Antonio Gershenson
Tenemos que considerar todo el marco que rodea a la forzada aprobación, primero en la Cámara de Diputados y ahora en el Senado, de la Ley de Seguridad Interior.
No sólo debemos verlo en el marco nacional, sino también en el marco internacional, por ejemplo el caso de Honduras, con un fraude electoral en curso que podría, para el imperio, ser uno de los ensayos previos a la elección mexicana de julio de 2018, y en general a las acciones políticas del próximo año. Y las intervenciones estadunidenses también, por ejemplo, contra Venezuela y contra Cuba. Y en el resto del mundo.
El Senado ha estado rodeado de policías y con la presencia militar, con un riguroso control de entrada. Incluso las calles de acceso han estado seriamente controladas.
En este diario, el pasado miércoles 6 de diciembre de 2017, se publicó en la página 4 que: “La minuta de Ley de Seguridad Interior que envió la Cámara de Diputados al Senado es un proyecto muy preocupante, pues está demostrado que una década después de que las fuerzas armadas fueron desplegadas en labores de seguridad pública la violencia no ha disminuido y tanto los agentes estatales como los federales siguen perpetrando violaciones a derechos humanos, incluso torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, afirmó el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Zeid Ra’ad Al Hussein.”
Y se informa que en un comunicado enviado desde Ginebra, Suiza, sede de la ONU-DH, convocó al Senado a no aprobar la Ley de Seguridad Interior y a que se abra un debate público con la sociedad civil, expertos de la academia y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre el modelo de seguridad que requiere México.
La misma CNDH, al día siguiente, publicado el viernes, mediante su presidente, Luis Raúl González Pérez, dice en una conferencia en el Colegio de México:
En opinión de lo que yo represento, (esta ley) no lo resuelve. ¿Por qué? Porque estamos a 11 años de que hablamos de profesionalización de policías y hoy damos un giro diferente; pareciera que queremos dar respuesta a lo que iba a ser transitorio, a dejarlo en una permanencia o en una actitud en el tiempo.
González Pérez lamentó que los legisladores no hayan abierto un amplio debate acerca de la iniciativa de ley, pues no se ha dado opción para escuchar diferentes voces y puntos de vista que permitan tener con prudencia, de manera mesurada, una reflexión que aborde (el tema) de una forma más integral y no parcializada.
Se han visto otras protestas en el nivel nacional, contra ese proyecto de ley. Entre ellas, las que se dieron en el Primer Encuentro de Dirigentes Sindicales, Campesinos y de la Sociedad Civil, del pasado martes 5 de diciembre. Claro, además, se aprobó un amplio programa de los sectores populares involucrados, y conteniendo también demandas generales.
Entre los participantes estuvieron varios de los principales sindicatos de rama (telefonistas, electricistas, mineros y metalúrgicos, universitarios), además centrales sindicales. De igual forma, intervinieron representantes de las principales asociaciones campesinas. Cuauhtémoc Cárdenas por su parte saludó el encuentro a nombre de su organización.
Candidatos del PRI a nivel presidencial y de la Ciudad de México, se dan por triunfantes, pese a que las encuestas los mandan al tercer lugar o incluso al cuarto en la capital. Nuevamente quieren engañarnos, pues ya están acostumbrados a decir mentiras, en este gobierno y en todos. En cuanto a la reforma energética empezaron ofreciendo una producción de 3 millones de barriles de crudo diario, cuando se producían poco más de 2.5 millones. La actual verdad es de menos de 2 millones de barriles de crudo diarios.
antonio.gershenson@gmail.com
vía:
http://www.jornada.unam.mx/2017/12/10/opinion/019a2pol
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