¿Cuántas veces debe un hombre mejorar,
antes de que pueda ver el cielo?
¿Cuántos años debe un hombre tener,
antes de que pueda escuchar a la gente llorar?
¿Cuántas muertes cometerá hasta que sepa
que mucha gente ha muerto?
Bob Dylan
1.
“Con un arma de fuego en cada mano, le disparó al detective de tez
morena, que estaba en el suelo, después apuntó a la mujer, quien corría
hacia el vehículo, impactándola en la espalda y posteriormente a un
tercer detective que iba corriendo hacia atrás de nuestro camión”,
cuenta Ulises Campos, empleado del empresario de chatarras Ítalo Nolli
de 68 años y veterano de la guerra de Vietnam, que el miércoles 23 de
marzo en la calle La Divisa de la comuna de San Bernardo, mató a una
pareja de la Policía de Investigaciones (PDI) que no llevaba chaleco
antibalas, en un control de rutina. En su huída motorizada y
cinematográfica, hirió a 8 detectives más, hasta que fue muerto en el
centro de Santiago, en medio de un operativo pocas veces visto en Chile.
“Nosotros,
de delincuentes, no tenemos nada. Mi hermano simplemente se volvió loco
a consecuencia de lo que tuvo que vivir en la vida y esta estadía en
Vietnam”, dice la hermana de Ítalo Nolli que a los 24 años, por razones
no aclaradas, se fue a Estados Unidos, y se enroló como mercenario para
partir a Vietnam a matar gente en una guerra de liberación que marcaría
una de las derrotas político-militares más catastróficas y sangrientas
de Norteamérica contra un pequeño pueblo asiático que luchaba por su
independencia y el socialismo.
Nolli,
luego de los acontecimientos que todavía son portada en el país, fue
calificado de psicópata por especialistas, y estaba en libertad, pese a
que desde 1987 se encontraba con una orden de aprehensión pendiente en
su contra decretada por la justicia militar por tenencia de armamento de
guerra. Naturalmente, ello no ocurre nunca en territorio chileno cuando
se vincula a otros casos. Pero aquí se trata de un chileno de
ascendencia italiana que se batió contra vietnamitas desde el bando
estadounidense. Ítalo Nolli quedó como el protagonista de “Taxi Driver” o
“Apocalipsis Ahora” luego de permanecer tres años en Vietnam: enfermo
psiquiátricamente. Sin embargo, al parecer, jamás tuvo atención
profesional, las autoridades hicieron vista gorda respecto de su
colección y uso de armas de armas de guerra, y el tipo, casi a los 70
años de edad, terminó matando policías. Las fuerzas conjuntas de
Investigaciones y Carabineros tardaron más de dos horas en matarle, en
mitad de un despliegue de incontables agentes y vehículos.
Esto
ocurrió al día siguiente de que el presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, partiera de Chile luego de una visita al país. En este caso, la
paranoia no es monopolio del extinto Ítalo Nolli.
2.
Fuera de todo lo esperado, luego de movilizaciones históricas,
intervención de la Iglesia, y posicionamiento en la opinión pública de
la causa mapuche como jamás antes, cuatro comuneros que de la justicia
militar, pasaron a la civil, fueron condenados por supuestos atentados,
sin resultado de muerte y donde la fiscalía se apoyó en “testigos
encapuchados”. Héctor Llaitul Carrillanca fue sancionado con 25 años de
prisión; y Ramón Llanquileo Pilquiman, José Huenuche Raiman, y Jonathan
Huillican Mendez con 20 años de cárcel. Los mapuche están en huelga de
hambre desde el 15 de marzo y mientras se organizan nuevas protestas,
sus abogados preparan la solicitud de nulidad del juicio.
Por
otro lado, en pocos días más, 10 jóvenes prisioneros políticos que
permanecen hace más de 6 meses en la Cárcel de Alta Seguridad, serán
sentenciados por el denominado “Caso Bombas”, donde no existen pruebas,
ni heridos, ni muertos. Por bombas, aquí se entiende tubos para
extinguir el fuego supuestamente arrojados contra sucursales bancarias
en horario de madrugada. También cada vez más personas se agregan a las
movilizaciones para exigir su liberación, cuando hace muy poco la
oficina del equipo de abogados que defiende a los muchachos fue víctima
de una explosión de ruido, a una calle de La Moneda. El extraño suceso
que ocurrió mientras la infatigable abogada de Derechos Humanos, María
Rivera, se encontraba al interior de las dependencias agredidas, dio
pábulo para que la policía, excluyendo ilegítimamente la presencia de
alguno de los juristas propietarios del inmueble, efectuaran un
operativo de cuatro horas a puerta cerrada en la oficina.
3.
El Producto Interno Bruto (PIB) es el principal indicador
económico que cuantifica la representación en dinero de la producción de
bienes y servicios finales de un país durante un año. En Chile, de
acuerdo al informe del Banco Central, la minería –y en ella el cobre en
particular- contribuyó con un 19,2 %; los servicios financieros con un
15,7 %; la industria con un 11,1 %, la educación y salud públicas y
privadass con un 11 %, y el área agropecuario-silvícola con un 2,5 %.
