El régimen de Obama, en coordinación con sus aliados y servidores, ha
relanzado una virulenta campaña global para destruir gobiernos
independientes, cercar y en última instancia, socavar a sus competidores
globales, y establecer un nuevo orden mundial centrado en Estados
Unidos y la Unión Europea.
Vamos a proceder mediante la identificación de los recientes "ciclos" de
la construcción del imperio estadounidense; los avances y retrocesos;
los métodos y estrategias; los resultados y perspectivas. Nuestro
principal foco serán las dinámicas imperiales que conducir a Estados
Unidos hacia mayores confrontaciones militares, incluyendo las
condiciones que pueden llevar a una guerra mundial.
Ciclos imperiales recientes
La construcción del imperio estadounidense no ha sido un proceso lineal.
Las últimas décadas muestran claramente experiencias contradictorias.
Resumiendo podemos identificar varias fases en las que la construcción
del imperio ha experimentado grandes avances y fuertes retrocesos - con
ciertas salvedades. Estamos analizando los procesos globales, en los que
también hay contra-tendencias limitadas: En medio de los avances
imperiales a gran escala, regiones, países o movimientos han resistido
con éxito o incluso revertido el impulso imperial. En segundo lugar, la
naturaleza cíclica de la construcción del imperio de ninguna manera pone
en duda el carácter imperial del Estado y de la economía y de su
implacable campaña para dominar, explotar y acumular. En tercer lugar,
los métodos y la estrategia que dirigen cada avance imperial difieren de
acuerdo a los cambios entre los países objetivo.
Durante los últimos treinta años, podemos identificar tres fases en la construcción del imperio.
1. Avance imperial entre 1980 y 2000
En el período más o menos desde mediados de los 80 hasta el año 2000, la construcción del imperio se expandió a escala global.
(A) La expansión imperial en las antiguas regiones comunistas
Estados Unidos y la Unión Europea penetraron y hegemonizaron Europa del
Este; desintegraron y saquearon Rusia y a la URSS; privatizaron y
desnacionalizaron cientos de miles de millones de dólares de las
empresas, medios de comunicación de masas y bancos públicos;
incorporaron bases militares a través de Europa del Este en la OTAN y
establecieron regímenes satélites como cómplices en las conquistas
imperiales en África, el Medio Oriente y Asia.
(B) La expansión imperial en América Latina
A partir de principios de los 80 y hasta el final del siglo, la
construcción del imperio avanzó por toda América Latina bajo la fórmula
de "mercados libres y elecciones libres".
Desde México hasta Argentina, los regímenes neoliberales centrados en el
imperio privatizaron y desnacionalizaron más de 5.000 empresas y bancos
públicos, beneficiando a las multinacionales estadounidenses y
europeas. Los líderes políticos se alinearon con los Estados Unidos en
los foros internacionales. Los generales latinoamericanos respondieron
favorablemente a las operaciones militares centradas en Estados Unidos.
Los banqueros extrajeron miles de millones en pagos de la deuda y
lavaron muchos miles de millones más en dinero ilícito. El "Tratado de
Libre Comercio de América del Norte" centrado en Estados Unidos en todo
el continente parecía avanzar de acuerdo a lo programado.
(C) Los avances imperiales en Asia y África
Los regímenes comunistas y nacionalistas fueron despojados de sus
políticas de izquierda y anti-imperialistas y abrieron sus sociedades y
economías a la penetración capitalista. En África, dos países clave de
"izquierda", Angola y la Sudáfrica post-apartheid adoptaron "políticas
de libre mercado".
En Asia, China e Indochina se movieron de manera decisiva hacia
estrategias de desarrollo capitalista, inversión extranjera,
privatizaciones y explotación intensiva del trabajo reemplazando al
igualitarismo colectivista y al anti-imperialismo. La India y otros
países con capitalismo dirigido por el Estado, como Corea del Sur,
Taiwán y Japón, liberalizaron sus economías. Los avances imperiales
fueron acompañados por una mayor volatilidad económica, una agudización
de la lucha de clases y la apertura del proceso electoral para dar
cabida a las facciones capitalistas.
