Elena Luz González Bazán (especial para ARGENPRESS.info)
Los más osados pudieron nadar, arrastrarse entre la lluvia, chocar con basura y materiales de todo tipo, autos a la deriva, audaces y valientes transeúntes fueron sorteando de acuerdo a las aptitudes físicas de cada uno. A los desprevenidos y desamparadas habitantes de este rincón Argentino los amparaban los dioses; desde el Dios Tlaloc, divinidad de la lluvia y la fertilidad Azteca, o el Pariacaca, dios pre Inca del agua, la lluvia y los vientos, el dios de los Mayas, Chaac, dios de la lluvia y la fertilidad, y así de seguido podemos nombrar a Buda, Confucio, Mahoma, Cristo, o el mismo Dios Cristiano.
Las disculpas han sido múltiples, y los pesares inmensos. Las pérdidas no tienen aún un cálculo preciso, y el temor que va quedando cuando llueve avanza, crece y angustia.
El temor, todo el mundo mira el cielo, clamando en silencio: detente, estamos desamparados, lo que se eligió ayer y hoy han dejado inermes a los ciudadanos de la ciudad y el gran Buenos Aires, ahora está lloviendo… ¿hasta cuando lloverá?
Este es un aspecto, por otro lado, esto no es sólo un problema meteorológico, sino es la impresionante agresión que ha hecho el hombre contra el medio ambiente y su conservación. Agresión que va derivando en una situación cada vez más apremiante, la deforestación, las escasas obras hídricas, la matanza de peces y animales, los ríos altamente contaminados, la falta de limpieza de las grandes urbes, y la rapiña de una denominada clase política, en nuestro país en particular y en el mundo en general, van dejando un gusto y una situación que algunos quieren explicar con predicciones, como la de los Mayas, a cumplirse el 31 de diciembre del 2012 o bien las de la virgen de Fátima diez días antes, el 21 de diciembre, sin por supuesto desmerecer estas predicciones; sino tomar el valor que tenían, por el conocimiento, en el caso de los Mayas, de la naturaleza humana. Y lamentablemente, en estas latitudes, la naturaleza humana es rentista, parasitaria que no quiere la inversión, la producción y el desarrollo.
Asimismo, y como si los problemas de esta envergadura fueran responsabilidad excluyente del partido que gobierna la ciudad, todo cae inexorablemente sobre las anteriores y la actual administración. Y sí son responsables, y mucho, porque las obras no se han realizado aún, pero no es sólo responsabilidad del gobierno comunal, también del gobierno nacional. Esta es la ciudad capital de la República Argentina, si esto pasa aquí hay que suponer lo que sucede en el resto desprotegido del país.
Pregunto: ¿no se podía haber convocado a la prefectura a que colaborara con toda la infraestructura náutica que posee? No, que se hunda el gobierno de Macri y quien lo votó. Mezquindad total. Ni un solo gesto para los habitantes. El gobierno nacional no se inmiscuye o evade su compromiso.
La licenciada Bo de Besozzi, hablando del Síndrome de Estocolmo sostiene que en la Argentina hay una identificación de ponerse del lado de, y sí es así, lamentablemente, como si la realidad fuera blanco o negro, de acuerdo a los actores en disputa.
Si no estás con el gobierno nacional porque no coincidís y criticas sus formas de gobernar, perteneces indiscutiblemente a la oposición política, no importa de cual se trate.
El gobierno o el campo
Los grandes medios o el gobierno
Los que no están con el gobierno son reputados de destituyentes.
Una verdad cerrada, acotada, mediática, donde la pregunta de cualquier ciudadano ante las críticas hacia uno u otro lado es ¿entonces estás con…?
No existe un análisis, reflexión, un pertenecer a otro espacio o forma de pensar. No existe. Hay una propaganda que elabora estas políticas para evitar una reflexión más clara y profunda.
Por eso, el desastre meteorológico donde la ciudad Capital de la Argentina queda envuelta en una hecatombe sin aditamentos, nos conduce a malos gobiernos, anteriores y actuales de toda naturaleza.
Debemos rememorar la entrega de nuestro patrimonio nacional, cuando todos o casi todos repetían que iba a ser mejor la privatización de los servicios públicos.
