David Books
Corresponsal
Periódico La Jornada
Nueva York. El régimen de Donald Trump, entrampado en su propia crisis política provocada por múltiples investigaciones por corrupción, colusión con intereses extranjeros y obstrucción de justicia que podría poner en duda su legitimidad, intervino en la crisis en Venezuela mediante un plan desarrollado en semanas recientes con gobiernos aliados y la oposición venezolana, coordinado a los más altos niveles en Washington.
Para continuar con ese plan, el secretario de Estado Mike Pompeo nombró como emisario para restaurar la democracia a un veterano del intervencionismo: Elliot Abrams, quien fue una de las figuras centrales del escándalo conocido como Irán-contra durante la presidencia de Ronald Reagan, y acusado de ocultar información al Congreso de esa iniciativa ilegal para trasladar fondos de ventas secretas de armas a los contra en Nicaragua (recibió un indulto presidencia).
Abrams también fue clave en la política intervencionista de apoyo a los regímenes de El Salvador y Guatemala y sus escuadrones de muerte, justificando o negando las graves violaciones de derechos humanos. Años después ocupó altos puestos de relaciones exteriores como asesor de George W. Bush. Durante ese periodo él sabía y envió mensajes de apoyo al intento del golpe contra Hugo Chávez en 2002, reportó ese año The Observer.
Pompeo solicitó una reunión especial del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas este sábado, donde, según lo programado, pedirá a los países integrantes que reconozcan al autoproclamado presidente interino Juan Guaidó.
Hoy en una conferencia de prensa Pompeo afirmó que esta semana el pueblo venezolano ha rechazado el gobierno ilegítimo del ex presidente Maduro y que bajo la constitución de ese país y “el apoyo del pueblo venezolano… Juan Guaidó se ha declarado el presidente interino de Venezuela”. Señaló que estos son los primeros pasos del camino de Venezuela a la libertad y que la pasión de Abrams por los derechos y libertades de todos los pueblos hacen que sea perfecto para su misión.
Cuestionado por las posiciones de México y Uruguay, que no coinciden con la de Washington, Pompeo afirmó que “todo país debería de reconocer al líder constitucional de Venezuela, y Estados Unidos ha concluido que ese es Juan Guaidó… todo país debería de reconocer la Constitución venezolana, las demandas del pueblo venezolano”.
Mientras tanto, se reveló que cuando el vicepresidente Mike Pence envió el video-mensaje al pueblo venezolano expresando el apoyo de Estados Unidos al legislador venezolano Guaidó el pasado martes, 24 horas antes de que se declarara presidente interino, eso aparentemente marcó la activación del plan que el propio Pence puso en juego.
La noche antes de que Guaidó se proclamara presidente de Venezuela recibió una llamada telefónica de Pence, quien le aseguró que Washington lo respaldaría si lograba tomar el poder de las manos del presidente Nicolás Maduro, reportó este viernes el Wall Street Journal.
Esa llamada, según el rotativo, puso en marcha un plan que se había elaborado en secreto durante semanas, cuando también se realizaron múltiples pláticas entre funcionarios estadunidenses y otros gobiernos aliados, figuras de la oposición y legisladores venezolanos, incluyendo Guaidó.
Según otras fuentes, la coalición de gobiernos que apoyó al opositor venezolano fue fruto de semanas de diplomacia secreta que incluyó un viaje secreto de Guaidó a Washington (donde por cierto hizo estudios de posgrado en la Universidad George Washington) a mediados de diciembre (también viajó a Brasil y Colombia) para consultar sobre la estrategia, reveló hoy la agencia Ap.
El secretario de Estado Pompeo habló con Guaidó el mismo día que Maduro fue juramentado para su segundo periodo, comprometiéndose a trabajar conjuntamente hacia un futuro democrático en ese país. Aparentemente la decisión de proceder se finalizó en pláticas entre funcionarios estadunidenses y líderes de la oposición a finales de diciembre e inicios de enero, reporta el Journal.
Y tal como se había prometido, cuando el opositor venezolano anunció que él era el líder legítimo del país sudamericano, casi de inmediato el propio Trump emitió un comunicado reconociendo su presidencia.
Según varias fuentes y versiones en los medios esta semana, la decisión de intervenir fue un triunfo de figuras influyentes dentro de la Casa Blanca como el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, y su subordinado encargado de las Ámericas, el cubano-estadunidense Mauricio Claver-Carone –-uno de los críticos más severos de la normalización de relaciones con Cuba– junto con legisladores anticastristas y antichavistas en Estados Unidos, incluyendo al senador republicano Marco Rubio y el representante Mario Díaz-Balart y el senador demócrata Bob Menéndez, quienes han abogado por una política más intervencionista contra el chavismo.
Mientras tanto, hoy el régimen de Trump ordenó a que todos menos los trabajadores esenciales de su embajada en Caracas salir del país, aunque sigue insistiendo en que no respetará la orden del gobierno de Maduro de sacar a todo su cuerpo diplomático del país ya que no es el presidente.
Funcionarios del régimen de Trump están en comunicación con empresarios en Venezuela y con instituciones financieras, y el Journal reporta que según una fuente oficial, el Departamento de Estado notificó a la Reserva Federal de Estados Unidos que Guaidó es el agente reconocido para tener acceso a bienes venezolanos en bancos estadunidenses.
