No es fácil hacerlo. Hay que tener convicciones. Lo que significa ya ir contra la corriente. El pragmatismo actual que no es otra cosa que mirar primero ver nuestra conveniencia personal y luego opinar, o la mayoría de las veces callar. Para la pachanga mediática, incluido Internet, vamos todos. Lacan decía que una cosa es el sueño y otra el relato del sueño. Una cosa es el megaterremoto y maremoto en Chile,con una magnitud y fiereza de la naturaleza impactante y otra cosa el relato mediático, las críticas apresuradas, el acuñar frases como reconstruir Chile porque es un pueblo aguerrido y con gran entereza. Otra cosa es pensar en construir un Chile nuevo y más justo. Una cosa es la respuesta emocional, la solidaridad emocional y otra la solidaridad estructural. Si en Chile se institucionalizó la pobreza como forma de vida, con bonos y la mitomanía de una educación pública y un sistema de salud de excelencia con una desigualdad en la distribución de la riqueza que lo ubica entre los países más injustos del planeta. Otra cosa que se puedan crear condiciones para una movilidad socio-económica basada en la justicia social. Un sistema público de previsión social que incluya a los chilenos en el exterior y con reajustes acorde a la inflación ya que este modelo privado no tiene mecanismos para enviar al extranjero esa modesta jubilación y obliga a gastar de ese dinero en transferencias y contar con algún familiar que lo cobre, incluyendo que se descuente el 7% para la salud pública. Obligar a un sector social a ser pobres dignos que cuando hay problemas grandes como el megaterremoto y maremoto deban vivir dando gracias a cuantos aparezcan, por supuesto con cámaras, frentes a sus pocos bienes destrozados. Más aún esperar que no surja el pillaje y la mala leche de sectores ignorados, resentidos y sin posibilidades de insertarse a una sociedad como iguales. Mientras se asustó a la buena gente, que estaba sin casa, sin seres queridos, por causa de la mala gente con el toque de queda y con ello las desprolijidades operativas del gobierno quedaron un poco ocultas. El Presidente electo insistía en que lo primero era restablecer el orden público, cuando lo primero era que él se diera cuenta desde su visión neocapitalista, que lo primero era asistir con eficiencia y segundo es revisar el orden público partiendo de una sustitución de la Constitución de la dictadura cívico-militar, del sistema binomal que permita tener un parlamento mas ecuánime y un modelo social menos consumista, menos egoísta producto del individualismo exacerbado que genera el modelo de las emociones pasajeras, para reponer el modelo de pobreza ya establecido y los canales de televisión vuelvan a su mediocridad habitual. No es fácil nadar contra la corriente-. Sobre todo porque bajo tus pies sólo hay agua y a tu lado...hay alguien?
fuente, vìa:
http://www.kaosenlared.net/noticia/pensar-contra-la-corriente
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