Suso de Toro – eldiario.es
Lo que llamamos “globalización” consiste en la concentración de poder
financiero y político en pocos focos, o sea que nos quitan poder. La
novedad es la velocidad que ha tomado ese proceso y que hace que
nuestras ideas no consigan ir al paso de los acontecimientos. Ya no
hablo de ideologías alternativas a esa fiera desbocada que es Wall
Street y su argumento, el neoliberalismo.
Wall Street luchó un principio con el proyecto de unidad que se
concretó en la Unión Europea y, de una forma peligrosa para el dólar, en
el euro. El euro nació sin los instrumentos necesarios para ser una
moneda verdaderamente de todos los europeos, y no manipulada por el
capital alemán, pero fue una novedad que le daba a Europa una
consistencia financiera que se correspondía con el tamaño de su
economía, la primera del mundo.
Es posible que no solo el euro haya fracasado, pues tal como está
perjudica a una parte de la población europea, sino el proyecto europeo
mismo.
La agresividad de la política del imperio norteamericano, que tiene
sujeta y sometida a Europa a través de la OTAN, le ha quitado a la Unión
capacidad política sistemáticamente y la ha arrastrado a sus intereses
geoestratégicos. En su lucha contra Rusia puso en riesgo al continente
con el golpe de estado en Ucrania, en la frontera rusa. Y en lo que
llaman “Oriente Medio”, pues para el Pentágono nosotros somos “Oriente
Próximo”, pagamos el apoyo a los talibán contra los rusos en Afganistán,
la posterior invasión de ese territorio, la destrucción de Irak, ahora
la devastación y fragmentación de Siria…
Esa parte del mundo es un corredor que siempre fue codiciada por
Alejandro Magno, el Imperio Romano, los árabes, el imperio otomano, los
ingleses y ahora EEUU. Clave para el paso de la seda, las especias, los
esclavos, el algodón de la India y ahora el petróleo.
EEUU tiene la responsabilidad imperial sobre esa parte del mundo.
Tras los acuerdos en Camp David con el declinante Imperio Británico,
liquidado por la II Guerra Mundial, los norteamericanos asumieron el rol
de organizar el poder en ese territorio. Son quien apoyó un Israel
nuclear que actúa como una potencia delegada pero con intereses propios y
quien tuteló la emergencia de esa nueva potencia suní que ahora está
actuando a través del yihadismo: Arabia Saudí agrupando a su alrededor
Jordania, emiratos…Fueron EEUU los responsables de que el enfrentamiento
político y militar con Irán y Siria, aliados históricos de Rusia, se
trasladase a la división del mundo musulmán entre shíies y suníes.
Finalmente el Pentágono, esa máquina donde se funden la industria
armamentística y el petróleo, ve como Arabia Saudí escapa a control y
está dispuesta a imponerse a la OTAN, crear su propia alianza y quedarse
con toda esa parte del mundo.
Lo que no nos cuentan los medios es lo esencial para comprender lo
que significan esos atentados: es terrorismo suní, es la política que
criminal e irresponsablemente echaron a andar los norteamericanos
creando todo tipo de milicias islamistas con las que luego jugaron y
juegan y que ahora controla Arabia Saudí. Ese terrorismo es un
instrumento político para imponer condiciones.
Europa políticamente es infantil y su ciudadanía se conmueve un mes y
luego otro con sucesivas imágenes de niños y adultos escapando de la
guerra Siria, ignorando en su inopia que esa guerra fue iniciada por su
hermano mayor, el jefe de la OTAN. Europa se culpa a si misma, no
tenemos corazón, traicionamos nuestros ideales y nuestros
principios…Cierto, pero quien debiera hacerse cargo de esas personas que
buscan refugio aquí es la potencia que pagó y formó milicias en
Jordania para luego invadir Siria, la que está al norte del continente
americano.
Pero Europa seguirá arrastrada uncida a EEUU por Reino Unido, cuando
no por Francia, a sucesivos y cruentos disparates imperialistas mientras
no se transforme verdaderamente en un ente político autónomo. O eso o
será el fracaso europeo.
Y, por cierto, ahora igual que antes, “¡OTAN, no!”
vìa:
http://www.attac.es/2016/03/26/europa-paga-sus-platos-rotos-y-los-de-otros-tambien/
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