2.
Izquierda es una posición política coherente que lucha de diferentes
formas por los intereses de los explotados y oprimidos. La izquierda
real tiene la obligación de apoyar de manera directa y en concreto las
luchas defensivas de los trabajadores, las huelgas, las manifestaciones,
las batallas en las calles, en el campo, en las escuelas, en los
procesos electorales, en las guerrillas, si fuera necesario. Ser
solamente anti PRI, anti PAN, anti presidente, anti gobernador, anti
imperialista, anti medios de información, no tiene nada que ver con la
izquierda. Los izquierdistas son anticapitalistas en toda la extensión
de la palabra: luchando contra el sistema de dominación y practicando
formas de vida y de relaciones anti capitalistas. ¿Cómo autocalificarse
de izquierda si se es dispendioso, consumista, destructor del medio
ambiente, autoritario en el hogar, el trabajo y en la calle o no
indignarse ante cualquier injusticia?
3. A
falta de izquierda –aunque aún quedan sus restos- gobiernos y
empresarios hacen lo que les da la gana con el país. Aunque la izquierda
luchadora, antipoder, apareció en México al iniciarse el magonismo en
el año1900 -pasó por la Casa del Obrero Mundial de 1912 a 1915, y por la
lucha zapatista de 1910-19- en adelante nunca fue alternativa
revolucionaria de los trabajadores o del pueblo. A partir de la
consolidación en 1920-40 de la revolución burguesa mexicana y de su
continuidad, la izquierda sólo subsistió de manera formal o burocrática
dependiente de ayudas de la URSS o de algún funcionario “progresista” o
cardenista. La izquierda nació y vivió en absoluta marginalidad porque
la “ideología nacionalista de la Revolución Mexicana la sustituyó con
creces en la práctica” y los muy raros movimientos que encabezó fueron
reprimidos con saña. ¿De dónde podría haber una izquierda si la
revolución y el cardenismo la taparon?
4. En
vez de izquierda –como ideología de clase trabajadora- lo que dominó
siempre en México en este campo fueron el nacionalismo y el imperialismo
que se han sintetizado en el cardenismo. Si en los sesenta y setenta el
debate ideológico marxista, leninista, maoísta, trotskista,
guerrillerista, estuvo presente en los centros de educación superior y
entre los pequeños partidos izquierdistas, entre la mayoría de los
intelectuales orgánicos la ideología “nacionalista y antiimperialista”
dominaba de manera absoluta y fue esta ideología la que predominó en la
fundación de partidos grandes –impulsados en el sexenio de Echeverría
Álvarez- en los años setenta. La realidad es que el marxismo y sus
diversas interpretaciones no tuvieron que ver en la fundación de los
llamados partidos de izquierda que en realidad sólo eran electoreros,
dado que sólo buscaban el cumplimiento de la constitución burguesa y el
nacionalismo.
5. Siguió registrándose un
discurso de izquierda pero una práctica abiertamente electoral y en
búsqueda de cargos. Así que la izquierda que no apoyó a los electricista
que ha denunciado el líder Esparza y la que ha desaparecido del
panorama según el amlista Batres, es una izquierda inexistente. No se le
puede “pedir peras al olmo” si éste sólo da elecciones. Pero obviamente
sí existen restos de la izquierda de los sesenta y los setenta que
rompieron con las ortodoxias y reflexionan fuera de los dogmas; pero
sobre todo han irrumpido millones de jóvenes en el mundo que exigen
libertad, descentralización, horizontalidad, igualdad, combate al
liderismo y caudillismo, acción directa. Y aunque parece que sus
batallas “no se consolidan y se pierden en la nada”, porque están contra
las organizaciones permanentes, el liderismo vertical y la publicidad,
son una fuerza que pica y se retira que el gobierno persigue con saña.
6.
Estos jóvenes que dicen no perder el tiempo en luchas ideológicas
teñidas de dogmas, citas, héroes y santos; parecen moverse a partir de
la indignación contra todo tipo de poder de derecha, centro o de
“izquierda” que busca defender sus privilegios de Estado. Aunque estos
jóvenes son pueblo, no se dicen de izquierda, pero al enfrentarse al
sistema de explotación lo son en los hechos. En la medida en que las
sociedades capitalistas no le garantizan a los jóvenes estudio y/o
empleo, un ingreso seguro y son perseguidos por sus formas de ser o
vestir, se van convirtiendo en enemigos del sistema (de todos los
gobiernos, partidos, instituciones) El fondo de estas ideas de las
mujeres, los jóvenes , marginados, ya las planteaba Marcusse en los
primeros años de los sesenta al observar el crecimiento de la economía
terciaria, de los servicios y el encuadramiento del proletariado de la
gran industria al sistema capitalista.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/07/mexico-la-izquierda-desaparecio-ha.html
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