martes, 12 de octubre de 2010

Sociedad , Islamofobia: La discriminación del Siglo XXI Jesús Aldabi Olvera



http://2.bp.blogspot.com/_fFkFTizCqXs/Swcs2Z_7yII/AAAAAAAAAeo/yWpw4XPXzrc/s400/pic_islam.jpg 14 de octubre (apro).- Durante los últimos 20 años, diversos políticos, articulistas, comentaristas y organizaciones de Europa y Estados Unidos han incrementado sus ataques contra la religión islámica y sus creyentes. Su premisa: el Islam es contrario a todos los valores de la “civilización occidental”.
Los crecientes triunfos de la derecha xenófoba europea confirman el buen resultado de las campañas políticas enfocadas a culpar por los problemas de Europa a los inmigrantes, especialmente los musulmanes del norte de África, así como de Turquía y Pakistán.
Así, han surgido políticos como el holandés Gert Wilders, quien durante una visita a Australia tachó al Islam de “retrógrada”. Con un discurso xenófobo, Wilders hizo que la organización que encabeza, el Partido por la Libertad, triplicara sus escaños durante las elecciones de junio en Holanda.
También en Alemania, Thilo Sarrazin, antiguo consejero del Bundesbank, publicó en su libro Alemania se deshace, su teoría del “gen turco”, que impediría a los originarios de esta nación lograr un desarrollo intelectual igual al de los alemanes y que, debido a la alta inmigración, derrumbaría el cociente intelectual del país teutón.
En Suiza, la prohibición en 2009 de los minaretes --torres construidas al lado de las mezquitas que sirven para llamar a la oración--  fue iniciativa del líder del Partido Popular de Suiza, Oskar Freysinger, quien dijo al diario El País que “la inmigración islámica traerá el fin de la Europa de las luces”.
En España y en Francia intentan ilegalizar el Islam prohibiendo el hiyab o velo islámico. En Suecia, la derecha xenófoba del Partido de los Demócratas entró en el parlamento el 19 de septiembre, gracias a su insistencia en el “problema” de la creciente minoría de refugiados iraquíes que piden asilo. Y en Estados Unidos, el pastor Terry Jones convocó a quemar ejemplares del Corán el pasado 11 de septiembre.
Estas declaraciones e incitaciones han tenido respuesta en el mundo Islámico y algunos sectores de izquierda, que las tildan de islamófobas.
Deepa Kumar, experta en medios, imperialismo e islamofobia en la Universidad de Rutgers de Nueva Yersey, polémica por su artículo Las caricaturas danesas: el racismo no tiene lugar en la izquierda, dice a Apro que “la retórica antimusulmana ha existido en Occidente desde hace 200 años. Su contexto es la colonización del norte de África por Europa”.
         Explica que “el lenguaje es muy importante”, pues mediante él se construye el estereotipo de que las personas que viven en estos países son “incivilizados, bárbaros, no entienden la democracia… necesitamos colonizarlos y civilizarlos”.
De acuerdo con la experta de origen indio, la islamofobia estadounidense es más reciente. Específicamente, parte de la guerra contra el terrorismo de George Bush, el 11 de septiembre de 2001 y el plan neoconservador de reorganizar la política global, especialmente en el Medio Oriente, de acuerdo con los valores del proyecto del Nuevo Siglo Americano.
“Vino desde entonces un nuevo lenguaje. Se necesitaba un nuevo enemigo desde el colapso de la Unión Soviética; un nuevo enemigo en la forma del terrorismo musulmán para justificar la guerra estadounidense contra Afganistán, Irak y los recientes bombardeos de Yemen…”, dice Kumar.
Entrevistado por Apro, Massoud Shadjareh, de la Comisión Islámica de Derechos Humanos de Inglaterra, afirma que la Islamofobia es un concepto polémico muy extendido y hay que aclarar algunas cosas sobre él:
“Las fobias son naturales, la gente le tiene miedo a los animales, por ejemplo… es un problema psicológico. Pero el miedo al Islam está fundado en un estereotipo, en un prejuicio; no es una fobia”, aclara.
         Prefiere explicarlo de esta forma:
“El odio anti-islámico es básicamente una imagen creada de los musulmanes. Es un estereotipo como base creadora de discriminación y odio, basado en ideas como que los musulmanes oprimen a las mujeres, que están en contra de la democracia (…) Está sumamente extendido entre las personas educadas y las no educadas. El racismo está de moda y es socialmente aceptable convertirse en islamófobo, lo cual es utilizado por la extrema derecha en Holanda, Alemania y Gran Bretaña”.
Para Shadjareh, las causas son profundas y están detrás de las estructuras del racismo, especialmente del racismo europeo antisemítico en los años veinte y treinta. Actualmente, la extrema derecha de Europa usa la islamofobia para justificar el trato infrahumano y los bajos estándares de vida de los países invadidos como Afganistán, Irak o de poblaciones musulmanas ocupadas como Cachemira en India o Chechenia en Rusia.
“Esto les quita su facultad de ser aceptados internacionalmente. Así, el genocidio y la limpieza étnica es menos impactante (…) tienen que denigrar la imagen de la gente”, señala Shadjareh.
Existen, además, otras teorías acerca de los propósitos de la islamofobia. El experto Matti Bunzl, de la Universidad de Illinois, publicó en la revista American Ethnologist, en 2005, un artículo llamado Entre el antisemitismo y la islamofobia. El artículo habla del antisemitismo y la islamofobia como proyectos de exclusión diseñados en Europa para distintos fines.
El antisemitismo fue inventado a finales del siglo XIX para servir al proyecto de Estado-nación étnicamente puro y tuvo su representación más cruel durante las décadas de los veinte y treinta con el nazismo. En el Siglo XXI, el antisemitismo ha perdido fuerza; en cambio, la islamofobia se consolida como el estereotipo que apoya la construcción de la Unión Europea judeo-cristiana contra el inmigrante, especialmente contra el musulmán.
Entrevistado por Apro, Bunzl explica: “El antisemitismo sirvió para fortificar al Estado nacional contra los extranjeros imaginados como biológica y culturalmente diferentes. Con el debilitamiento del Estado-nación en el contexto de la Unión Europea, esta forma de antagonismo se ha debilitado. En lugar de eso, ahora vemos hostilidad contra la otra civilización: el Islam”.
De acuerdo con Bunzl, la hostilidad contra los musulmanes es “sistemática” y no se basa en motivos de raza, sino por “diferencias culturales creadas”.
Incluso ya en 1978 el teórico palestino Edward Said había publicado Orientalismo, un ensayo en el cual criticaba la tradición occidental imperialista de los siglos XVIII y XIX, tanto cultural como académica, de describir a los originarios de Medio Oriente y Asia como el “otro” forzosamente diferente, inferior, bárbaro y civilizable.

