporales permiten a ciertas personas hablar imbecilidades usando un
tono de voz que ya se lo quisieran algunos catedráticos? El gobierno y
varios parlamentarios (no excluyo a muchos amermelados concertacionistas
siempre dispuestos a dar jugo) olvidaron que los asaltos a locales
comerciales, a viviendas particulares, robos a cajeros automáticos y de
automóviles, enfrentamientos a balazos entre bandas en poblaciones,
femicidios, grescas masivas en las madrugadas después de los ‘carretes’
juveniles, saqueos armas en mano a supermercados, cowboys disparando a
todo lo que se mueva, como Italo Nolli, etc., etc., fueron la tónica
habitual en los meses de estío con el actual horario (y con las actuales
autoridades, por siaca).
Por otra parte, cobijándome en mi
perenne actitud cartesiana -que me hace poner en duda todo lo que
escucho, oigo y leo-, busqué y busqué hasta dar con las opiniones de
expertos respecto de este tema, las cuales señalan que toda la faramalla
oficial (que se arrastra desde la época de Frei Montalva) obtiene un
pobre resultado en asuntos de ahorro de energía, el que no supera el
misérrimo uno por ciento (1%).
¿Entonces, de qué se trata
realmente esta cuestión? ¿A quién(es) se busca beneficiar? “Con el
horario de verano atravesando parte del otoño, los chilenos tendrán más
tiempo para estar con sus hijos y en sus hogares”, agregó otro
parlamentario con lo boca enjuagada en sorna mentirosa. ¿Más tiempo para
estar en casa después del trabajo, usando el mismo fracasado sistema de
locomoción colectiva que en la capital se conoce como Transantiago?
Señores del gobierno, “acta, non verba”, reza la frase latina;
“acciones, no palabras”. Eso.
Y acciones fueron las que
realizaron -años ha- los gobiernos de la Concertación para entregar a
empresas foráneas algunas de nuestras carreteras y vías. Concesionar,
le dicen. Robar y esquilmar, son mejores verbos. Y no es broma.
Amigo
lector, realicemos un pequeño juego, algo así como una ensoñación, para
demostrar que esto de las carreteras concesionadas es un vulgar robo
‘legal’. Supongamos –y sólo supongamos- que yo soy Presidente de la
República y usted es mi amigo. Yo deseo ayudarle. Usted ha sido un
incondicional adherente en mis campañas. Entonces, busco en el mapa de
Chile y decido entregarle -‘en concesión’- la muy transitada y comercial
Carretera de la Fruta, que une la Ruta Cinco Sur (a la altura de
Pelequén) con el puerto de San Antonio, cruzando ciudades y lugares como
Malloa, San Vicente de Tagua-Tagua, Peumo, Las Cabras, lago Rapel,
Rocas de Santo Domingo y Llolleo.
Usted instala un par de
plazas de peaje y… ¡listo!, a enriquecerse se ha dicho. La carretera ya
existe, usted no debe gastar dinero en construirla, ni siquiera en
mejoramientos inmediatos pues el contrato dirá que debe realizar
reparaciones antes de cumplirse un año desde el momento de la
protocolización del mismo…lo cual significa que dispondrá de 10 o más
meses para enriquecerse hasta el hartazgo, y después gastar algunos
morlacos en parchar lo que haya que parchar. ¿Capisce?
No
crea que estoy enfermo del mate, porque ello ya ocurrió. Mi salvaguarda
demostrativa no es solamente la actual Autopista Central, otrora
‘Ochagavía’, sino también la misma Ruta Cinco Sur, y la Ruta Cinco
Norte, y…en fin, para qué seguir si usted, querido lector, sabe tan bien
como yo que esas vías ya existían, y que los empresarios (españoles en
este caso) las recibieron casi gratuitamente…las explotaron un tiempo y
después, cuando contaban con voluminosa cantidad de dinero, procedieron a
mejorarlas y, obviamente, a aumentar los valores en los peajes. ¿Fácil y
rápido, verdad?
Más tarde apareció el fatídico ‘TAG’ con los
portalones electrónicos ‘orwellianos’. Ahí la estafa, el robo, se
transformó en esquilma total y permanente, ya que al ‘negociado’
entraron a tallar también los municipios por donde atraviesan tales
carreteras concesionadas. ¿Por equis motivo –incluyendo la vivarachada
inútil- usted no pagó su TAG ni compró un ‘pase diario’? Bien, pues;
al momento de renovar permiso de circulación para su vehículo le llegará
el ‘palo’ legalmente ordenado por la(s) empresa(s) concesionaria(s). Y
vendrá con multas, interés compuesto y otras yerbas.
¿Ya se
puso al día con las empresas de autopistas? Bien, entonces ahora
prepárese para cancelar las infracciones que esas mismas empresas
enviaron a los municipios por donde usted cruzó sin ‘pase diario’ o con
el TAG hecho pebre. ¿Un robo? Claro que lo es…empresarios privados y
municipios exprimiéndolo como limón, pero usted guarda silencio y acepta
el cogoteo con alma de yanacona.
¿Espera que algún
parlamentario presente mociones o proyectos de ley en el Congreso para
poner coto a estos asaltos en descampado? Hum…aguarde sentadito, porque
ello no ha ocurrido y tampoco sucederá mientras la actual manga de
corruptos duopólicos siga siendo mayoría. Ellos juran y rejuran que
ningún país en América Latina es más moderno que Chile, más civilizado
(¿?), más avanzado y más ‘pluralista’…que somos la envidia de nuestros
vecinos, dicen.
Además -y esto usted lo tiene tanto o más
claro que yo- esos mismos parlamentarios le endulzan la bosta diciéndole
que “en Chile somos muy cultos y civilizados, por ello la gente no sale
a la calle a hacer estropicios como en Argentina, Francia, Italia o
Bolivia”. ¡¡Y usted se lo cree, y calla, y acepta la esquila, e incluso
la aplaude!! ¿No me cree? Bien, pues, ¿qué ha hecho usted amigo
capitalino para mandar a buena parte a las autoridades por ese asco de
sistema llamado Transantiago? ¡¡Nada!! Sólo reclamar al interior de su
casa y seguir esperando, pagando caro y viajando incómodo. ¿O no es así?
Soy consciente de que estos temas –planteados con
mordacidad- molestan (y mucho) a los señores congresistas. Me lo han
hecho saber…aun más, dos de ellos han andado averiguando por esta Región
del Libertador cuál o quién es mi empleador, para presionarlo en mi
contra. Lo lamento…no tengo empleador ni tampoco relación con Impuestos
Internos, pues soy un jubilado. Deberán acostumbrarse a soportar mis
escritos, y aunque hagan lo imposible por aislarme del mundillo
político, aún a riesgo de ser ostracisado, no cejaré en mi empeño de
correr cortinajes y sábanas que cubren la realidad, pues tal como
siempre he dicho: no hay nadie más solitario que la Verdad, ya que la
Verdad no tiene amigos. Y el que la dice, tampoco.
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/sudamerica-ciudadano-mas-explotado-exprimido-chileno
http://www.kaosenlared.net/noticia/sudamerica-ciudadano-mas-explotado-exprimido-chileno
No hay comentarios:
Publicar un comentario