Un pueblo educado sabrá elegir dirigentes honestos y
competentes. Estos elegirán a sus mejores asesores.
Un pueblo
educado no permite corruptos ni incompetentes.
Un pueblo de
ignorantes desperdicia sus recursos y se empobrece.
Un
pueblo ignorante vive de ilusiones.
Un pueblo educado sabe
diferenciar muy bien un discurso serio, de una charla demagógica.
Un
pueblo de ignorantes es tierra fértil para el discurso falso.
Tarja Kaarina Halonen, presidenta de Finlandia.
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