martes, 3 de octubre de 2017
España: Quién ganó entre Barcelona y Madrid
Se siente dramático, sin ser catalán o español, ver cómo una estructura se deslava, cuando dos bandos policiales que supuestamente cuidan a la sociedad, se enfrentan a empujones. Cómo puede ser que los que guardan el orden, a los que la sociedad confió su seguridad, se conviertan de pronto en enemigos. La respuesta: el referéndum de Independencia, el 1-O. Una votación que ha puesto de cabeza incluso a la Unión Europea (UE) y que sacado a la luz, desde los rencores más profundos de la historia, como la victoria de la Corona Española sobre el mundo catalán, hasta el orgullo económico de los catalanes de saberse uno de los sectores más productivos del territorio español. Orgullo rebatido por la crítica de los pro-Madrid, con todo tipo de aristas, desde racistas, separatistas hasta una guerra de conveniencia patrocinada por sectores reducidos que le han lavado la cabeza a muchos catalanes para separarse. Pero lo más grave, como decía ayer, no es ya el roce ideológico, sino la incapacidad. Rajoy ha exhibido su gran incapacidad de diálogo, al igual que las autoridades catalanas, lo que ha provocado ver a policías españoles aventar gente en lugar de protegerla. Casi un millar de heridos significa algo, que los que gobiernan son ineptos. Ineptos para poner orden y para dialogar. Los políticos en esta ocasión fueron muy expertos sí, para encender los ánimos de toda España, para tener un pueblo dividido, diciendo "Viva España", y otro, "Viva Cataluña", sin saber quizá el daño que se hacen entre todos. Expertos aseguran que se vaya o se quede Cataluña, afecta a la economía la incertidumbre y el desorden. Y al tener el pueblo en caos, también, es como retar a la suerte, porque si las cosas se complican, España estaría coqueteando con una guerra civil. Ya la hay, sin armas hasta ahora, pero ya hay furia. Muchos se arremolinan para maldecir a la corona española, la corrupción del Partido Popular (PP), las decisiones de presidente de Gobierno Mariano Rajoy, y también hay voces como ayer en una manifestación de "cárcel para Carles Puigdemont". ¿Quién ganó el referéndum? El resultado según el Govern catalán es de 90 % de "síes", 7 % de "noes", y un sin número de preguntas. La votación con o sin proceso amañado, sucedió en unas condiciones que no son claras, no fue el mejor escenario para votar, por lo cual no hay una garantía de que la democracia sea respetada en su totalidad; luego el número de abstenciones, la participación fue del 42 %, bajísima, con una inasistencia de 58 %. No sabemos si en el otro porcentaje que no fue a votar, por miedo o porque no cree, haya más "síes" o "noes". Además de muchas urnas que fueron amenazadas por la violencia, y el arrebato. Ante todo esto, y ante la sangre de muchos heridos, casi mil, Rajoy dice que se aplicó la ley, y Puigdemont, que ganó el derecho y la independencia. ¿Qué pasará ahora? Preguntemos. En Detrás de la Razón: los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es descubrir los ángulos que no dicen los gobiernos ni los medios de comunicación. El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la tarde; México y Colombia, una de la tarde.
Por Roberto de la Madrid
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