Me respondió con una cachetada y gritó: “cállate pendeja que también a ti te levantamos”
Pedro Echeverría V.
1.
Como con los estudiantes de Guerrero: Policías estatales a bordo de 14
vehículos sin logotipos (estos se borran o tapan, según la tarea)
incursionaron la madrugada de hoy en la comunidad San Bernardino
Chalchihuapan, estado de Puebla. Vestidos de negro, con pasamontañas y
armas largas derribaron puertas, rompieron chapas y ventanas. En medio
de golpes y empujones, encañonaron a sus habitantes –ancianos mujeres y
niños– y se llevaron a cinco pobladores, denunciaron los habitantes.
Causó gran alarma en la población y muchos han pensado salir de la
comunidad por miedo a que los militares regresen y la represión sea más
brutal.
2.
“Nosotros no le hemos hecho daño a nadie, somos gente de paz, dijo a
“La Jornada” una madre de tres hijos al ver que se llevaban a su marido;
pero de manera violenta uno de los hombres me respondió con una
cachetada gritándome: cállate pendeja que también a ti te levantamos y te llevamos donde nadie sabe,
me respondió golpeándome con su arma y lanzando amenazas de que nos
matarían”. A ninguno pude verle la cara, sólo sus ojos encendidos de
odio contra nosotros. Yo le pedía que tuviera piedad porque somos gente
muy pobre y de trabajo y mi marido es la única persona que mantiene a
los tres hijos.
3.
Los militares o militarizados de Guerrero y de todo el mundo actúan
siempre por órdenes superiores; pero muchas veces no pueden esperar las
órdenes por la urgencia de “eliminar a los enemigos” actúan entonces por
la ideología que les inculcan desde el primer minuto que son
contratados por la institución armada. “Al enemigo hay que aniquilarlo,
después averiguamos”. ¿Qué es para ellos ser patriota, ser un héroe
muriendo por la patria, sino la defensa del gobierno, del régimen
establecido, de la clase dominante? ¿Qué son para ellos los rebeldes,
los luchadores sociales (sean estudiantes, trabajadores, comunistas o
anarquistas) sino los “enemigos que están contra la patria?
4.
Las fuerzas armadas del gobierno son “pueblo, pero idiotizado con los
discursos que a todas horas les meten por sus superiores”. Los
izquierdistas siempre hemos respetado a los soldados, a los policías
diciendo que “es el pueblo uniformado” pero siempre se nos olvida que
ese pueblo ingresó a las fuerzas represivas por falta de trabajo, por
hambre y por eso está dispuesto y tiene la obligación de hacer lo que le
ordenen. Algunas veces nos hemos ilusionado que algún día en vez de
apuntar al pueblo con sus armas las voltearán contra la burguesía porque
son la clase explotadora, pero eso no sucederá porque “no muerden la
mano” de quien les asegura su paga y la vida de su familia.
5.
Ningún soldado saldrá del ejército asqueado por el despotismo, las
jerarquías o los castigos militares porque logran “resbalar” todo; sólo
desertarán de él si los narcotraficantes les ofrecen mayores ingresos
económicos y más seguridad. Hubo un tiempo en que las guerrillas
captaron a algunos soldados por la ideología revolucionaria radical de
transformación social que propagaban. Pero, ¿de qué vivirá él y su
familia si no logra ingresos seguros? Por ello los gobiernos –con los
gigantescos dineros del presupuesto público, llegan contar con millones
de soldados, policías, “orejas” y demás. Tienen a tanta fuerza que
acordonan todos los movimientos.
6.
Por ello los 43 estudiantes normalistas “desaparecidos” si fueron
entregados –como se publicó algún día- a los narcotraficantes pueden
estar con vida porque éstos no ven a la escuela Normal de Ayotzinapa
como su enemiga. Pero puta, si les ordenaron a los policías
desaparecerlos, lo más seguro es que estén muertos y el gobierno sólo
esté buscando desde hace semanas, los argumentos que no le perjudiquen
para anunciar sus asesinatos. Como dicen por ahí: Oh Alá que los narcos
–que aún tengan una ideología solidaria con el pueblo- los mantengan
bien escondidos a pesar del sufrimiento de los padres. Pero es sólo una
ilusión.
7.
Los estudiantes de Ayotzinapa, a los que conocí el 30 y 31 de agosto y a
los 500 que asistimos a Congreso Social nos dieron parte de su comida y
abrieron su casa para estar con ellos, son hijos de campesinos pobres y
miserables. Los narcos nunca los han perseguido y si los tuvieran en su
poder no tendrían ningún pretexto para asesinarlos. Entiendo que ellos
tienen negocios con los ricos empresarios y el gobierno y cuando se han
violado acuerdos se han asesinado mutuamente. Si como dice Mao: “hasta
en lo negativo surgen cosas positivas”, pues lo mejor para la izquierda
es organizar el descontento social, radicalizándolo. (19/X/14)
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