En Chile se registraron este verano 500 mil hectáreas incendiadas, 1600 casas y más de siete mil damnificados.
El
Estado se mostró nuevamente improvisado e impotente, incapaz de
prevenir. Y se mostraron las debilidades del modelo forestal chileno,
que hasta ahora se autoproclamaba ejemplo mundial. Y ¿ahora qué? ¿Qué se
perdió en Chile y en la región? Un debate de Continentes en medio de
árboles quemados.
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