domingo, 16 de marzo de 2014

Paraguay: El agronegocio y el golpe parlamentario a Lugo...Biodiversidad

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Paraguay. Todo se inició con la resistencia de Marina Cué-Curuguaty, cuando se señaló la contradicción, el latifundio, la dominación extranjera y sus agentes locales como causas y actores que no permiten desarrollar al Paraguay.
La marcha de la Coordinadora por la Recuperación de Tierras Mal habidas, el 25 de octubre de 2011, que concentró a más de 10 mil personas en Asunción, y la ocupación de las tierras mal habidas de Ñacunday y de Marina Cué —entre muchas otras ocupaciones y resistencias— fueron demostrando el ascenso de la lucha del movimiento popular, lo que asustó a la oligarquía y la impulsó —junto a otros elementos— a concretar su tantas veces anunciado golpe de Estado. (Vuyk, 2013).
Pocos meses más tarde, el viernes 15 de junio de 2012, en el distrito de Curuguaty —una zona rural de las más afectadas por el agronegocio— se produjo un violento desalojo en tierras de propiedad estatal, reclamadas como propias por uno de los terratenientes más importantes del Paraguay, Blas Riquelme. El desenlace fue la muerte de once campesinos y seis policías. Esto generó una gran campaña mediática donde se tildó a los campesinos de invasores. Es importante señalar que este hecho se dio luego del nombramiento por parte de Lugo de un nuevo comandante de las fuerzas policiales, involucrado como responsable del operativo en Curuguaty, que aparece recurrentemente en todas las crónicas como aditamento sobre la responsabilidad del primer mandatario en los hechos.
El golpe parlamentario dado contra el presidente Lugo el 22 de junio de 2012, estuvo atravesado por intereses del agronegocio internacional que lucra desde hace muchos años en Paraguay, especialmente por las empresas Monsanto y Cargill, como señala una nota de Rebelión al analizar el rol que tuvo la prensa privada en la caída de Lugo:
No es casualidad, entonces, esta fuerte arremetida del medio de comunicación en contra del gobierno, ya que sólo un par de semanas antes un organismo estatal —el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Vegetal— había prohibido la introducción de una semilla Monsanto al país. La liberalización de estas semillas traería un enorme beneficio económico a ese 2% de propietarios que concentran la tierra.
La nota añade que el diario ABC, fundado durante la dictadura de Stroessner por Aldo Zuccolillo —quien también es, actualmente, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa—, es parte del Grupo Zuccolillo, socio de Cargill Paraguay, una de las transnacionales más importantes del agronegocio en el mundo.
Precisamente en el momento en que estalló la crisis por los trágicos sucesos de Curuguaty, estaba listo un plan para la liberación de nuevos cultivos transgénicos en Paraguay, objetivo que fue logrado con el nuevo gobierno. Es así como a los pocos días del golpe, el 6 de junio de este año, se aprueba la liberación comercial de los eventos transgénicos en algodón MON 531 (Bt) x MON 1445 (RR) y MON 1445 (RR).
El 24 de octubre de este año, se aprueban los eventos transgénicos maíz transgénico VT Triple Pro y MON810, que pertenecen a Monsanto; el BT11 de Syngenta y el TC1507 de Dow AgroSciences.
Veamos lo que dice la siguiente nota de prensa, donde se realizó una entrevista a Miguel Lovera, quien fuera presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas del gobierno de Lugo10
Luego del golpe de Estado parlamentario —en junio de 2012— se firmaron “decretazos” que liberaron ocho eventos transgénicos: cinco de maíz, dos de algodón y, una vez más, la Intacta. Hasta ese momento sólo estaba aprobada la soja RR, porque durante el gobierno de Fernando Lugo se optó por la política de “evitar la legalización de los cultivos de maíz y algodón transgénicos”…
Hasta la destitución de Lugo funcionó en Paraguay una comisión de bioseguridad, la Combio, que analizaba los pedidos de liberación de transgénicos y los desestimaba porque “no presentaban todos los datos requeridos. Les pedíamos garantías de que el polen de esas plantaciones no contaminara a las variedades convencionales, pero dejaban ese espacio en blanco. Y es que se sabe muy bien que esos vacíos no tienen cómo llenarse”. La tensión entre el gobierno y el agronegocio se instaló, y las empresas “tomaron una actitud colectiva de cortar relaciones”. Incluso manifestaron públicamente “que no iban a hablar conmigo, que para eso tenían su tembiguái (una expresión despectiva que en guaraní significa “al servicio de…”). Se referían nada más ni nada menos que al ministro de Agricultura.
La intención del anterior gobierno era avanzar hacia la erradicación de las plantaciones de maíz y algodón ilegales, un proceso que ya había comenzado: mientras que en 2008 había 23 por ciento de plantaciones de maíz transgénico, en 2011 había un 11 por ciento. Pero vino el golpe.
