"Exigimos el cierre y remediación de todos los proyectos megamineros en
San Juan y el resto del país. Exigimos una discusión acerca de qué
minerales extraer y con qué métodos".
Comunicado de la Asamblea Popular por el Agua y Jachalleros en Mendoza:
En la noche del domingo 13 de septiembre se alertó a la población circundante a la mina Veladero, de manera anónima, que se había vertido cianuro en los afluentes del río Jáchal.
El gobierno provincial calló y después trató de minimizar este desastre
al que llaman “incidente”. La Barrick Gold reconoció al día siguiente
que se habían vertido 224.000 litros. Más tarde dirían que eran más de
1.000.000 de litros. Probablemente nunca se sepa con precisión. Lo único
cierto es que la Barrick, una vez más, mintió, y el verso de la
“minería sustentable” terminó de derrumbarse.
La población de Jáchal comenzó a manifestarse inmediatamente y exigió al intendente que realizara un estudio independiente sobre la calidad del agua. Al día siguiente este se realizó.
El día sábado 4 de octubre se hizo público el estudio encargado por el Municipio de Jáchal a la Universidad Nacional de Cuyo (ver aquí). Los resultados son lamentables: el agua del río Jáchal no es apta para consumo humano y ni siquiera para riego. Tiene metales pesados: está envenenada. Y está envenenando a las personas, la flora y la fauna.
Mientras tanto, los políticos adictos al oro de la Barrick, como José Luis Gioja, intentan desacreditar los estudios científicos de la UNCUYO. Los principales medios de comunicación sanjuaninos, por su parte, mienten y citan estudios de la ONU, tergiversando datos y dando información incompleta e inexacta, como lo ha manifestado la propia institución internacional (ver aquí). Las cámaras mineras muestran su habitual insensibilidad y se lamentan de las supuestas pérdidas comerciales de las empresas. Las mentiras se acumulan, al igual que los metales pesados.
A pesar de este desastre hay algunas buenas noticias. El pueblo de San Juan comienza a despertar de la autoritaria e impuesta paz social a la que ha sido sometido. Los pueblos de Jáchal e Iglesias se organizan y se movilizan. Y la solidaridad de otras provincias y organizaciones se activa y se organizan colectas de agua en muchos puntos de la geografía nacional.
Exigimos el cierre y remediación de todos los proyectos megamineros en San Juan y el resto del país. Exigimos una discusión acerca de qué minerales extraer y con qué métodos, en las que las comunidades potencialmente afectadas sean parte fundamental y necesaria.
Exigimos que se prohíba el uso de sustancias tóxicas como el cianuro y el ácido sulfúrico en la minería metalífera y que se respete en Mendoza la vigencia y constitucionalidad de la ley 7722. Nos solidarizamos con el pueblo de Jáchal. Y les advertimos a los capitales mineros que, también en San Juan, se acabaron los días en que podían contaminar y saquear a gusto.
¡No a la megaminería!
En la noche del domingo 13 de septiembre se alertó a la población circundante a la mina Veladero, de manera anónima, que se había vertido cianuro en los afluentes del río Jáchal.
La población de Jáchal comenzó a manifestarse inmediatamente y exigió al intendente que realizara un estudio independiente sobre la calidad del agua. Al día siguiente este se realizó.
El día sábado 4 de octubre se hizo público el estudio encargado por el Municipio de Jáchal a la Universidad Nacional de Cuyo (ver aquí). Los resultados son lamentables: el agua del río Jáchal no es apta para consumo humano y ni siquiera para riego. Tiene metales pesados: está envenenada. Y está envenenando a las personas, la flora y la fauna.
Mientras tanto, los políticos adictos al oro de la Barrick, como José Luis Gioja, intentan desacreditar los estudios científicos de la UNCUYO. Los principales medios de comunicación sanjuaninos, por su parte, mienten y citan estudios de la ONU, tergiversando datos y dando información incompleta e inexacta, como lo ha manifestado la propia institución internacional (ver aquí). Las cámaras mineras muestran su habitual insensibilidad y se lamentan de las supuestas pérdidas comerciales de las empresas. Las mentiras se acumulan, al igual que los metales pesados.
A pesar de este desastre hay algunas buenas noticias. El pueblo de San Juan comienza a despertar de la autoritaria e impuesta paz social a la que ha sido sometido. Los pueblos de Jáchal e Iglesias se organizan y se movilizan. Y la solidaridad de otras provincias y organizaciones se activa y se organizan colectas de agua en muchos puntos de la geografía nacional.
Exigimos el cierre y remediación de todos los proyectos megamineros en San Juan y el resto del país. Exigimos una discusión acerca de qué minerales extraer y con qué métodos, en las que las comunidades potencialmente afectadas sean parte fundamental y necesaria.
Exigimos que se prohíba el uso de sustancias tóxicas como el cianuro y el ácido sulfúrico en la minería metalífera y que se respete en Mendoza la vigencia y constitucionalidad de la ley 7722. Nos solidarizamos con el pueblo de Jáchal. Y les advertimos a los capitales mineros que, también en San Juan, se acabaron los días en que podían contaminar y saquear a gusto.
¡No a la megaminería!
¡Cierre y remediación de la mina Veladero!
¡Plena vigencia y constitucionalidad de la ley provincial 7722!
Fuente e imagen: Asamblea Popular por el Agua
vìa:
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Noticias/Argentina_El_desastre_de_Veladero_y_las_mentiras_de_la_megamineria
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Noticias/Argentina_El_desastre_de_Veladero_y_las_mentiras_de_la_megamineria
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