Nueva York. El régimen de Donald Trump, entrampado en su propia crisis política provocada por múltiples investigaciones por corrupción, colusión con intereses extranjeros y obstrucción de justicia que podría poner en duda su legitimidad, intervino en la crisis en Venezuela mediante un plan desarrollado en semanas recientes con gobiernos aliados y la oposición venezolana, coordinado a los más altos niveles en Washington.
Para continuar con ese plan, el secretario de Estado Mike Pompeo nombró como emisario para restaurar la democracia a un veterano del intervencionismo: Elliot Abrams, quien fue una de las figuras centrales del escándalo conocido como Irán-contra durante la presidencia de Ronald Reagan, y acusado de ocultar información al Congreso de esa iniciativa ilegal para trasladar fondos de ventas secretas de armas a los contra en Nicaragua (recibió un indulto presidencia).
Abrams también fue clave en la política intervencionista de apoyo a los regímenes de El Salvador y Guatemala y sus escuadrones de muerte, justificando o negando las graves violaciones de derechos humanos. Años después ocupó altos puestos de relaciones exteriores como asesor de George W. Bush. Durante ese periodo él sabía y envió mensajes de apoyo al intento del golpe contra Hugo Chávez en 2002, reportó ese año The Observer.
Pompeo solicitó una reunión especial del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas este sábado, donde, según lo programado, pedirá a los países integrantes que reconozcan al autoproclamado presidente interino Juan Guaidó.
Hoy en una conferencia de prensa Pompeo afirmó que esta semana el pueblo venezolano ha rechazado el gobierno ilegítimo del ex presidente Maduro y que bajo la constitución de ese país y “el apoyo del pueblo venezolano… Juan Guaidó se ha declarado el presidente interino de Venezuela”. Señaló que estos son los primeros pasos del camino de Venezuela a la libertad y que la pasión de Abrams por los derechos y libertades de todos los pueblos hacen que sea perfecto para su misión.
Cuestionado por las posiciones de México y Uruguay, que no coinciden con la de Washington, Pompeo afirmó que “todo país debería de reconocer al líder constitucional de Venezuela, y Estados Unidos ha concluido que ese es Juan Guaidó… todo país debería de reconocer la Constitución venezolana, las demandas del pueblo venezolano”.
Mientras tanto, se reveló que cuando el vicepresidente Mike Pence envió el video-mensaje al pueblo venezolano expresando el apoyo de Estados Unidos al legislador venezolano Guaidó el pasado martes, 24 horas antes de que se declarara presidente interino, eso aparentemente marcó la activación del plan que el propio Pence puso en juego.
La noche antes de que Guaidó se proclamara presidente de Venezuela recibió una llamada telefónica de Pence, quien le aseguró que Washington lo respaldaría si lograba tomar el poder de las manos del presidente Nicolás Maduro, reportó este viernes el Wall Street Journal.
Esa llamada, según el rotativo, puso en marcha un plan que se había elaborado en secreto durante semanas, cuando también se realizaron múltiples pláticas entre funcionarios estadunidenses y otros gobiernos aliados, figuras de la oposición y legisladores venezolanos, incluyendo Guaidó.
Según otras fuentes, la coalición de gobiernos que apoyó al opositor venezolano fue fruto de semanas de diplomacia secreta que incluyó un viaje secreto de Guaidó a Washington (donde por cierto hizo estudios de posgrado en la Universidad George Washington) a mediados de diciembre (también viajó a Brasil y Colombia) para consultar sobre la estrategia, reveló hoy la agencia Ap.
El secretario de Estado Pompeo habló con Guaidó el mismo día que Maduro fue juramentado para su segundo periodo, comprometiéndose a trabajar conjuntamente hacia un futuro democrático en ese país. Aparentemente la decisión de proceder se finalizó en pláticas entre funcionarios estadunidenses y líderes de la oposición a finales de diciembre e inicios de enero, reporta el Journal.
Y tal como se había prometido, cuando el opositor venezolano anunció que él era el líder legítimo del país sudamericano, casi de inmediato el propio Trump emitió un comunicado reconociendo su presidencia.
Según varias fuentes y versiones en los medios esta semana, la decisión de intervenir fue un triunfo de figuras influyentes dentro de la Casa Blanca como el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, y su subordinado encargado de las Ámericas, el cubano-estadunidense Mauricio Claver-Carone –-uno de los críticos más severos de la normalización de relaciones con Cuba– junto con legisladores anticastristas y antichavistas en Estados Unidos, incluyendo al senador republicano Marco Rubio y el representante Mario Díaz-Balart y el senador demócrata Bob Menéndez, quienes han abogado por una política más intervencionista contra el chavismo.
Mientras tanto, hoy el régimen de Trump ordenó a que todos menos los trabajadores esenciales de su embajada en Caracas salir del país, aunque sigue insistiendo en que no respetará la orden del gobierno de Maduro de sacar a todo su cuerpo diplomático del país ya que no es el presidente.
Funcionarios del régimen de Trump están en comunicación con empresarios en Venezuela y con instituciones financieras, y el Journal reporta que según una fuente oficial, el Departamento de Estado notificó a la Reserva Federal de Estados Unidos que Guaidó es el agente reconocido para tener acceso a bienes venezolanos en bancos estadunidenses.
vía:
https://www.jornada.com.mx/2019/01/26/mundo/021n1mun
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