Siete años este país vivió bajo un régimen
que se dedicó, entre otras cosas, a golpear, torturar, violar, asesinar,
quemar y hacer desaparecer miles de chilenos y chilenas. Algunos eran
niños, otros eran ancianos, algunas fueron mujeres embarazadas. No se
hizo mucha distinción, simplemente se les “exterminó como ratas” (usando
las palabras que utilizó La Segunda para referirse en una famosa
portada sobre algunas de estas muertes). 17 años tuvieron que pasar y,
terminados estos negros años, se alzó el clamor del “nunca más”, el país
se sorprendió de los horrores y muchos no entendieron cómo fue posible
que algunos seres humanos fueran capaces de llegar a estos extremos de
violencia hacia otro ser humano. Aparentemente, ahora parece imposible
que algo así se repita.
Como pegarles un balazo en la cabeza, o dos, o tres. Sin juicio, en la calle, porque hay que limpiar el país, porque lo merecen, porque nos ponen a todos en peligro, porque sin ellos el país estará mejor.
“el wn era un flaite qlio y ya sólo por eso merecía morir”
Eso dice un tal Francisco, en la sección de comentarios a las noticias en la página de ADN. Este es uno de los comentarios típicos que se repite, por miles, estos días.
Lo motiva la muerte de un sospechoso de robo en San Bernardo, matado en plena carretera, en la mitad de un taco. ¿Cuál fue su crimen? Para algunos, como Francisco, sólo ser un flaite, por eso merece morir. No importa que no haya hecho nada, si es flaite merece ser ejecutado.
Otros justifican su muerte porque había robado un auto. Al parecer, una camioneta Tucson vale más que la vida de una persona.
Este joven, como sus similares “flaites”, para una importante cantidad de chilenos y chilenas, no vale nada. Carabineros actuó bien al acabar con su vida y deberían siempre hacer lo mismo. “Ellos” nos ponen en riesgo a nosotros, y “ellos” que son distintos a nosotros (personas) no merecen nada salvo desaparecer. Lo mismo que pensaban los nazis sobre los judíos, lo mismo que pensaba la dictadura chilena sobre los marxistas. Y ya sabemos a dónde ha llegado la humanidad con este tipo de pensamientos.
¿Defiendo a los delincuentes? No. La delincuencia es un problema social que efectivamente daña a muchos. Y como problema que es, merece ser trabajado. Pero existen formas humanamente racionales para atacar este problema (flagelo, como a muchos les gusta decir), formas que no impliquen negar la cualidad inherente de personas que tienen aquéllos que han cometido delitos (sí, son personas, como usted o como yo).
Y una de las formas civilizadas que existen es someter a un justo proceso a estas personas, y condenarlos a perder su libertad si se demuestra que son culpables (y en Chile, pese a lo que digan los medios, sí se condena bastante).
Más civilizado todavía sería generar condiciones sociales de equidad que reduzcan la necesidad de delinquir para subsistir, y generar efectivas posibilidades de reinserción social para aquéllos que se equivocaron. Posibilidades que hoy no dan nuestras cárceles, la que se saben que muchas veces enseñan más a delinquir que a otra cosa.
Tiendo a pensar que gran culpa de esta forma de pensar la tienen los medios, que se dedican día tras día, a generar temor irracional en la población, con su dedicación preferente a las noticias sobre delincuencia, dando la sensación de que vivimos en Siria, cuando la realidad es que Chile es uno de los países más seguros de la región.
Gran culpa también la tiene la pésima educación, porque si se enseñara en los colegios lo más básico de derechos humanos muchos sabrían que, pese a delinquir, una persona no pierde sus derechos humanos (como el derecho a la vida o a un debido proceso).
No tengo claro el motivo de que tanto chileno piense de esta forma. Lo que sí sé, es que pensar que la solución final es matarlos a todos es, literalmente, pensar como Hitler. Y parece que nuestro país, lamentablemente, está lleno de pequeños Hitlers.
