lunes, 6 de julio de 2015
Cuba: Caminando al borde del abismo..Cuba, ¿un satélite de la Unión?...Por Ramón García Guerra
Entender que la vida de la sociedad se sitúa en otro momento de la espiral del desarrollo, y que tal cosa “desordena” a la misma, evita la visión catastrófica de dicho proceso. Precisamente el cambio de política con los Estados Unidos se está dando en este contexto. En tal sentido, las ideas hegemónicas en Cuba son propias de una política de confrontación y estas deben ser actualizadas. José Emilio Pacheco
Dios bendiga esta empresa
hecha a su nombre. Crónicas de Indias
Consideremos un tema de actualidad. Tema que llama la atención de todos en el mundo. Específicamente hablo de la política que adoptan los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos, y que busca crear otro tipo de relación entre ambos países. Pretenden, de inicio, abrir las embajadas. Después se “normalizarán” las relaciones.
Pero, ¿qué “norma”?
Mientras se habla de adoptar los Pactos de la ONU en la materia, la práctica del derecho internacional nos remite al conflicto. Entonces el análisis irá de la geopolítica de los Estados a la dialéctica del sistema-mundo. Excesivo el objeto de análisis. Prefiero, en cambio, considerar un tema más modesto. Exploremos los imaginarios. Consideremos las moralidades. Estas son las claves del futuro que se hallan en el día-a-día.
Empecemos por las ideas que son hegemónicas.
En tal sentido ha dicho Carlos Alberto Montaner que “Cuba necesita que la exploten y Estados Unidos se niega a explotarla”1. Después de tres imperios, según lo dicho, ¿significa que Cuba ha renunciado a otro tipo de relación? Precisamente será este tipo de mentalidad la que llaman plattista en Cuba2. Parten de verdades muy simples. Prácticamente el mundo está integrado por centros y periferias. Potencias y satélites. “Los Estados Unidos era la cabeza del ´mundo libre`; –indica Montaner– pero esa cabeza necesita un garrote para vigilar el perímetro de la defensa”. Desde ahí se entiende el lugar de Cuba.
Detrás está la historia de un imperio que viene a justificar la eficacia de tales ideas en las Américas. (Dentro y fuera de EE.UU.) ¿Significa esto que todos estemos en todo de acuerdo con lo dicho por Montaner? No. Porque en este discurso las asimetrías de poder son silenciadas.
Durante la etapa pos-Castro, según cree Montaner, Cuba hallará a un hermano mayor en los Estados Unidos. Nada mejor. Porque el lugar de los pueblos, –decía un poeta nuestroamericano con fina ironía– estará en las fauces del lobo. Confieso estar en desacuerdo con esta ideología. También es esta la actitud de todos los socialistas.
¿Antiamericanos? No, no lo creo. Antimperialistas.
Ciertamente la política de hostilidad de los Estados Unidos en contra de la Revolución cubana en cinco décadas fue la coartada que vino a justificar los actos de corrupción entre los burócratas. Pero acá no hablo de tal o cuál funcionario a cargo de las tareas del Estado. No. Estamos ante un dilema de tipo estructural que sigue de fondo a tales actitudes. Veamos de cerca el asunto. Enfrentar al “villano” fue la política Concientizó a las masas y facilitó la resistencia. Pero, al final, nada dejó en beneficio de la nación.
Apenas un Estado policial en cambio.
Desde luego, la anexión en Cuba tiene sus acólitos. Pero son menos3. Hablamos de una corriente que es minoritaria. Podría ser mayor. Sobre todo si se entiende que la anexión, dada la situación en Cuba, podría hasta triplicar el ingreso medio y llegar a reducir al 200% los precios minoristas. (Incluida una oferta de bienes y servicios de mayor calidad4.) Pero, malas noticias: ninguna de las tres variantes que podría adoptar la anexión en el caso cubano hoy serían factibles. (Estas son: anexión directa, Estado libre asociado o tratado comercial.) Cualquiera de estas opciones serían rechazadas por el Congreso de los Estados Unidos5.
Consideremos estas alternativas.
Anexión directa.
Imaginemos que Cuba es integrada en los Estados Unidos. Consideremos tal caso en los términos del pragmatismo que caracteriza a la cultura política estadunidense. Seríamos el Estado 34 por su PIB, el 8 por su población y el 28 (de 39) por su IDH6.
Entonces, ¿sería Cuba una carga pesada para los EE.UU.?
Digo: No, pero…
Desdichadamente el PIB percápita en Cuba es apenas el 36% del ingreso medio en Idaho: la economía más pequeña de los Estados Unidos. Superar este retraso, que podría tardar años, implica que el Gobierno de ese país destine a Cuba 195 mil millones anuales. (Equivalente al PIB de las seis economías más pobres de Norteamérica.) Pensando en la férrea oposición que mostró el Congreso ante las iniciativas del señor presidente Barack Obama, –léase: las leyes migratoria y de salud pública– pongo en duda que obtenga él una línea de financiación que ni siquiera hace bien a las corporaciones.