Con respecto a la soja, el 11 de febrero el MAG autorizó la liberación comercial de las semillas de ese cultivo que contienen los eventos apilados MON87701 x MON89788, denominadas en el mercado como “soja BtRR2Y, o soja Intacta”.
Dos días antes de que el nuevo gobierno asumiera el poder, el 13 de agosto 2013, el Senave dispuso la inscripción de dos variedades de algodón genéticamente modificado: las variedades Guazuncho 2000 y NuOPAL RR, que contienen los eventos MON531 (Bt), y MON1445 (RR).
Todas estas aprobaciones se hicieron violando la normatividad nacional que incluye la elaboración de un estudio de impacto ambiental y la experimentación controlada por un lapso de dos años.
Finalmente, el 29 de agosto de ese año, se dio el visto bueno para la aprobación del maíz transgénico NK 60311, de Monsanto.
Sobre el golpe parlamentario, Alicia Amarilla de Conamuri dijo:
Este gobierno, por ejemplo, ha lanzado la campaña “Paraguay Soberano” pero mientras habla de soberanía, vacía de contenido, está vendiendo nuestro país a Monsanto, nuestras semillas. Hoy se reúne con los sojeros poderosos de aquí del Paraguay, que están pidiendo a este gobierno golpista la derogación de la ley de seguridad fronteriza.
Ya firmaron un convenio con la fábrica de aluminio canadiense Río Tinto que ahora se va a instalar acá en Paraguay, con subsidios de electricidad, y no sé cuánto por ciento de ganancia tendrá, sin dejar nada acá, más que intoxicación para toda la población. Son empresas a las que se estaba atajando, y ahora con este gobierno tienen vía libre de entrar.
 Y luego añade que
Nosotras creemos profundamente que detrás de este golpe parlamentario están las grandes empresas multinacionales como, por ejemplo, Monsanto. En tres días de mandato de Federico Franco, ya aprobó y fue liberada la semilla transgénica de algodón que durante el gobierno de Lugo, a pesar de las fuertes presiones, se estaba atajando. Ya anunciaron que se van a liberar cuatro variedades de maíz transgénico también acá en Paraguay. O sea, estamos ante un gravísimo retroceso para nosotras y para todo el campesinado, el pueblo en general.
Estábamos luchando contra los transgénicos, desde algunas instituciones mismas del Estado que estaban atajando, como el Senave (Servicio Nacional de calidad y sanidad vegetal y de semillas), que estaba más al servicio del pueblo, hasta ahora que el presidente del Senave es un gran empresario que trabaja en la empresa de agrotóxicos, y que él mismo está pidiendo ahora la inscripción de semillas de maíz transgénico y el algodón transgénico.
Este proceso creemos que comenzó mucho antes, cuando aprobaron un proyecto de ley fitosanitario, que es el proyecto de agrotóxicos. Todas las organizaciones campesinas e indígenas trabajamos durante dos años sobre un proyecto de ley de regularización de agrotóxicos.
Al menos hablábamos de regularización para no ser tan radicales y que nos lo aceptaran los parlamentarios. Pero lo rechazaron y presentaron los grandes sojeros este proyecto de ley fitosanitario, el cual fue aprobado.
Entonces, empezamos a trabajar desde las organizaciones en la reglamentación de este proyecto y en las leyes de regularización de agrotóxicos en zonas donde están las casas a 100 metros a la redonda, donde están las escuelas, colegios, y se sacó por decreto una reglamentación. Reglamentación que ahora también fue borrada por este presidente del Senave. Ahora hay vía libre para la fumigación en todas las comunidades campesinas indígenas, o sea que no tenemos ninguna protección en este momento.”
Impacto sobre las comunidades indígenas
Para los mbyá-guaraní como para el campesino,
sin bosque no hay cultura, y sin tierra
es imposible reproducir el modo de ser.
En Paraguay la Ley 904/81 establece el estatuto de las comunidades indígenas; a pesar de ello, la expansión de las plantaciones de soja transgénica afecta también a los pueblos indígenas.
Sobre los impactos de los cultivos de soja sobre las poblaciones indígenas, (Centurión, 2010: 133) señala:
Con la expansión de la producción de soja transgénica y la utilización de herbicidas, entre otras, se produce el aumento año tras año de la superficie cultivada, inclusive sobre terrenos pedregosos antes no habilitados para el cultivo, sin que ello signifique aumento en la tasa de producción por hectárea, aunque sí mayor concentración de la tierra en manos de unos pocos y reducción de puestos de trabajo permanentes y temporales en la agricultura por medio de la mecanización. Así, se limita a los indígenas a la carpida a los costados de la carretera o a lugares en donde las maquinarias no pueden acceder para aplicar el glifosato, y al campesinado al empleo mutuo, que consiste en la fumigación con Roundup de pequeñas parcelas con pulverizadores, lo que se convierte en una nueva forma de trabajo. Existe una estrecha relación entre la expansión de las áreas de cultivo transgénico y el empobrecimiento creciente de los campesinos paraguayos e indígenas.
