martes, 29 de enero de 2019

Mundo: Militares en el espacio: la nueva guerra entre Estados Unidos, Rusia y China




Estados Unidos ahora ajustarán su postura para defenderse también de cualquier ataque con misiles, incluidos los misiles de crucero e hipersónicos. Estamos, por cierto, muy avanzados también en tecnología hipersónica y misiles. Siempre estaremos a la vanguardia de todo. En cuarto lugar, reconoceremos que el espacio es un nuevo dominio de guerra, con la Fuerza Espacial a la cabeza. Mi próximo presupuesto invertirá en una capa de defensa de misiles basada en el espacio. Es nueva tecnología. En última instancia, será una parte muy importante de nuestra defensa y, obviamente, de nuestra ofensiva, son palabras que sobrepasan la retórica tonta acostumbrada de Donald Trump, porque, aunque las dijo Trump, esto es parte del plan o documento firmado y autorizado para que proceda a desarrollarlo, implementarlo y desplegarlo el famoso DoD, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, y todo su ejército científico y espacial. El plan se llama MDR, Missile Defense Review o Revisión Misilística de Defensa, fue presentado hace unos días por Trump ante los máximos generales en su visita al Pentágono en Arlington, Virginia. El plan incluye desplegar bases espaciales con armamento para destruir misiles, implementar una capa protectora en toda la atmósfera para que ningún misil toque suelo estadounidense o aliado, y reconocer que el espacio es el nuevo campo de batalla. Esto inmediatamente sonó las alarmas en el Kremlin, Rusia alertó que lo que está haciendo Estados Unidos con su MDR, podría llevar incluso a la aniquilación humana al despertar una carrera armamentística espacial. La estrategia, de facto, da luz verde a la posibilidad de basar las capacidades de ataque de misiles en el espacio. La implementación de estas ideas inevitablemente llevará al inicio de una carrera de armamentos en el espacio, que tendrá las consecuencias más negativas para la seguridad internacional y estabilidad. Nos gustaría pedirle a la administración de los EE.UU. que piense de nuevo y se aleje de este intento irresponsable de relanzar, sobre una base nueva y de más alta tecnología, el todavía recordado programa “La Guerra de las Galaxias” de la era Reagan, pide el presidente Vladimir Putin a través de María Zajarova, portavoz de la cancillería rusa. Lo que detonó esta fricción comenzó el año pasado cuando EE.UU. acusó fuertemente a Rusia de violar el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), el tratado de misiles nucleares intermedios firmado en 1987 con la Unión Soviética. Supuestamente, la culpa recae sobre el misil ruso 9M728, al cual EE.UU. lo denuncia por violar el límite del tratado que fue firmado para proteger a Europa de un ataque ruso debido a la cercanía de sus fronteras. Rusia rechaza las acusaciones, afirmando que el tratado es para misiles que sobre pasan los 500 kilómetros de distancia, y que su nuevo misil ruso 9M728, cae antes, en los 480 kilómetros. Europa está aterrada, El tratado está realmente en peligro, dijo el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg. Cuanto antes Rusia vuelva a cumplir, mejor. Según informes de Inteligencia Rusia creo este misil para defenderse de China, ya que China si ha desarrollado y tiene este tipo de misiles, lo que pondría en peligro el suelo ruso. Los acuerdos militares entre las tres potencias están prácticamente anulados y todo indica que, con la puesta en marcha del nuevo 'plan trumpiano', comenzará una competencia como nunca antes vista para rearmar el planeta y ahora el espacio. Es una guerra de misiles y ahora desde el espacio es la alerta que lanza Rusia y a la cual hoy queremos analizar junto con el desafío que lanza el Pentágono. En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen. El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, seis y Madrid, siete de la noche; México, doce, y Colombia, una de la tarde. Por Roberto de la Madrid

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