La construcción del imperio se expandió bajo la consigna de "mercados
libres y elecciones libres" - mercados dominados por las grandes
multinacionales y las elecciones que aseguraban el éxito de la élite.
2. Retroceso imperial y reveses de 2000 a 2008
Los costos brutales del avance del imperio llevaron a una
contra-tendencia global, una ola de revueltas contra el neoliberalismo y
la resistencia a las invasiones militares de Estados Unidos. Entre 2000
- 2008 la construcción del imperio estaba bajo asedio y en retirada.
(A) Rusia y China desafían al imperio
La construcción del imperio estadounidense dejó de expandirse y
conquistar en dos regiones estratégicas: Rusia y Asia. Bajo el liderazgo
del presidente Vladimir Putin, el Estado ruso fue reconstruido; el
pillaje y la desintegración se revirtieron. La economía fue aprovechada
para el desarrollo nacional. El ejército fue integrado a un sistema de
defensa y seguridad nacional. Rusia volvió a ser un jugador importante
en la política regional e internacional.
A su vez, el giro de China hacia el capitalismo fue acompañado por una
presencia estatal dinámica y un papel directo en la promoción de un
crecimiento de dos dígitos durante dos décadas: China se convirtió en la
segunda economía más grande del mundo, desplazando a Estados Unidos
como principal socio comercial en Asia y América Latina. El imperio
económico estadounidense estaba en retirada.
(B) América Latina: fin del imperio neoliberal
El neoliberalismo y la "integración" centrada en Estados Unidos llevaron
al saqueo, las crisis económicas y a importantes levantamientos
populares, dando lugar al ascenso de nuevos regímenes de
centro-izquierda e izquierda. Surgieron administraciones
"post-neoliberales" en Bolivia, Venezuela, Ecuador, Brasil, Argentina,
Centroamérica y Uruguay. Los constructores del imperio estadounidense
sufrieron varias derrotas estratégicas.
El esfuerzo de Estados Unidos de asegurar un acuerdo de libre comercio
en la región se vino abajo y fue reemplazado por organizaciones de
integración regional que excluían a los Estados Unidos y Canadá. En su
lugar, Washington ha firmado acuerdos bilaterales con México, Colombia,
Chile, Panamá y Perú.
América Latina ha diversificado sus mercados en Asia y Europa: China
reemplazó a los Estados Unidos como su principal socio comercial. Las
estrategias de desarrollo extractivas y los altos precios de las
materias primas financiaron un mayor gasto social y a la independencia
política.
Las nacionalizaciones selectivas, el aumento de la regulación estatal y
las renegociaciones de la deuda debilitaron la influencia estadounidense
sobre las economías latinoamericanas. Venezuela, bajo el presidente
Hugo Chávez desafió con éxito la hegemonía estadounidense en el Caribe a
través de organizaciones regionales. Las economías del Caribe lograron
una mayor independencia y viabilidad económica a través de la
pertenencia a Petrocaribe, un programa mediante el cual reciben gasolina
desde Venezuela a precios subsidiados. Los países centroamericanos y
andinos aumentaron la seguridad y el comercio a través de la
organización regional, ALBA. Venezuela proporcionó un modelo de
desarrollo alternativo al enfoque neoliberal centrado en Estados Unidos,
en el que las ganancias de la economía extractiva financian programas
sociales a gran escala.
Desde el final de la administración Clinton al final de la
Administración Bush, el imperio económico estaba en retirada. El imperio
había perdido los mercados de Asia y América Latina en favor de China.
América Latina ganó mayor independencia política. El Medio Oriente se
convirtió en "terreno en disputa". Un Estado ruso revisado y más fuerte
se opuso a más invasiones en sus fronteras. La resistencia y las
derrotas militares en Afganistán, Somalia, Irak y el Líbano desafiaron
la dominación estadounidense.
3. Ofensiva imperial: Obama hace avanzar al imperio
Todo el período del régimen de Obama ha intentado revertir el retroceso
de la construcción del imperio. A tal efecto Obama ha desarrollado una
estrategia principalmente militar (1) confrontar y cercar a China y
Rusia, (2) socavar y derrocar a los gobiernos independientes en América
Latina y restablecer regímenes clientes neoliberales, y (3) lanzar
asaltos militares encubiertos y abiertos a regímenes independientes de
todo el mundo.
