Elena Poniatowska
Los mexicanos nos indignamos ante el discurso antimigrante de Donald Trump y desde 2015 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos alertó de los abusos en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México. El menor error es motivo de aislamiento, despojo de pertenencias, cateo y trato de delincuente. A la agresión verbal se suma la física, que incluye empujones y jaloneos. Testimonios de quienes pasan por este infierno confirman que los agentes jamás cumplen con avisar a los familiares o amigos que esperan. Algunos tienen la desgracia de permanecer allí días enteros sin agua ni alimento, sin traductor y hasta sin zapatos.
Si estos abusos se cometen en el aeropuerto más importante del país, con un constante flujo de servidores públicos que resguardan la integridad de viajeros con cierto nivel económico (porque no todos pueden volar), imaginen lo que sucede en la frontera sur, por la que pasan miles de indocumentados provenientes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Belice, a quienes los aduaneros maltratan.
La doctora en leyes argentina María Eloísa Quintero hizo su tesis doctoral sobre la trata de personas en México relacionada con la migración. Las cifras son alarmantes. Según la Secretaría de Gobernación, al año ingresan a México un aproximado de 150 mil centroamericanos indocumentados, pero los organismos civiles hablan de 400 mil. Para llegar a Estados Unidos, el riesgo de atravesar México implica robos, extorsiones, amedrentamientos, golpes, violaciones y demás hechos ilícitos. A esto se ha sumado recientemente otro fenómeno: el secuestro.
No sólo migran hombres, sino familias enteras, cuyas mujeres son secuestradas por agentes migratorios mexicanos y entregadas a Los Zetas, La familia michoacana y demás. El caso de los niños es escalofriante: 57 mil mexicanos y centroamericanos cruzaron la frontera sufriendo golpes, violaciones y explotación. En su tesis doctoral, María Eloísa Quintero anota que en 2014 más de 10 mil menores no acompañados fueron presentados ante el Instituto Nacional de Migración (INM) en México, pero sólo 752 fueron repatriados. ¿Qué destino tuvieron los otros niños?
Es lamentable que el INM se encuentre entre las instancias migratorias más corruptas del mundo, cuando en el pasado México se caracterizó por su generosísima hospitalidad. ¿Recuerdan a los republicanos españoles, a los argentinos víctimas de la dictadura, a los chilenos perseguidos por Pinochet y a todos los europeos durante la Segunda Guerra Mundial? Es lamentable que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México vulnere los derechos humanos y justifique la incomunicación y la agresión física y verbal a los migrantes. Es lamentable que los organismos encargados de actuar con justicia se quejen del discurso xenófobo de Donald Trump, y traten a los migrantes como basura, igual o quizá peor que sus pares estadunidenses.
A la estudiante argentina Elizabeth
vìa: http://www.jornada.unam.mx/2016/09/07/opinion/a09a1cul
No hay comentarios:
Publicar un comentario