Muchos dudaban aunque los más afirmaban que en los comicios
presidenciales de diciembre pasado existió un complot político marcado
por el candidato Marco Enríquez que salido de la nada si permitió el
triunfo del conservador Sebastián Piñera quien ejerce ahora la
presidencia del país.
Las sospechas se
confirman de cierta manera con la enfática afirmación de que “Sin MEO
(1) no hubiese ganado Piñera” lanzada por Eduardo Tironi en el diario
“El Mercurio” el nueve de mayo/10. Tironi, sociólogo y empresario, fue
directivo en la campaña electoral de Eduardo Frei Ruiz-Tagle,
representante de la entonces gobernante Concertación por la Democracia
nacida durante la tiranía de Pinochet. Al obtener EFR menos votos en la
primera vuelta, Tironi, ni corto ni perezoso, respaldó a Piñera en la
segunda. Se autodefine como un “empresario intelectual”, aserto
pintoresco, mas lo concreto es que él conoce muy bien los entretelones
de todas las candidaturas.
Los complots han figurado desde
siempre en el área de los aspirantes al poder y quizás el más célebre en
la historia es aquel que culminó con el asesinato del romano Julio
César. Ahora, empero, hubo sólo fallecidos políticos, encabezados por
los dos candidatos perdedores antes mencionados. Acerca de uno de ellos
escribimos antes de los comicios:
“Marco Enríquez Gumucio (MEG):
este individuo es postulante a la Presidencia de la República aunque sin
atributo alguno para ello. Si examinamos sus actitudes y flaquezas debe
ubicársele también en la nómina de los super tránsfugas. Es diputado
gracias al Partido Socialista en el cual militaba y del cual se fue para
autoproclamarse candidato “independiente”. Ahora, su preocupación
básica es atacar al PS. En los hechos, MEG se empeña en emporcar la
memoria de su padre biológico, Miguel Enríquez, líder del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR) y quien fuera asesinado en desigual
combate por esbirros de la tiranía pinochetista”. (2)
Criado y
educado en Francia adonde estuvo exiliada su madre, la periodista
Manuela Gumucio, MEG, aunque provisto de un patológico egocentrismo, no
podía ignorar que estaba en una batalla perdida y se convirtió entonces
en el primer actor de la maniobra enfilada a conseguir el triunfo de su
aparente contendor, Sebastián Piñera.
Pero, en esa aventura no
estuvo solo.
El otro actor principal de la oscura movida fue Max
Marambio (MM) quien fue el “jefe político” y en parte financista de la
postulación de MEG. Este “generalísimo” en campaña carecía asimismo de
méritos políticos-partidarios. En los años sesenta y setenta del siglo
pasado había militado en el MIR y fue miembro del grupo armado que
operaba en defensa del presidente Salvador Allende y que en habla
popular era llamado Grupo de Amigos del Presidente (GAP). Exiliado en
Cuba, MM resultó un as de los negocios y advino millonario al crearse
empresas mixtas. Ahora es pariente político cercano del empresario Juan
Cueto, amigo de confianza y socio principal de Sebastián Piñera en Línea
Aérea Nacional (LAN) y en otras empresas. MM era visitante frecuente en
la residencia particular de Piñera, rasgo que se mantuvo en pleno
desarrollo de las candidaturas.
Hay otros elementos
significativos. Los órganos de información conservadores le dieron
amplia tribuna tanto a MEG como a MM en atención a que, si no estaban
también confabulados, si era fácil deducir que el único beneficiado con
la postulación del primero era SP y ello se comprobó en los comicios
Operación
despiste
Entre las medidas enfiladas a ocultar el propósito real
de la postulación de MEG figuraba lanzar ataques “suaves” a su
llamemosle contendor. Así el 4 de noviembre pasado declaraba MG: “Este
tipo de políticos son del pasado; aquí (léase yo) está el futuro.” Con
majadería, MEG proclamó a menudo que ser joven era un mérito…El diario
“El Mercurio” (Santiago de Chile y decano de los medios derechistas)
insertó el 13 de mayo/10 un artículo de MEG llamado “El gobierno de
Sebastián Piñera”.En él critica sin fuerza al ahora presidente y se
ostenta como “historiador”. En efecto, al referirse a los gobiernos
derechistas habidos en Chile omite como tales a los 17 años de Augusto
Pinochet. Bien, en cuanto a los comentarios sobre SP se interpretan como
un nuevo esfuerzo para ocultar que su postulación aseguró la victoria
de Piñera.
Marambio tuvo asimismo donde escribir después de las
elecciones y el 31-12-10 lo hizo en la revista rabiosamente anticubana
“The Clinic”. Bajo el título “El año de la decepción y la esperanza” se
refiere a la sonada derrota de su favorito quien no pudo siquiera pasar a
la segunda vuelta ni tampoco pudo elegir un solo parlamentario. Para
desarrollar sus peregrinas ideas compara a Enríquez con Barack Obama.
Dice: “Tomamos prestado de Obama su lema “Yes gúi can” (sic). Fue
nuestro primer slogan (sic) de campaña”.
Para explicar lo
inexplicable, dicho escrito habla más de Obama que de MEG y a la vez es
una auténtica cursilada como aquello que MEG y él pensaban en “en tomar
el cielo por asalto”. Pero, además, estos dos personajes aquí tantas
veces nombrados, utilizaron en la contienda electoral un lenguaje que no
expresaba ideas sino voluntades: ellos “rechazan el hartazgo con lo
políticamente cotidiano o están cansados de pactos y componendas”
Ese
lenguaje agresivo, pero carente de racionalidad, fue el que emplearon
antaño los fascistas de Mussolini y los nazis de Hitler. En ambos
ejemplos se atacó a los partidos burgueses tradicionales aunque tales
críticos participaron en los comicios. En Chile, las colectividades de
la Concertación se merecen ácidos reproches por haber mantenido el
sistema de un capitalismo rampante impuesto a sangre y fuego por la
dictadura castrense. Sin embargo, se cae de maduro que con un Jefe de
Estado que es defensor a ultranza del neoliberalismo tal situación sólo
empeorará.
Notas:
1) Enríquez
utiliza como segundo apellido Ominami que es el de su padre adoptivo y
de ahí que su sigla es tanto MEO como MEG.
2) Ver “Punto Final” N*
698, noviembre 2009.
Hernán Uribe es periodista y escritor
chileno.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/05/una-conspiracion-decidio-el-triunfo.html
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