sábado, 14 de abril de 2018

Honduras: Manifiesto de Pajuiles. 365 días defendiendo el agua...Movimiento Amplio



La Conducción Política Nacional del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia celebra con júbilo junto a los pueblos de Atlántida el primer aniversario de la lucha honrosa, soberana e inclaudicable -encabezada por los Núcleos Comunitarios de Pajuiles y comunidades del sector- en defensa del derecho humano al agua y el derecho a vivir en paz y con justicia social.




Ha sido una lucha cruenta contra la empresa HIDROCEP, que se ha creído con el derecho a violentar toda normativa ambiental y social prescritas en la Constitución hondureña y en el Derecho Internacional. Los drones con que hemos sido vigilados, los matones que han agredido a pobladores y pobladoras, incluyendo nuestro Coordinador General, y aun la traición de algún dirigente comunitario que por necesidad o falta de conciencia se volvió contra el pueblo no lograron detener esta lucha firme y determinante del sector Pajuiles. Al empresario Jayson Hawit y su caterva de accionistas y operarios de cualquier nivel les decimos que el Movimiento Amplio está determinado a hacer prevalecer los derechos ciudadanos en Atlántida y en cualquier rincón de nuestra honrada Honduras, asaltada hoy día por una dictadura al servicio de intereses oscuros de una clase empresarial apátrida, corrupta y sanguinaria a la cual posiblemente pertenezca el empresario Jayson Hawit.

Ha sido también una lucha digna contra un Estado infame convertido en instrumento de colonización de su mismo pueblo, que sin ningún escrúpulo entrega nuestros bienes naturales y demás riquezas con que contamos en nuestras comunidades. Somos un pueblo organizado como Movimiento Amplio que defendemos la Honduras de todos y todas aun en contra de los injustos y criminales tratos que recibimos de las instituciones gubernamentales supuestamente encargadas de hacer prevalecer la justicia social a todo nivel.

El departamento de Atlántida no va a ser colonizado nuevamente, porque estamos defendiendo su soberanía territorial y eso es justamente lo que hoy celebramos en Pajuiles. La sierra Nombre de Dios no está en venta, porque sus bienes naturales sustentan la vida de quienes vivimos y luchamos en este honroso departamento.

El Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia es categórico en manifestar que el Estado de Honduras no puede y no debe continuar concesionando las montañas de la sierra Nombre de Dios y sus bienes naturales. De continuar haciéndolo estará incurriendo en los delitos de ecocidio y genocidio. Ecocidio contra un departamento con riquezas geológicas, meteorológicas y de biodiversidad sin igual en el resto de Honduras; al mismo tiempo que genocidio por el despojo y muerte que implican las concesiones hidroeléctricas y mineras en contra de las 110 comunidades que pueblan la sierra Nombre de Dios a lo largo del departamento de Atlántida.

Al dictador Juan Orlando Hernández, sus equipos técnicos, y a la oscura casta empresarial beneficiaria de la recolonización de que está siendo objeto nuestra patria les aclaramos que, nuestra determinación de no aceptar que la sierra Nombre de Dios sea arrasada, no se funda en criterios egoístas que beneficien a unas cuantas personas en contra del despojo y sometimiento de muchas otras. Tampoco nos oponemos porque seamos portadores y portadoras de actitudes recalcitrantes que chocan con las supuestamente brillantes acciones desarrollistas que se anuncian en los discursos de quienes promueven este tipo de explotaciones.

Nos oponemos y no permitiremos más proyectos extractivistas en el departamento porque defendemos la vida y el bienestar de cada ciudadano y ciudadana de Atlántida. Las ciencias nos dan la razón frente a los amañados, torcidos e incompletos Estudios de Impacto Ambiental que primero esconden y finalmente presentan las empresas concesionarias. A su vez, el Derecho Constitucional y el Derecho Internacional nos legitiman en nuestra determinación, frente a las últimas leyes extractivistas de carácter colonialista, promulgadas para favorecer al gran capital internacional, más que para fomentar la justicia social en el usufructo de los bienes naturales con equidad para toda la población hondureña y, en el caso que nos ocupa, para la población del departamento de Atlántida.

1) No puede haber concesiones mineras a cielo abierto, fracturando cerros, utilizando explosivos a mansalva; ni concesiones hidroeléctricas desviando caudales, almacenando aguas, rompiendo cerros para construir nuevos canales hídricos, etc en un departamento que es atravesado por una falla geológica, que luego se ramifica constituyendo un verdadero sistema departamental de microfallas sísmicas con capacidad, demostrada científicamente, para reactivarse con las explosiones continuas de los incontables proyectos mineros e hidroeléctricos que a barlovento y sotavento se pretenden implementar en la sierra Nombre de Dios.

2) En la sierra Nombre de Dios nacen alrededor de 70 ríos y riachuelos de caudales permanentes que sustentan de este vital líquido a las poblaciones del departamento de Atlántida y dotan de agua a las lagunas y humedales de la llanura costera, cuya biodiversidad acuática alimenta a las comunidades cercanas al mar y la belleza escénica que les caracteriza invita al turismo ecológico comunitario. La demanda hídrica de los proyectos mineros e hidroeléctricos más la devastación hídrica que provocan ponen en riesgo severo la aspiración de los pueblos de Atlántida de contar siempre con agua en calidad y cantidad capaz de satisfacer sus necesidades humanas y productivas.

