Traducción de Ernesto Carmona / Mapocho Press
En marzo de 2016, los reclusos de dos prisiones estadounidenses
altamente secretas, conocidas como Unidades de Gestión de la
Comunicación (CMUs, en inglés), apelaron contra un fallo sumario
anterior del gobierno, en su caso contra la Oficina Federal de
Prisiones. En marzo de 2015, la Corte Federal para el Distrito de
Columbia había fallado en contra de los prisioneros, afirmando que la
CMU no violó los derechos de los internos porque las restricciones eran
“de naturaleza limitada” en comparación con las unidades de prisiones
ordinarias y mucho mejor que el régimen de aislamiento.
En su
apelación, los abogados del Centro para los Derechos Constitucionales
argumentaron que las CMUs representan una “alteración fundamental” para
los derechos y las libertades de los presos. Las CMUs tienen
regulaciones estrictas contra la comunicación con el exterior. Los
presos están aislados del resto de la población penal y sus horas de
visitas se limitan a cuatro al mes, sin que ninguna de ellas permita
contacto directo, y tres llamadas por teléfono al mes (para un total de
cuarenta y cinco minutos), que deben ser realizadas en Inglés.
Los
abogados que representan a los internos CMU argumentaron que el tiempo
típico pasado en un CMU es de tres a cinco años, cincuenta y cinco veces
más que el promedio de tiempo en detención administrativa.
A
partir de 2006, la Oficina Federal de Prisiones creó los CMUs sin ningún
tipo de condiciones o procedimiento escrito. En primer lugar, los
prisioneros reciben muy poca información sobre por qué se les transfiere
a la unidad. Están habilitados para apelar su transferencia, pero nunca
se ha publicado que ni un solo prisionero haya ganado el proceso de
apelación. La ausencia de reglas escritas sugiere que estas
transferencias se llevan a cabo sobre la base de la discriminación.
En
enero de 2015, la Oficina Federal de Prisiones finalizó las reglas
respecto a quién puede ser transferido a las CMUs y cómo deben funcionar
las instalaciones, pero como informó Christie Thompson, del Proyecto Marshall,
los defensores de prisioneros reclaman que las nuevas normas imponen
“incluso límites más estrictos al contacto sin proporcionar una razón
legítima para que los internos apelen cuando se les coloca bajo tales
restricciones”.
Alrededor de 178 presos permanecen en las CMUs.
Casi el 60 por ciento de ellos son musulmanes, según los abogados del
Centro para los Derechos Constitucionales que representan a los
prisioneros. El periodista Will Potter, quien visitó un CMU, dijo a la Real News Network
que las CMUs son efectivamente “prisiones políticas para presos
políticos”. “La gente se envía a la CMU a causa de su raza, de su
religión y sus creencias políticas”, en lugar de los crímenes que hayan
cometido, dijo Potter.
En enero 2015, en el programa TED Talk en las CMU,
Potter señaló que los guardias llaman presos “equilibradores” a los no
musulmanes, lo que significa que “ayudan a equilibrar los números
raciales, con la esperanza de desviar la atención de la ley”. Muchos de
estos “equilibradores” son defensores de los derechos de los animales y
activistas ambientales. Los periodistas no son permitidos en las CMUs,
pero Potter logró visitar “como un amigo” a Daniel McGowan, un activista
del medio ambiente en prisión.
Hay dos CMUs conocidas en Estados
Unidos, una en Marion, Illinois, y la otra en Terre Haute, Indiana.
Ambas operan dentro de cárceles federales más grandes.
En marzo de 2011, NPR publicó en dos partes un informe de investigación y The Nation
difundió un artículo detallado sobre las CMUs. En 2011 y 2013, el
Huffington Post publicó reportajes de Daniel McGowan, el primero de
ellos escrito mientras estaba encarcelado en la CMU de la prisión
Marion, Illinois. El Huffington Post ha publicado
consistentemente artículos de abogados del Centro de Derechos
Constitucionales (CCR, sigla en inglés) sobre los esfuerzos del CCR por
defender los derechos de los presos a un debido proceso y para exigir
que las políticas de las CMUs estén en línea con las normas
constitucionales. De otra manera, la cobertura de las CMUs en la prensa
popular se limitaría a reportajes como el informe “Los terroristas en
prisiones de Estados Unidos”, del New York Times de abril de
2016, que mencionó brevemente las CMUs y a sus internos
predominantemente musulmanes, pero no discutió los desafíos de la CMU a
la constitucionalidad.
Fuentes:
Will Potter, “The Secret US Prisons You’ve Never Heard of Before, “ TED video, filmed January 2015, https://www.ted.com/talks/will_potter_the_secret_us_prisons_you_ve_never_heard_of_before.
Will
Potter, interview by Sharmini Peries, “‘Little Guantanamos’ in the US,”
Real News Network, broadcast October 20, 2015, transcript,http://therealnews.com/t2/index.php?option=com_content&task=view&id=31&Itemid=74&jumival=14945.
Carrie Johnson, “Inmates Try to Revive Lawsuit over Secretive Prison Units,” NPR, March 15, 2016, http://www.npr.org/2016/03/15/470430094/inmates-try-to-revive-lawsuit-over-secretive-prison-units.
Chip Gibbons,
“Circuit Court Weighs Appeals in ‘Communication Management Units’
Prison Case,” Bill of Rights Defense Committee, March 17, 2016,http://bordc.org/news/circuit-court-weighs-appeals-in-communication-management-units-prison-case/.
Student Researcher: Allison Bamford (University of Regina)
Faculty Evaluator: Patricia W. Elliott (University of Regina)
vía:
http://piensachile.com/2016/12/pequenos-guantanamos-eeuu-prisiones-secretas-llamadas-unidades-gestion-comunicacion/
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