domingo, 4 de octubre de 2015
Chile: El caso del médico de Viña... callar el clasismo es apoyarlo...Roxana Viira y Elizaveta Tatarnikova
Roxana Viira y Elizaveta Tatarnikova
Estos días se ha hecho famoso un video sobre el médico que maltrató al perro y a una mujer en el ascensor. Nosotras, dos amigas extranjeras, no acostumbradas a la forma de ser de la sociedad chilena, hemos visto las muestras de la discriminación continuas en Chile hacía sus propios ciudadanos: cuando las personas que se sienten superiores en algo, aunque no sean de clase alta. Por ejemplo, incluso los conserjes a veces se atreven a maltratar o humillar a las personas (chilenos o extranjeros de los países cercanos) que consideran inferiores o poco importantes, por su aspecto o condición social.
En Chile hay un clasismo atroz, pero todos intentan vivir como si no lo existiera. Todos tienen vergüenza de decir que viven en un sistema clasista, que el clasismo penetra su vida y nadie puede evitarloLo primero que podemos decir, es que el clasismo es terrible y no debe existir en el siglo XXI. No entendemos cómo el sistema de clases puede existir en nuestros tiempos en un país tan desarrollado y moderno como pretende ser Chile, el país más desarrollado y avanzado de Sudamérica. Pero, lo que más nos impactó, es que incluso en el nombre de este video se trata del perro, no se habla de la mujer. Aunque el hombre ejerció la violencia física y seguramente verbal sobre ella, aunque no se escucha en el video. Consideramos lo que pasó como un acto de odio de clase y machismo, que fue agravado con el hecho de que junto a la mujer había un perro. Si en vez de la mujer hubiera estado un hombre, este clasista no se habría atrevido a hacerlo. Aunque, ante una mujer, él siente una total impunidad. Considerando que en Chile el machismo es muy fuerte (aunque a lo mejor puede ser menor que otros países de America Latina), las mujeres aquí son muy vulnerables en los casos del odio de clase.
Aparte de esto, hemos notado que en Chile no se pronuncian la palabra “clase” y no dicen a qué clase pertenece uno, en vez de eso, existen muchos eufemismos, que suplantan la palabra “clase”, o hablan indirectamente. Esto pasa siempre, cuando en una sociedad se calla y se oculta un problema. En Chile hay un clasismo atroz, pero todos intentan vivir como si no lo existiera. Todos tienen vergüenza de decir que viven en un sistema clasista, que el clasismo penetra su vida y nadie puede evitarlo. Entendemos que es un tema doloroso y trágico. Pero, lo que todos tienen miedo de hablar de eso – ayuda a conservar el actual estado de las cosas. Para eliminar un problema, hay que comentarlo y reconocerlo, es el primer paso para la resolución. Mientras todos van a callar y hacer una buena cara, nada va a cambiar.
Elizaveta Tatarnikova y Roxana Viira
vìa:
http://www.elquintopoder.cl/ciudadania/el-caso-del-medico-de-vina-callar-el-clasismo-es-apoyarlo/
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