Los verdaderos piratas de la industria discográfica están en las multinacionalesJoaquín Sabina
Los talibanes de Internet
Luego de algunos malabares retóricos para disimular las auténticas culpas de quienes verdaderamente le han quitado la virginidad a sus canciones —sus propios fans— “robándolas” en el file-sharing, el cantante y compositor pop Alejandro Sanz arremete en un artículo en El País contra esos abyectos “burdeles musicales” y “proxenetas de las canciones robadas”, de la “trata de blancas, de negras, fusas y semifusas”, las temibles… páginas de enlaces. Si algo están aprendiendo las estrellas, es que no es del todo conveniente lanzarse directamente contra su propio público.Los nuevos fascistas, según él, son esos sitios que indican a los usuarios dónde encontrar lo que buscan. Así como las guías de TV, esas revistas que incluyen un detallado y ordenado índice de dónde encontrar los programas de TV que interesen, los llamados “sitios piratas” (o “sitios de enlaces”, dicho correctamente) no son más que un índice de “la programación” de internet1. De igual forma que las guías de TV, no emiten señal, ni son responsables de la programación, ni de los televidentes que están colgados al cable, las páginas de enlaces se limitan a indicar las coordenadas virtuales (el enlace) del programa, serie, canción o película que se busque, pero que alojan o intercambian otros. Vaya triquiñuela que han encontrado para sacar algunos euros con la publicidad… como las guías de TV. Sin pagarle nada a los proveedores del contenido… como las guías de TV. Podrá parecer un curro… como las guías de TV. Pero no es ilegal… como las guías de TV.
El “problema” es que así también lo han entendido los Jueces españoles —esos jueces que aún falta “educar”2 lo suficiente, según los cables de wikileaks. La Ley Sinde no es otra cosa que la instauración de un expeditivo sistema administrativo para eludir este anecdótico tramiterío burocrático propio de los países que se definen como democráticos: las leyes y el poder judicial independiente. Como los jueces no fallan a nuestro gusto —dijeron los funcionarios y lobbistas en una loable actitud republicana— saquemos a los jueces del medio… allí está el fascismo que a los verdaderos fascistas, lógicamente, les cuesta ver.
En cambio, enseguida se escandalizan —y rápidamente califican de “fascistas”— a las multitudes virtuales salen a la calle a protestar atreviéndose a reclamarle a los políticos que cumplan con el mandato popular de defender los intereses de sus representados —y no de las corporaciones extranjeras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario