México. “No dejaremos
que se olvide a los desaparecidos”, sentencia la abogada Adriana
Arboleda ante la intención del gobierno colombiano de declarar
camposanto a La Escombrera, lugar donde probablemente están los restos
de decenas de desaparecidos en operaciones militares y paramilitares
lanzadas en 2002 en la Comuna Trece, en Medellín, Colombia.
La Comuna Trece está ubicada en la
ciudad de Medellín. Sus casas están construidas sobre las montañas como
en un pesebre, hechas con la prisa del desplazamiento que genera la
guerra, construidas de tablas de madera o latas. Dentro de esa montaña
hay otra levantada de escombros, relata el periodista y analista
uruguayo Carlos Fazio, y debajo de ella quizá un cementerio con los
restos de más de 92 desaparecidos en octubre del año 2002, cuando se
llevaron a cabo operaciones militares sobre la población civil.
En el año 2002 se desarrolló en la
Comuna Trece una serie de operativos militares con el argumento de la
pacificación de esta zona, con fuerte presencia guerrillera, tanto de
las Fuerzas Revolucionarias de Colombia–Ejército del Pueblo (FARC-EP) y
el Ejército de Liberación Nacional (ELN), como -de manera no tan masiva-
estructuras paramilitares como el Bloque Cacique Nutibara (BCN),
describe la abogada Adriana Arboleda, de la Corporación Jurídica
Libertad de Medellín (CJL).
En la Comuna Trece residen cerca de 134
mil habitantes, y su importancia tiene que ver con su ubicación
geográfica, los megaproyectos viales y la tenencia de la tierra. “Está
el proyecto de una carretera que lleva al mar, al Urabá antioqueño, al
Choco y al túnel de occidente; éste último es parte del proyecto del
Tapón del Darién, que es una frontera imaginaria entre Panamá y
Colombia, donde se interrumpe la vía Panamericana por ser una zona
selvática rica en minerales”, explica el analista uruguayo. La Comuna
Trece está dentro de estos proyectos de carreteras.
Con tan solo unos meses como presidente
de Colombia, Álvaro Uribe Vélez dio la orden a las fuerzas militares
para realizar una serie de operativos en la Comuna Trece, “supuestamente
para sacar a la insurgencia de esa zona. De alguna manera lo hicieron,
pero su verdadero objetivo era posicionar la estructura paramilitar. El
16 de octubre fue la inauguración de su política de seguridad
democrática, con la denominada Operación Orión”, denuncia la abogada
Arboleda.
En los operativos participaron
conjuntamente estructuras paramilitares y la fuerza pública, como la
cuarta brigada del ejército, el Grupo de Fuerzas Especiales, el batallón
contraguerrillero, la policía metropolitana y la policía de Antioquia,
con apoyo del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Fueron
aproximadamente tres mil hombres en tanques y helicópteros quienes
tomaron 25 barrios de la comuna durante tres días, recuerda Adriana
Arboleda.
Caminando el corazón de la comuna trece
El periodista Carlos Fazio fue uno de
los integrantes de la comisión de esclarecimiento convocada por
diferentes organizaciones sociales en el marco del aniversario de la
operación militar. “Pudimos observar el proceso de militarización y
paramilitarización, la presencia de civiles armados y visiblemente
acomodados en áreas de control y tan solo a 60 metros, sobre una cañada,
un cuartel de policía muy moderno que permitía el transporte de tropas
por medio de helicópteros”, relata.
El experto en geopolítica considera que
la Comuna Trece fue el laboratorio de una guerra urbana y de control
paramilitar, que es la seguridad democrática de Uribe, hoy presente en
los barrios de Medellín.
La comisión de esclarecimiento, menciona
el uruguayo, tuvo como fin hacer memoria, acompañar a los procesos de
resistencia, escuchar a la gente y dar la apertura a una audiencia
pública con la presencia incluso de los militares que comandaron los
operativos.
La escombrera es un lugar a donde llegan
los residuos de las construcciones de toda la ciudad; la mitad del
terreno es propiedad de la alcaldía de Medellín y de una empresa
privada. En el día funcionó como lo que era legalmente, explica la
abogada colombiana, pero en las noches era controlada por los
paramilitares, por lo que “es muy factible que a ellos se les facilitara
más arrojar cuerpos allí”.
Después de la operación militar la CJL
documentó 92 desapariciones, aunque según declaraciones de ex
paramilitares del BCN, en La Escombrera pueden estar hasta 300 cuerpos
de personas que desaparecieron de la comuna.
Para la CJL la diferencia de las cifras
se debe a que nunca se hizo una real investigación para identificar con
claridad cuántas víctimas hay. “Es muy probable que hayan más de las que
los paramilitares confesaron”, señala la abogada, quien resalta que por
la naturaleza de este lugar es muy difícil encontrar los cuerpos.
En el 2010, uno de los logros de la
comisión de esclarecimiento, refiere Carlos Fazio, fue la visita de
antropólogos forenses argentinos, guatemaltecos y peruanos. Ellos
recorrieron parte de la zona y concluyeron que por la complejidad del
terreno es necesaria una investigación preliminar, identificación de las
víctimas y patrones de operación, pero eso requiere aproximadamente 40
millones de dólares.
Adriana Arboleda, en entrevista con Desinformémonos, explica
que al gobierno colombiano no le interesan las víctimas del conflicto,
pues “prefieren declararlo como campo santo y no que se conozca la
verdad, que los incluye a ellos como victimarios”.
La exhumación
Desde el año 2004, diferentes
organizaciones de la Comuna Trece solicitaron a las autoridades que se
preserve el sitio y se clausure el lugar, pues actualmente se siguen
arrojando escombros que sepultan cada vez más los cuerpos. En el lugar
dominan todavía las bandas paramilitares, ahora con el nombre de Bandas
Criminales Emergentes (Bacrim).
El esclarecimiento de los crímenes en la
Comuna Trece compromete a mucha gente. La Operación Orión fue ordenada
directamente por el ex presidente y actual senador de la República
Álvaro Uribe Vélez, acusa la abogada de la CJL. Además, existen
investigaciones contra generales del ejército. “Hay muchos tipos de
poderes detrás que hacen que las investigaciones no avancen, y que 12
años después no haya aún justicia”, reclama Arboleda.
Gracias a la presión ejercida por las
organizaciones de víctimas y el acompañamiento de la CJL, la alcaldía de
Medellín envió una solicitud a la fiscalía general de la nación para
que asigne un fiscal especial que lleve el caso de los desaparecidos de
la Comuna Trece. “Exigimos el cierre de La Escombrera, estamos en contra
de la declaración del lugar como campo santo porque no es una solución,
los desaparecidos tienen derecho a ser buscados”, declara a abogada.
Las organizaciones también lograron
construir una mesa en la que participa la Fiscalía General, la Fiscalía
de Paz y Justicia, la unidad municipal de atención a víctimas, el grupo
de identificación y la CJL, con el objetivo de unificar toda la
información que se tiene hasta hoy de las víctimas de esta comuna de
Medellín.
El analista uruguayo aplaude estos
logros de las organizaciones sociales; no obstante, indica, la alianza
entre el ejército, la policía y los grupos paramilitares sigue como
parte de un proyecto de control social que tiene que ver con la
estructura económica y la importancia de la Comuna Trece tanto en
Medellín, como en Colombia
A 12 años de tres operaciones militares
que marcaron la historia de la Comuna Trece, con una militarización y
paramilitarización presente, proyectos de inversión como escaleras
eléctricas para facilitar el tránsito de los pobladores por las faldas
de las montañas, centros de control modernos, desapariciones,
asesinatos, reclutamiento armado legal e ilegal, y “aunque se quiera
olvidar a La Escombrera y a los desaparecidos, nosotros nunca la
olvidamos y no dejaremos que la olviden”, concluye Adriana Arboleda.
http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2014/06/desaparecidos-colombianos-debajo-de-un-monton-de-escombros/
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