Y acá tenemos el efecto de las concesiones y privatizaciones. Las empresas colocan un contestador que jamás dice nada. Aparecen, ante tamaña situación un vocero o vocera para decir verdades a medias. La única verdad es la realidad repetía Juan Domingo Perón, y esa realidad es que no se hizo ninguna obra de infraestructura desde la famosa y lapidaria Reforma del Estado, Ley 23.696.
Ninguna.
En ningún espacio concesionado o privatizado: agua, energía, gas, petróleo, teléfonos y mucho menos transportes y ferrocarriles en particular.
Nada.
Todo negocio redondo con grandes subsidios.
Menem lo hizo y lo continúo De La Rúa, los presidentes por un día, Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Todos sin excepción.
No hubo de actuales o anteriores gobernadores, intendentes de la Ciudad de Buenos Aires una actitud para terminar con la reforma del Estado de Dromí – Menem.
Es más, todo continuó su camino ascendente para seguir concesionando, subsidiando y entregando cada vez más patrimonio nacional.
Estas, las lluvias y una ciudad y un gran Buenos Aires desvalido, son las consecuencias de estas políticas de Estado. En este caso, cuando se da en cualquier otro lugar del país, es aún peor, más desamparados, más peligros para la vida humana, menos lugares donde atender a los damnificados y así, se profundiza la catástrofe climática, porque las soluciones no están, y jamás llegan.
Buenos Aires no resiste más, como no resiste Argentina, con hospitales llenos de mugre y cucarachas, sin ventiladores, sin insumos, con pésimos salarios, con una realidad deprimente como los hospitales de Santiago del Estero y Formosa.
Que desilusión para ese gran sanitarista que fue Ramón Carrillo, tener que presenciar el estado de esos hospitales que con tanta dedicación promovió y levantó, los nutrió de todo lo necesario e indispensable, erradicando enfermedades y salvando miles de vidas.
Que pensará ese otro gran sanitarista como fue Arturo Oñativia, que peleando contra las grandes corporaciones de medicamentos, se plantó para hacer una ley que fuera en beneficio del pueblo.
Estas lluvias, si se vuelven a repetir, y ya volvieron hoy, dejarán nuevos tendales, porque lo dice el mismo jefe de gobierno, no hay obras, el Maldonado, cuestionada por la oposición, estará lista en su primer tramo del año que viene. Mientras tanto… a esperar, y la pregunta sería, ¿Por qué no antes?
Apenas asumieron Mauricio Macri y Gabriela Michetti se produjo un temporal, fue entre el 15 y 16 de diciembre 2007, cayeron 88.5 milímetros, se inundó todo, hacía 5 días que habían jurado. Pero ahora hace dos años y dos meses.
En ese momento, como ahora, la ciudad y el Gran Buenos Aires quedaron en condiciones deplorables. ¿No era prioritario comenzar las obras inmediatamente?
¿Cuál era el plan de gobierno?
¿O se vive de la improvisación?
Y el gobierno nacional…
Y el provincial…
Ellos también habían asumido hacía cinco días, pero ahora llevan largos dos años…
¿Cuál es su responsabilidad?, porque en esta ciudad está el gobierno nacional, el porteño, el Congreso, la Justicia y tanto más…
Las empresas de electricidad tienen una gran responsabilidad, del mismo modo que el gobierno nacional es su controlador. Pero los controles no trabajan adecuadamente, como dice el dicho popular, no es culpa del chancho sino quien le da el afrecho.
En estos días caóticos, con miles de personas regresando de sus trabajos, inmersos en una gran cortina de agua por arriba y abajo, no han recibido de la máxima investidura ni una palabra, tampoco lo hizo el lunes 15 de febrero, ni este jueves 19.
Eso sí, el fútbol para todos, hay que preguntarse quienes son todos, recibe 680 millones de pesos, en total de 980 millones y pechito López para un fórmula uno que ahora se cae, 2 millones de dólares.
Ah, y las barras bravas que van gratis a los mundiales, también son solventadas por el gobierno nacional.
La lluvia, maldición de los dioses destituyentes. Impiadosa lluvia. Favorece al campo golpista. Perdón por la ironía.
Hay que responder: Perdón, de que destitución o política destituyente hablan…
fuente:
http://www.argenpress.info/
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