3) Las zonas de recarga hídrica de los mantos subterráneos de aguas que recorren el subsuelo a lo largo del departamento de Atlántida se ubican en la sierra Nombre de Dios. Despedazar montañas, modificar la geología y geodinámica de los suelos de la sierra terminarán por dañar estas zonas de recarga hídrica. Cada vez será más difícil extraer agua de pozos comunitarios y artesanales y muchos de ellos terminarán agotándose por completo o con sus aguas inservibles debido a concentraciones de sustancias contaminantes.

4) Las masas de aire que soplan a barlovento en la sierra Nombre de Dios mantienen en el departamento de Atlántida una pluviosidad excepcional durante todo el año. Así se fortalecen los caudales hídricos y acuíferos, generando además niveles de temperaturas apropiadas para la salud de las personas, para que los cultivos fructifiquen y en general para mantener un clima agradable que se suma como aliciente a la belleza paisajística de nuestro departamento. Trastocar la geomorfología de la sierra implica inexorablemente cambios meteorológicos en el departamento de Atlántida. Habiéndonos adentrado en la era del cambio climático, la fortaleza estructural del sistema ecológico de la sierra Nombre de Dios deviene factor indispensable restaurador de equilibrios ambientales a escala departamental. Alterar cualquiera de los sistemas ecológicos de la sierra Nombre de Dios provocará mayor vulnerabilidad ambiental para el departamento de Atlántida.

5) La deforestación de grandes extensiones silvestres en la sierra Nombre de Dios no ha sido provocada principalmente por las comunidades, sino por las empresas madereras que han contado con los correspondientes permisos de la otrora COHDEFOR, hoy ICF. Otra parte de culpa recae sobre terratenientes ganaderos, caficultores y palmicultores a quienes el INA ha titulado enormes extensiones de tierras de serranía para deforestarlas y convertirlas en pastizales, cafetales o consagrarlas al cultivo extensivo de palma africana. Esta difícil situación empeora con las concesiones hidroeléctricas y mineras, que sólo prometen exterminio generalizado para toda la sierra. Y los pocos bienes naturales que sobreviven son privatizados por estas empresas extractivistas, de manera que los pueblos de Atlántida van quedando en la completa miseria producto del despojo de sus bienes naturales.

6) La sierra Nombre de Dios se ha constituido en el espacio geográfico y medio de vida preferencial de 110 comunidades rurales ubicadas en las partes altas de todos los municipios del departamento de Atlántida. Estas comunidades pobladas por miles de familias principalmente agricultoras que fueron asentándose a lo largo del siglo pasado, a pesar de provenir de distintos puntos geográficos de la nación, han sido capaces de mantener equilibrios con el medio natural. Es decir, si bien es cierto que tuvieron que talar bosques para levantar sus pueblos y destinar algunas tierras para plantar cultivos de subsistencia, siempre mantuvieron la costumbre de no explotar la naturaleza más allá de los puntos de equilibrio, de manera que las zonas silvestres diezmadas han contado a su vez con tiempos de desuso para su recuperación ecológica. Estas 110 comunidades no representan, entonces, peligro alguno para el sistema ecológico de la sierra nombre de Dios. En cambio, la presencia de empresas mineras e hidroeléctricas sí que son la amenaza mayor y total que puede acabar con las riquezas de la sierra Nombre de Dios. Su característico modo de proceder consistente en el arrasamiento de bienes naturales, privatización de los mismos, expulsión de las comunidades y la consabida herencia de devastación y contaminación que queda luego de finalizadas las dichas concesiones, amenazan con destruirlo todo.

La soberanía de Atlántida pertenece al pueblo hondureño de Atlántida y estamos dispuestos a defenderla. Pajuiles enseña la ruta a seguir desde hace un año y nuestros mártires Geovanny Díaz Cárcamo, Ramón Fiallos y Wilmer Alberto Paredes son portadores del fuego de dignidad y justicia que ya recorre nuestro departamento y no se apagará jamás.

Desde Atlántida llamamos a los hombres y mujeres de Honduras a organizarse y crear estructuras departamentales y regionales capaces de defender la soberanía de nuestra nación. Honduras es por ahora un Estado asaltado cuyas instituciones son incapaces de defender a las poblaciones y sus medios de vida. Honduras será verdaderamente nuestra cuando cada comunidad, cada municipio y cada departamento se organicen y determinen lo que consensuadamente se desea hacer en cada palmo de tierra catracha. Reivindicamos, por tanto, la plena vigencia de la democracia comunitaria que posibilita la paz con justicia, el diálogo generador de consensos y en definitiva la vida de toda ciudadana y ciudadano en armonía con sus entornos ambientales.

¡HONDURAS:

Atlántida se ilumina con sus mártires y Pajuiles muestra el camino a seguir!

Pajuiles, Tela, Atlántida. 22 de marzo de 2018

Fuente: Movimiento Amplio

vía:http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Honduras_Manifiesto_de_Pajuiles._365_dias_defendiendo_el_agua
 

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