El Islamófobo del año

Políticos de la talla de George Bush, Vladimir Putin, Silvio Berlusconi, Jacques Chirac, además de diarios ingleses como el Daily Telegraph, Daily Mail y The Sun han sido nominados para “Islamófobos del año” por la Comisión Islámica de Derechos Humanos. Se trata de un premio sarcástico que da la comisión a las personalidades que han hecho comentarios estereotipados o supremacistas contra los musulmanes.
En 1997, el Runnymede Trust –un centro de pensamiento que pretende crear una Bretaña multiétnica– publicó un informe llamado: Islamofobia, un reto para todos nosotros. Este informe explica cuáles son los principales prejuicios que políticos y medios tienen contra el Islam: la creencia de que es un gran bloque monolítico e invariable, insensible e inmutable; no tiene nada que ver con otras religiones o culturas; es inferior a Occidente, bárbaro, irracional y sexista; es naturalmente violento, y dentro de él existe un rechazo generalizado a Occidente, además de que es un proyecto político y no una religión o credo.
En diciembre de 2008, la organización Justicia y Objetividad en el Periodismo (FAIR, por sus siglas en inglés) hizo un reporte llamado Legitimando la Islamofobia: cómo los odiadores del Islam transmiten su intolerancia. De acuerdo con el reporte, el mundo mediático está lleno de “expertos” que llenan de los mencionados prejuicios las agendas de noticias.
Entre ellos se encuentran Bruce Bawer, autor de Mientras Europa duerme: cómo el Islam radical está destruyendo a Occidente desde adentro; Robert Spencer , autor de La verdad sobre Mahoma: fundador de la religión más intolerante del mundo ; David Horowitz, quien compara el Islam con el fascismo nazi, y Daniel Pipes, un conservador de larga carrera política, quien el 25 de agosto de 2008, en el diario Jerusalem Post, acusó a Barack Obama de ser un “musulmán converso”.
Además, el reporte incluye al libro de la periodista italiana Oriana Fallaci, La fuerza de la razón (2004), así como diversos articulistas ligados a las cadenas Fox News y CNN, y sitios web como Stop the Islamization of America, Jihad Monitor y la Liga de Defensa Inglesa.
Están también Robert Redeker en Francia, quien el 19 de septiembre de 2006 dijo al diario de derecha Le Fígaro que Jesús es un maestro del amor y Mahoma un maestro del odio, y Bat Ye´or, creadora del concepto de Eurabia: un neologismo político que asevera que Europa se convertirá en un continente islámico por la migración.
Según el artículo Wilders teje red internacional, publicado por Radio Nederlands el pasado 10 de septiembre, muchos de estos articulistas están ligados a Gert Wilders mediante su Alianza Internacional por la Libertad.
Los medios corporativos de Estados Unidos están orientados hacia este mismo plan, explica a Apro Deepa Kumar. Estas agencias hicieron muy pocas críticas a las guerras de Afganistán e Irak, tampoco cubrieron la deportación y el arresto de musulmanes en Estados Unidos, pero sí promueven el estereotipo de que todo musulmán es sospechoso por terrorismo, denuncia.
“La Islamofobia está en el establishment político. En Estados Unidos se pueden ver grupos de derecha extrema con ideas muy reaccionarias sobre los musulmanes, creen que se debe expulsar a todos del país”, dice Kumar.
Y explica que “recientemente hubo una propuesta de construir un centro islámico en la Zona Cero, y un grupo llamado Stop Islamization desató una controversia. Piensan que hay una conspiración islámica dentro de Estados Unidos, pero la población musulmana de Estados Unidos es muy pequeña. La idea es ridícula, pero resuena”.