Pablo Gómez
http://www.elquintopoder.cl/justicia/el-flaite-y-el-policia-o-sobre-como-estamos-llenos-de-hitlers/
En nuestra comunidad existen cuatro tipos de contenidos, que pueden ser desarrollados como texto, imagen, audio, video o una combinación de algunas de estas formas:
Pero es posible, porque la base de esos horrores está complemente vigente en nuestro país. Y está masificada. Esa base es considerar a cierto grupo de personas como seres de inferior categoría: lacras, escoria, plagas, lo que en definitiva les niega su calidad de personas. Y al negar dicha calidad, se niega la humanidad detrás de cada uno, y negada la humanidad, pues se puede hacer con estas personas lo que sea.
Pensar que la solución final es matarlos a todos es, literalmente, pensar como Hitler. Y parece que nuestro país, lamentablemente, está lleno de pequeños Hitlers.
Como pegarles un balazo en la cabeza, o dos, o tres. Sin juicio, en la calle, porque hay que limpiar el país, porque lo merecen, porque nos ponen a todos en peligro, porque sin ellos el país estará mejor.
“el wn era un flaite qlio y ya sólo por eso merecía morir”
Eso dice un tal Francisco, en la sección de comentarios a las noticias en la página de ADN. Este es uno de los comentarios típicos que se repite, por miles, estos días.
Lo motiva la muerte de un sospechoso de robo en San Bernardo, matado en plena carretera, en la mitad de un taco. ¿Cuál fue su crimen? Para algunos, como Francisco, sólo ser un flaite, por eso merece morir. No importa que no haya hecho nada, si es flaite merece ser ejecutado.
Otros justifican su muerte porque había robado un auto. Al parecer, una camioneta Tucson vale más que la vida de una persona.
Este joven, como sus similares “flaites”, para una importante cantidad de chilenos y chilenas, no vale nada. Carabineros actuó bien al acabar con su vida y deberían siempre hacer lo mismo. “Ellos” nos ponen en riesgo a nosotros, y “ellos” que son distintos a nosotros (personas) no merecen nada salvo desaparecer. Lo mismo que pensaban los nazis sobre los judíos, lo mismo que pensaba la dictadura chilena sobre los marxistas. Y ya sabemos a dónde ha llegado la humanidad con este tipo de pensamientos.
¿Defiendo a los delincuentes? No. La delincuencia es un problema social que efectivamente daña a muchos. Y como problema que es, merece ser trabajado. Pero existen formas humanamente racionales para atacar este problema (flagelo, como a muchos les gusta decir), formas que no impliquen negar la cualidad inherente de personas que tienen aquéllos que han cometido delitos (sí, son personas, como usted o como yo).
Y una de las formas civilizadas que existen es someter a un justo proceso a estas personas, y condenarlos a perder su libertad si se demuestra que son culpables (y en Chile, pese a lo que digan los medios, sí se condena bastante).
Más civilizado todavía sería generar condiciones sociales de equidad que reduzcan la necesidad de delinquir para subsistir, y generar efectivas posibilidades de reinserción social para aquéllos que se equivocaron. Posibilidades que hoy no dan nuestras cárceles, la que se saben que muchas veces enseñan más a delinquir que a otra cosa.
Tiendo a pensar que gran culpa de esta forma de pensar la tienen los medios, que se dedican día tras día, a generar temor irracional en la población, con su dedicación preferente a las noticias sobre delincuencia, dando la sensación de que vivimos en Siria, cuando la realidad es que Chile es uno de los países más seguros de la región.
Gran culpa también la tiene la pésima educación, porque si se enseñara en los colegios lo más básico de derechos humanos muchos sabrían que, pese a delinquir, una persona no pierde sus derechos humanos (como el derecho a la vida o a un debido proceso).
No tengo claro el motivo de que tanto chileno piense de esta forma. Lo que sí sé, es que pensar que la solución final es matarlos a todos es, literalmente, pensar como Hitler. Y parece que nuestro país, lamentablemente, está lleno de pequeños Hitlers.
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