Volverían a montar carpas los indignados.
Disponer de un PIB percápita tan bajo, hace de Cuba un mercado poco atractivo para las empresas de los Estados Unidos7, además.
Quedan dos temas por tratar: 1) La falta de financiación para una reconversión del aparato productivo, y 2) El déficit de infraestructura que afecta a la economía.
Desde la lógica del capital, sería mejor que Cuba resolviese estos asuntos antes de integrar la Unión. (Serían estas externalidades para el capital.) Siguiendo esa lógica, cree la clase dirigente en Cuba que esto es una contribución en los planes de desarrollo en el país. Confían los gringos, en cambio, que las reglas del comercio son el vinagre que hará pasar al “huevo” por el pico de la botella. Todo es cuestión de tiempo.
Status colonial.
Conferir tal condición a Cuba, en principio, implica de inicio una transferencia de fondos de 163 mil millones anuales. Entregados a la Isla, como fondos perdidos, y en contra de programas de defensa que afectan la Seguridad Nacional8.
Creemos que nada de eso podría ser resuelto, por ejemplo, con el tipo de “ayuda al desarrollo” que recibe hoy Puerto Rico9. Después de 117 años los boricuas no cubren los mínimos que exige el Imperio, ni menos han sido asimilados por la cultura del american way of life. Ciertamente, hacer de Cuba una colonia no es viable. ¿Acaso lo fue en 1898 cuando la situación no pudo ser peor? Este es un punto en contra del plattismo en Cuba hoy mismo. Los plattistas son estigmatizados por la Historia. Entonces no es CAFE el que está en su contra. Desdichadamente en Cuba el “imperio” no tiene pueblo.
Consideremos el déficit fiscal de Puerto Rico hoy mismo10.
Constituye un tema que divide a la gente en la Isla. Felizmente ha tocado fondo la cuestión. Entienden todos en la Isla que el dilema que enfrentan se debe a la condición colonial que se ha impuesto por más de un siglo. (Desfasándose en el tiempo con respecto al mundo poscolonial.) Entiéndase mejor: el status colonial de Puerto Rico es un fósil político. Internamente la anexión es un grupo minoritario que cede terreno. Mientras tanto, otra minoría: los independentistas, logran hoy un mayor espacio en esa sociedad. Dividiéndose la mayoría entre los que abogan por una reforma y los que tratan de mantener tal condición. Pensamos que la actual crisis en el país se encargará de hacer el resto en esta historia.
Significa que otra puerta se ha cerrado: esto es, aplicar el statu de “Estado libre asociado” en el caso cubano. Entonces resta, como solución, la adopción de un “tratado de libre comercio”: como el de Méjico, Estados Unidos y Canadá.
Tratado comercial.
Entendemos que estos tratados se basan en economías a escalas que abren espacio a grandes proyectos. Consideremos cómo los socios del TLCAN, por ejemplo, manejan las obras de infraestructura. Estas no son tareas que se realizan sólo con firmas de estos países. La práctica es licitar los proyectos. Significa esto que crecen los contribuyentes en la medida que son realizados los mismos. El gran negocio es fiscal. Considero, en tal sentido, que el lugar que hallaría la economía cubana en el TLCAN sería de carácter accesorio. Participando en dicho mercado como un proveedor de servicios en la economía del conocimiento.
Desdichadamente no ofrece el TLCAN una solución al dilema de seguridad alimentaria que enfrentan los cubanos en la actualidad11. Tampoco tiene asegurado un futuro el turismo. Creemos, en tal sentido, que la política de “normalización” debe ser acompañada por la integración de un bloque caribeño.
Participando de la visión geopolítica que asume Montaner, –hablo en teoría– hallaríamos otras alternativas. La relación de Cuba con los Estados Unidos que sugieren los miembros de la Rosa Blanca12, en tal sentido, sería el tipo de relación que éstos mantienen con Israel o Reino Unido. ¿Acaso sería posible una vuelta al tipo de relación que se dio entre 1902 y 193313? Parecen ignorar la geopolítica que está detrás y que justifica la relación de tales países con los Estados Unidos. ¿Olvidan que el tipo de liderazgo de Cuba en el Continente está basado en un antimperialismo que contradice la misión que asignan al Estado cubano? Debería de cambiar la correlación de fuerzas en las Américas.
Aun así, ese traje le quedaría mejor a otro país.
Evidentemente tienen un tema de geopolítica que no acaban de resolver. Fuera de esto, tienen ideas bien claras. Estamos ante el típico nacionalismo burgués que marca el “territorio”. Luego, en esta historia resta una literatura que hace la derecha: “Esta es la última hora de los Castro”14.
Pero no solo es la derecha la que se distrae. También en la izquierda se hace “literatura”.
Entender que la vida de la sociedad se sitúa en otro momento de la espiral del desarrollo, y que tal cosa “desordena” a la misma, evita la visión catastrófica de dicho proceso. Precisamente el cambio de política con los Estados Unidos se está dando en este contexto. En tal sentido, las ideas hegemónicas en Cuba son propias de una política de confrontación y estas deben ser actualizadas. Discutiremos los temas que entran en una relación de toma y daca con el vecino en otro artículo. Desde la defensa al consumidor hasta la tradición comunitaria en los EE.UU.
