Antes de pensar en el suicidio, recuerda que nuestros antepasados, durante miles de años, se divirtieron disfrutando de la compañía de sus familias y amigos, fabricando sus juguetes, bailando al son de la música de sus amigos y vecinos, explorando la naturaleza inagotable, inventando juegos de ingenio con materiales reciclados y sencillos o simplemente con su única imaginación y la palabra, y dicen que eran al menos tan felices como nosotros. ¿Qué nos ha pasado en estos últimos 20 o 30 años, por qué, para qué? ¿Nos divertimos más o mejor? ¿Qué valió la pena y qué no?
Puedes leer una versión más extensa de la introducción para esta reflexión aquí.
Grupo de Reflexión de Tetuán
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