Si bien algunos aseguran que a los 40
años comienza la vida, para que se cumpla esta premisa es necesario
tener en cuenta cómo funciona nuestro organismo y los cambios que sufre
en esta nueva etapa. Hábitos, ritmos laborales, exigencias familiares se
han encargado de dejar huellas y alertas que se deben escuchar a
tiempo. Lily Pérez y Carolina Arregui,
referentes de la política y la actuación respectivamente, son un claro
ejemplo en estos días; la primera permanece en la clínica por una
neuralgia severa y la segunda por un infarto. ¿Cómo evitarlo?, ¿a qué
síntomas estar atentas?, esas preguntas se deben transformar en la guía
diaria de una vida saludable.
Así como podemos entender que el
organismo de un bebé es distinto al de un adolescente y el de estos, al
de un adulto, el cuerpo de los adultos también cambia de acuerdo al
rango de edad en el que nos encontremos, y por ello debemos tratarlo en
base a sus necesidades específicas.
Mónica Rojas, ingeniera en alimentos y subgerente de Desarrollo de la empresa Proexa,
especialista en alimentos comenta: ”Tanto en hombres como en mujeres,
los órganos alcanzan su mayor peso a los 20 – 30 años, pero a partir de
los 40, la mayoría van a disminuir: el cerebro, el riñón, el hígado, el
páncreas, excepto el corazón que, por la hipertrofia de las fibras
musculares va a aumentar su peso ligeramente. Además, en ambos sexos
comienzan los desbalances hormonales, y los síntomas que se presentan no
sólo se asocian a estos cambios, sino también al comienzo del
envejecimiento natural”.
“También encontramos cambios en el
peso y redistribución de la grasa corporal. Las mujeres en esta edad
podrían aumentar de peso con o sin tratamiento hormonal, ya que el
metabolismo basal se pone más lento. Esto significa que haciendo la
misma actividad que antes, la cantidad de calorías gastadas por el
organismo disminuye”, explica.
Cuando comienzan los 40, las
personas tienen un riesgo mayor de padecer diabetes, hipertensión
arterial, hiperuricemia, y subir los niveles de colesterol y
triglicéridos en la sangre, aumentando la probabilidad de que se
presenten enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios,
dolencias digestivas y artrosis en cadera y rodillas. Otro de los
fenómenos fisiológicos a los que nos podríamos enfrentar pasados los 40,
son los cambios en la composición corporal. Se presentan cambios en la
distribución de la grasa, que tiende a aumentar y a acumularse más en el
tronco que en las extremidades, y lo mismo ocurre en los órganos
internos. Este cambio en la distribución de la grasa corporal se hace
más notable en la mujer, y es acompañado también de una disminución de
la masa muscular, la cantidad de agua que almacenamos, y la masa ósea.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto
con la dieta?, mucho, ya que una dieta equilibrada en base a alimentos
saludables es la manera de minimizar el riesgo de adquirir
prematuramente estas patologías manteniendo nuestro cuerpo más saludable
y preparado ante el advenimiento de los cambios. La Subgerente de
Desarrollo de Proexa, nos entrega alguno tips para alimentarnos de manera adecuada:
· Distinguir entre hambre y apetito:
El hambre es la necesidad fisiológica vital para conservar la salud.
El apetito es el deseo de comer por placer.
· Comer despacio, de manera relajada y dedicar un mínimo de 30 minutos.
Comer sentado a la mesa, de un modo tranquilo y de manera ordenada, sin mezclar los platos.
· Fraccionar la alimentación en al
menos tres porciones diarias, desayuno, comida y cena, respetando los
horarios de cada una y sin saltarse ninguna de ellas.
· Planificar los menús con antelación para poder prepararlos adecuadamente.
· Masticar bien los alimentos, ya
que la digestión de muchos de ellos comienza en la boca. De esta manera
se aprovecha más su valor nutritivo y se predispone al cuerpo hacia una
mejor digestión.
· Reducir al mínimo el consumo de
productos dulces, sobre todo en caso de obesidad, diabetes o
alteraciones de lípidos en la sangre.
· Incrementar el consumo de legumbres y de alimentos a base de legumbres y verduras.
· Vigilar el origen de la grasa de los alimentos que consumimos:
Conviene reducir el consumo de grasa de
origen animal (grasa saturada) debido a su capacidad de aumentar los
niveles de colesterol y riesgo de desarrollar arteroesclerosis.
Como contrapartida, debemos favorecer el
consumo de alimentos ricos en ácidos grasos insaturados (ejemplo:
pescados y aceites de oliva), ya que nos ayudan a reducir los niveles de
triglicéridos y colesterol sanguíneos.
· Tener la voluntad de retirar el salero de la mesa.
Reduzca el consumo de alimentos ricos en sodio (embutidos, conservas, etc.).
En general, nuestro organismo no necesita mayor aporte de sal que el que ya nos proveen los alimentos.
· Beber abundante agua (1,5 litros al día) para mantener el cuerpo bien hidratado y favorecer la función renal.
Gentileza Agencia Kontacto
Fuente, vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/03/20/llegaron-los-40-%C2%BFcomo-alimentarnos/
http://www.elciudadano.cl/2011/03/20/llegaron-los-40-%C2%BFcomo-alimentarnos/
No hay comentarios:
Publicar un comentario