El autor señala que los principales impactos a los pueblos indígenas están asociados con la deforestación y el uso de agroquímicos asociados a cultivos de soja RR:
* Impactos en la salud.
* Pérdida de animales domésticos.
* Destrucción de cultivos y bosques, pérdida de fertilidad del suelo.
* Enfrentamientos entre comunidades indígenas y campesinas con los grandes productores, generadas por la presencia de las plantaciones.
* Desaparición de algunas especies de flora de importancia cultural
* Aparejada a la pérdida del monte, erosión de los conocimientos sobre el uso y manejo de los recursos del bosque.
* Disminución en el consumo del tereré en las casas, pues cada vez es más difícil producirlo.
* Cambios en el uso, manejo y apropiación de los recursos naturales que se encuentran dentro de sus territorios.
* La contaminación de los ríos y arroyos han producido la desaparición de prácticas tradicionales de pesca con arco y flecha, de fabricación de trampas pari, y la utilización de venenos para pescar.
* Aunque en general no se ha perdido la costumbre de cultivar pequeñas chacras, sí se evidencia un deterioro-descomposición de las instituciones “redistributivas” y de los mecanismos de transmisión de saberes.
* Aparición de patrones de diferenciación económica, lo que significa que algunos miembros de la comunidad comiencen a tener casas de maderas aserradas, la luz eléctrica, los cultivos mecanizados, lo que rompe la cohesión colectiva.
* Implementación de mecanismos de toma de decisiones al margen de las formas instituidas y preexistentes en el tekoha (cacicazgo).
Centurión concluye que:
La destrucción del monte comporta también la pérdida de la identidad social de las comunidades, teniendo en cuenta que el monte es lo que da sentido al modo de ser de las mismas, condición necesaria para la existencia de la comunidad. Los efectos de la pérdida progresiva de sus territorios conllevan la disminución en las posibilidades de caza, pesca y recolección, como así también una mayor exposición a la contaminación. (Centurión, 2010: 138)
Varias de las comunidades expulsadas por este modelo se convierten en indigentes cuando migran a Asunción, principalmente niños y mujeres, porque los hombres se quedan a resguardar lo que queda de la tierra comunitaria. Otros migran a Buenos Aires o España (previo a la crisis), por lo que aumentan los hogares que dependen de las remesas que llegan del exterior. Paradójicamente, hay otras zonas donde ingresa una gran cantidad de migrantes brasileños con tecnología y capital para invertir en la soja.
Las comunidades nativas han sido además objeto de desalojos forzosos, como se puede ver en el siguiente testimonio:
…fueron desalojados integrantes de la comunidad mbyá guaraní en Pirapó, Itapúa. El inmueble reclamado aparece a nombre de la señora Felipa Nery de Kikuchi quien denunció a los indígenas por invasión. Según los indígenas, la comitiva fiscal-policial llegó de manera sorpresiva; luego, sin mediar palabras, el agente fiscal ordenó la destrucción de las precarias casas instaladas en el inmueble. El desalojo no finalizó debido a la desesperación y el llanto de mujeres y niños, que además habrían sido maltratados. Los policías quemaron en su totalidad dos viviendas, una de ellas era la iglesia de los nativos. Otras casas fueron cortadas con motosierras. (23 de julio de 2009. Manduvi’y, Pirapo, Itapúa) (Citado en Palau, 2009: 66)
Cuando no migran, se ven obligados a trabajar para los empresarios sojeros bajo…
…un sistema económico minifundista que produce soja para estos empresarios, bajo reglas que tienen como primer paso el endeudamiento, poniendo en peligro lo más valioso y aquello que, como el caso de Taguató, todavía no les pertenece en derecho: la tierra. De ahí que, aunque se pueda hablar de varias formas de subordinación económica y sociocultural, en definitiva esta última es la más agresiva. (Centurión, 2010: 134)
Para los indígenas es más difícil insertarse en este modelo, por lo que se relacionan con los empresarios de manera informal (de palabra) con los líderes:
…ya sea para el cultivo por arriendo, como para otros acuerdos a corto o mediano plazo, consistentes en la limpieza del terreno, provisión de víveres, o un sistema de empleo temporal del trabajo asalariado, que a fin de cuentas es “trabajar en la chacra ajena como si fuera propia”, pensando que el cultivo les pertenece, para recibir sólo una parte de la ganancia, al ser el patrón quien comercializa los granos. (Centurión, 2010: 136)

 http://desinformemonos.org
 http://desinformemonos.org/2014/03/el-agronegocio-y-el-golpe-parlamentario-a-lugo/

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