Santa Fe, Playa, La Habana: 27 de junio de 2015
E-mail: ramon0260@gmail.com
1 Carlos Alberto Montaner: Vísperas del final: Fidel Castro y la Revolución Cubana; Globus, 1994 –versión digital–. Montaner halla en el castrismo la causa de todos los males que sufre la nación cubana. Convertida en una obsesión. Personalmente no dudo que mucho se debe a la personalidad de un líder que se niega a “negociar” con el imperio. Pero lo que no se entiende es que Fidel Castro ha sido consecuente con la idea que tiene de la política y que, asimismo, la vida de una sociedad no puede ser reducida a las actitudes que adopten sus líderes.
2 Plattismo no siempre es anexionismo. Siempre el anexionismo es plattista. Plattismo es una visión geopolítica del mundo que asume al imperialismo como un “orden natural”.
3 Tampoco se muestran en público. Constituyen un río subterráneo. EE.UU. es visto en Cuba: mitad con odio y mitad con admiración entre las masas. Actitud propia de una cultura oprimida, según Paulo Freire. Estimo que es menor el sentimiento antiamericano hoy en Cuba que en Europa.
4 También esto afectaría la estratificación social de la sociedad. Viejas y nuevas desigualdades sociales serían convertidas en simples diferencias culturales. Integradas al final en el elitista “pluralismo” político de los liberales.
5 Excluimos aquí la posibilidad de un Estado fallido que afecte la seguridad de los EE.UU.
6 Índice de Desarrollo Humano (IDH). Indicador que aplica el PNUD al medir esa dimensión del “desarrollo” y que integra tres aspectos: larga vida saludable, educación y nivel de vida digno.
7 Sucede que el modo de gestionar los planes de desarrollo en base al mercado se basa en la solvencia de los mismos y no en las demandas de los pueblos. La cuestión es hacer competitivo al país y este es el objetivo que se han propuesto la clase dirigente en Cuba: reinsertar la economía cubana en el mercado capitalista mundial de modo eficiente. Significa que hemos de producir una mayor plusvalía.
8 Los fondos que destinan los Estados Unidos a la “ayuda al desarrollo” no supera los 284 mil millones anuales. Sabemos, además, cómo se manejan esos fondos en países de la periferia del sistema-mundo. Difícilmente se acepte en el Congreso de los EE.UU. se destine el 60% de la “ayuda” a un país, yendo en contra de los “sagrados deberes” que debe de cumplir el imperio en todo el planeta. Cuestión de geopolítica. Imagino que los gringos no estén de acuerdo en financiar una política de rescate del patio trasero del imperio que sea ruinosa.
9 Puerto Rico tiene una población de 3,7 millones de habitantes. Lograr que el status colonial sea consentido por la mayoría de los boricuas, –cada vez más divididos en la Isla– resulta una factura muy costosa para el Imperio. (Subsidian allí al 46% de las familias.) Increíblemente, este es un país en donde por tres generaciones la gente ha vivido con bonos del Estado.
10 Déficits fiscal que se eleva 73 mil millones de dólares. Resultado de la política de cooptación que han adoptado los Estados Unidos para mantener el status colonial de la isla caribeña.
11 Conocemos el drama del maíz que sufre Méjico hoy mismo. Ironías del destino. ¡Cuba no cuenta ni siquiera con un azúcar que perder! Curiosamente, entre las empresas que integran el lobby pro levantamiento del embargo en el Congreso de los Estados Unidos se hallan connotados defensores de la agricultura de transgénicos. Existe hoy en Cuba una predisposición a la adopción de los OGM. Pensamos que no es difícil imaginar qué destino nos depara esta aventura. Sobre todo en relación con los suelos.
12 Rafael Díaz-Balart: “Una obra de amor en un estado de derecho”, http: //www.miselaneadecuba.net (23/03/ 15).
13 También cree la clase dirigente en Cuba que dicha relación debe ser “especial”.
14 Pienso ahora en las fallidas predicciones hechas por Montaner. Éste, una y otra vez, yerra. Aunque, sea dicha la verdad, todos sus aciertos se dan al revés. Ciertamente es un hombre culto e inteligente. ¿Dónde falla? Piensan unos que se trata de la óptica que adopta, mientras otros creen que estamos ante un caso clínico. Quizá un fidelismo al revés. Creemos, en cambio, que la historia de Cuba ha sido poblada por una pléyade de liberales ilustres, –como lo son: Ramiro Guerra, Fernando Ortiz y Jorge Mañach, por ejemplo– mientras que el autor de Vísperas del final… insiste en la retórica del neoliberalismo de los años 90s sin percatarse que son otros los tiempos que corren en las Américas.
http://kaosenlared.net/caminando-al-borde-del-abismo-iii-cuba-un-satelite-de-la-union/
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