Gobierno mafioso filofascista amenaza con ley antimarchas; el pueblo buscará otras formas de lucha
Pedro Echeverría V.
1.
Los corruptos parlamentarios de PRI, PAN y PVEM desempolvaron ayer un
dictamen de reforma a la Constitución (que en abril aprobó también el
traidorcillo PRD) que define el “derecho a la movilidad”, pero que en
realidad autoriza “al Estado a buscar mecanismos alternativos” para
prohibir, desbaratar, reprimir con cualquier pretexto, todo tipo de
protestas y manifestaciones. Pretextan los HP (hijos de Pura)
legisladores: ¿Cómo una manifestación de protesta, un plantón o un
bloqueo va a impedir la “libre movilidad” de personas, coches, metrobús,
cuando este país necesita movilidad? Me recuerda a un imbécil y bobo
funcionario que me dijo: “Pedro, yo estoy de acuerdo con las
manifestaciones porque son justas, pero háganlas a los tres de la mañana
y en el periférico, para no perjudicar a nadie”.
2.
De esta gente cobarde que busca pretextos para no apoyar, hay mucha.
Quisieran que les lleven su comidita a la casa sin luchar por ella y
cuando se la quitan prefieren arrodillarse pidiendo favores para no
tener que enfrentarse con el despojador. Dicen: “¿Para qué pelear si
siempre dios provee?”. Por ello el gobierno –que dice que los que
protestan en las calles son minoría- hace leyes para acabar con las
marchas de descontento. Hoy el PRD, que dice oponerse, quiere
deslindarse cínicamente del PRI y PAN, pero silencian que también ellos
aprobaron esa ley represiva y muchas más, cuando formaban el famoso
“Pacto por México” y recibían jugosos dividendos del gobierno del PRI.
Todos esos políticos son parte del Estado, cobran gigantescos salarios y
votan por él.
3.
Se calumnia a los jóvenes que al defender sus derechos y los del pueblo
se cubren los rostros para no ser identificados y encarcelados por la
policía; pero se olvida que las “caras risueñas” de Peña, Salinas,
Cevallos, Azcárraga, Slim, son sólo máscaras o “cubrecaras” que tapan a
gobernantes y empresarios represores y ladrones responsables del saqueo
que ejercen sobre el país y sus trabajadores. Todos los políticos
mexicanos guardan su “caradura” y se colocan la “carapolítica” risueña
para conseguir votos. Tú lector, piensa nada más en la “carabonita” que
han puesto Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña para no ser llevados a
prisión acusados de desfalcos y asesinatos.
4.
¿Por qué tantas campañas contra los “vándalos que descomponen las
manifestaciones” si gracias a esos jóvenes que se cubren el rostro
estamos aprendiendo a defender con dignidad nuestros derechos pisoteados
por décadas? ¿Acaso no conocemos que el desprecio contra los
“Vandalorum”, los Hunos de Atila, los Bárbaros que llegaron a Roma, el
esclavo Espartaco, los comunistas expropiadores y anarquistas
libertarios, es el odio del poder contra quienes exigen sus derechos y
luchan con él? Los poderosos –que son los que hacen las leyes- exigen
con razón el “respeto a la ley” los idiotas, que sólo repiten, también
piden “respeto a la ley”. ¿No se dan cuenta estos tontos que las leyes
las hicieron y las hacen para sujetar y reprimir al pueblo?
5.
Las leyes del pueblo son otra cosa distinta porque deberían prohibir de
entrada la gran propiedad privada, la acumulación de riquezas, la
explotación del trabajo, la desigualdad social, la riqueza y la pobreza
económica, obligar a trabajar para tener derecho a comer. Si se
promulgaran estas leyes y se penara su incumplimiento, no existirían
protestas ni manifestaciones. Pero en un país capitalista lo primero que
se impone en las leyes es el derecho a la gran propiedad, el derecho a
la acumulación de la riqueza, el derecho a la explotación del trabajo, a
que es “natural” de que haya desigualdad y a una cruel y despótica
división del trabajo entre el material y el intelectual y, desde de
este, la explotación brutal del trabajo humano.
6.
Los estudiantes de las universidades, del Politécnico, de las Normales
rurales y urbanas, los jóvenes que se ubican en los 16 y 30 años de
edad, ya no son más el “futuro” sino siempre han sido el presente, mucho
más cuando luchan y saben defenderse, cuando piensan que sólo las
rebeldías y las revoluciones pueden trasformar el mundo. Pero los
“jóvenes” son indudablemente el pasado cuando piensan como los viejos
que sólo buscan la paz, el orden y el progreso. ¿No es acaso un
magnífico ejemplo de los valerosos estudiantes del Poli que al iniciar
su lucha parecieron como un manjar fácil de tragarse por Gobernación y
la SEP y ahora han desarrollado una maravillosa conciencia crítica y
solidaria con los desaparecidos de Ayotzinapa, en la llamada mesa de
diálogo?
7.
No permitamos que los HP gobernantes nos sigan viendo la cara de
tontos. Debemos batallar contra la imposición por el poder de esas leyes
represivas luchando en las calles contra ellas y no respetándolas. ¿Por
qué no preguntan al pueblo si quieren leyes para que los repriman o
asesinen en las protestas? “Aplicar la ley”, hecha por gobierno y
empresarios, en México, significa golpear y castigar al pueblo porque
nunca éste ha intervenido en su elaboración. La ley de “movilidad” que
nos están imponiendo debe ser tirada a la basura, pisoteada, no
respetada. ¿O están obligando al pueblo a tomar otros caminos más
eficaces para enfrentar el poder? Los jóvenes y demás trabajadores darán
la respuesta porque ellos tienen la palabra. (3/XII/14)
No hay comentarios:
Publicar un comentario