Combatiendo el prejuicio

 “Parte esencial de la cultura occidental es el derecho a elegir, pero ahora está de moda denigrar a otras personas por una prenda que se pone en la cabeza. ¿Qué les da tanto miedo de esa prenda?” dice a Apro Massoud Shadjareh. “¿Sabes?, estamos viendo lo mismo que pasaba en los veinte y treinta. La única diferencia es que en vez de prohibir la kipá (gorro ritual) judía, ahora prohíben el jiyab musulmán”.
Y cuestiona: “¿Quién está haciendo los asesinatos a nivel mundial? Estados Unidos y sus aliados en el Occidente, pero quienes salen en los medios como peligrosos son los musulmanes (…) En la cultura popular de Hollywood es peor: no puedes encontrar un buen musulmán en un filme o un documental. Todos son terroristas, criminales. No hay un solo chico bueno musulmán en las películas”.
Para combatir esta clase de prejuicios han surgido muchas iniciativas, entre las que destacan el Foro contra la Islamofobia y el Racismo, sitios de monitoreo como islamophobia.org, islamophobia-watch.com e islamophobie.info, y organizaciones como la mencionada Comisión Islámica de Derechos Humanos y la Fundación de Cultura Islámica en España.
Acciones como festivales para informar sobre el Islam, debates en la televisión y cadenas humanas entre mezquitas, sinagogas e iglesias, son parte de las acciones de la Fundación de Cultura Islámica.
De la misma forma, la Comisión Islámica de Derechos Humanos ha lanzado informes sobre las violaciones de derechos humanos de los musulmanes en Europa y está en constante contacto con las Naciones Unidas gracias a al status que mantiene como miembro consultor de la organización internacional, aunque esto no ha evitado que dentro de la misma izquierda existan críticos al concepto de la islamofobia.
El Manifiesto de los 12, un documento firmado en marzo de 2006 por intelectuales como el escritor indio Salman Rushdie, la feminista somalí Ayaan Hirsi  y la comunista iraní Maryam Namazie, hace hincapié en el “peligro del islamismo”.
“Después de hacer vencido al fascismo, el nazismo y el estalinismo, el mundo le da la cara a una nueva amenaza global de tipo totalitario: el Islamismo --dice el manifiesto--. Nos negamos a renunciar a nuestro espíritu crítico por evitar ser acusados de islamofobia, un concepto malogrado que confunde la crítica del Islam como religión con la estigmatización de sus creyentes”.
Pero, de acuerdo con Kumar, existe una diferencia entre el derecho al libre discurso a promover un discurso del odio:
“En los países europeos los discursos antisemíticos no son permitidos por la historia de lo que fue el Holocausto”. La experta se pregunta: “Por qué no se prohíben los discursos de odio contra los musulmanes?
“Este discurso cree que toda esta gente, todos los musulmanes, están envueltos en una especie de Choque de Civilizaciones, la idea diseñada por Samuel Hungtington que dice que la cultura Occidental es democrática y la cultura musulmana no lo es.
         “En los tiempos del fascismo los judíos eran presentados de una forma diabólica, lo mismo pasa hoy con los musulmanes; esto no es criticar una religión. Además, hoy son los musulmanes quienes están muriendo y son torturados por miles en Medio Oriente”, apuntó.
Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/84230

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