La
minería cuprífera aún de propiedad estatal es de apenas un 28 %;
mientras el 72 % es de propiedad privada. Se trata de grandes
transnacionales que desde 1982, aprovechando las políticas
ultraprivatizadoras iniciadas en la dictadura militar, comenzaron a
hacerse del recurso a precio de remate. Sin embargo, sólo desde 1990,
con el inicio de los gobiernos civiles, las corporaciones extranjeras se
adueñaron rápidamente de más de dos tercios de la principal materia
prima del país. Según los especialistas, Obed Cid y Leonardo Tapia
Ovalle, “del total del capital que recibe el Estado proveniente de la
producción de cobre, el 75 % proviene de la empresa estatal (CODELCO) y
el 25 % por parte de los privados. Entre los años 1995 y 2003 sólo la
Minera Escondida pagó todos los impuestos y otra lo hizo
esporádicamente, pero el resto de la minería privada no pagó”. Los
mismos investigadores añaden que “dentro del programa de gobierno de
Sebastián Piñera está en agenda privatizar un 20 % de la minería
estatal, tomando en cuenta que CODELCO posee una reserva de 198 millones
de toneladas de cobre fino”. Ese plan ya está en curso, con la venta
total de CIMM T & S, y parcial de Edelnor, y el 66 % de la minera
Inca de Oro.
En
Chile se encuentra entre el 40 a 50 % de los recursos de metal rojo de
todo el planeta. De hecho, hoy mismo produce el 36 % del cobre del
mundo. Aquí es imprescindible anotar que el boom de los precios de las
materias primas debido a la alta demanda asiática en toda América
Latina, y en Chile, de China en especial, ha puesto sus precios
transitoriamente al alza. Sólo el 2007, las transnacionales involucradas
en la industria obtuvieron US$ 30.086 millones de dólares en
utilidades. Sin embargo, las políticas anti soberanas, y en
consecuencia, anti sociales, de los gobiernos de la Concertación y
Piñera permiten y promueven el saqueo del cobre que alguna vez fuera
nacionalizado por el gobierno de Salvador Allende, titiriteados por la
ortodoxia súper liberal que hegemoniza la presente fase de la
acumulación capitalista. Las utilidades del metal rojo, teóricamente,
son incorporadas al Fisco para ser destinadas a inversión social. Por
tanto resulta insultante que el 62 % de los ingresos del Estado
provengan del IVA –un impuesto extraordinariamente regresivo que pagan
los trabajadores y el pueblo por cualquier tipo de mercancía, incluido
los libros y alimentos esenciales- del 80 % de la población cuyos
salarios promedio son menores a los $ 320 mil pesos mensuales (US$ 666
dólares).
Por otra,
el poder creciente de la industria del crédito y las finanzas –que
lucra con recursos de terceros y no producen valor en el sentido
estricto, pero sí excedente especulativo- marca a fuego el predominio
del liberalismo financiero en Chile, tal cual ocurre en el resto del
globo. Al igual que en el cobre, la empresa de la deuda grande o
pequeña, no tiene más restricciones y regulaciones que sus propios
intereses corporativos, dañando y determinando el devenir de la
producción y el consumo, de la industria productiva que va restando en
el país y el sobreendeudamiento de lo trabajadores (cada asalariado está
endeudo en una media de 6 remuneraciones, producto del virtual
congelamiento y retroceso del precio del trabajo).
La
suma del cobre y el sector financiero en el paisito impactaron con un
35 % en el PIB de 2010. El cobre, que es puro primario extractivismo de
un recurso no renovable, es exportación sujeta a la demanda vacilante de
naciones que cualquier día, resultado de la crisis económica en curso
agravada por los acontecimientos en Japón y el Medio Oriente, pueden
ralentizar sus compras y comenzar a consumir sus enormes provisiones,
como China. Y la banca que opera en Chile, sólo produce deuda. En
efecto, la manga ancha en materia de créditos, incluso sorteando los
riesgos con aseguradoras propias, ha aumentado la producción de
viviendas y avivado el consumo y comercio en marzo (mes de compras
escolares), pero al no existir un aumento general de salarios, sino, por
el contrario, sólo preocupación por controlar la inflación que de todos
modos comienza a vivir un ciclo alcista, se convierte en una bomba de
tiempo en materia de cesación de pagos y alta morosidad, como ha
ocurrido en algunos retailer que han visto disminuidas sus ganancias
respecto del año anterior por el no pago de los créditos de usuarios
corrientes. El crédito con bajas condiciones se bascula con intereses y
el costo de gastos operacionales leoninos. Y el tiempo, los salarios
enanos y la inflación construyen las condiciones de una crisis en
ciernes.
Marzo 25 de 2011
Vìa:
http://www.kaosenlared.net/noticia/chile-despues-obama-tragedia
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