La ofensiva de la construcción del imperio en el siglo xxi se diferencia
de la década anterior en varios aspectos cruciales: las doctrinas
económicas neoliberales están desacreditadas y los electorados no son
tan fáciles de convencer del beneficio de caer bajo la hegemonía
estadounidense. En otras palabras, los constructores del imperio no
pueden confiar en la diplomacia, las elecciones y la propaganda del
libre mercado para ampliar su alcance imperial como lo hicieron en la
década del 90.
Para revertir el retroceso y avanzar en la construcción de imperios en
el siglo xxi, Washington se dio cuenta de que tenía que confiar en la
fuerza y la violencia. El régimen de Obama destinó miles de millones de
dólares a financiar armas para mercenarios, salarios para combatientes
callejeros y gastos de campaña electoral para los clientes que
participen en campañas de desestabilización. La duplicidad diplomática y
los acuerdos rotos remplazaron a los acuerdos negociados - a gran
escala.
A lo largo del período de Obama ni un solo avance imperial fue asegurado
a través de elecciones, acuerdos diplomáticos o negociaciones
políticas. La presidencia de Obama solicitó y aseguró la masificación de
la red de espionaje global (la NSA) y el asesinato casi diario de
adversarios políticos a través de aviones no tripulados y otros medios.
Las operaciones encubiertas de asesinato de las fuerzas especiales
estadounidenses se expandieron por todo el mundo. Obama asumió
prerrogativas dictatoriales, incluyendo la facultad de ordenar el
asesinato arbitrario de ciudadanos estadounidenses.
El despliegue de la iniciativa global del régimen de Obama para frenar
la retirada imperial y relanzar la construcción del imperio "pivotó"
casi exclusivamente en instrumentos militares: combatientes armados,
ataques aéreos, golpes y violentas tomas de poder golpistas. Matones,
turbas, terroristas islamistas, militaristas sionistas y un popurrí de
asesinos separatistas retrógrados fueron las herramientas de avance
imperial. La elección de los poderes imperiales varió según el tiempo y
las circunstancias políticas.
(A) Confrontando y degradando a China: cerco militar y exclusión económica
Ante la pérdida de los mercados y los desafíos de China como competidor
global, Washington desarrolló dos grandes líneas de ataque: (1) Una
estrategia económica orientada a profundizar la integración de los
países de Asia y América Latina en un pacto de libre comercio que
excluye a China (el Tratado de Libre Comercio Trans-Pacífico), y (2) Un
plan militar diseñado por el Pentágono para batallas aire-mar, enfocado a
la zona continental de China, con un asalto aéreo y de misiles a gran
escala si la estrategia actual de control de las rutas comerciales
marítimas de China de Washington falla (FT, 10/02/14). Si bien la
estrategia militar ofensiva aún está siendo preparada por el Pentágono,
el régimen de Obama está armando su flota marítima a unos pocos
kilómetros de la costa de China, expandiendo sus bases militares en las
Filipinas, Australia y Japón, y estrechando el cerco en torno a las
rutas marítimas estratégicas de China para importaciones vitales como
petróleo, gas y materias primas.
Estados Unidos está promoviendo activamente una alianza militar
indo-japonesa como parte de su estrategia de cerco militar a China.
Maniobras conjuntas militares, coordinación militar de alto nivel y
reuniones entre los oficiales militares japoneses e indios son vistas
por el Pentágono como avances estratégicos en el aislamiento de China y
el reforzamiento del dominio estadounidense absoluto de las rutas
marítimas de China a Medio Oriente, el Sudeste Asiático y más allá.
India, de acuerdo a uno de los principales semanarios de la India, se
considera "como un socio menor de los Estados Unidos. La Armada de la
India se está convirtiendo en el principal gendarme del Océano Índico y
la dependencia de los militares indios respecto del complejo
militar-industrial estadounidense está creciendo..." (Economic and
Political Weekly (Mumbai), 15/02/14, p. 9.)
Estados Unidos también está incrementando su apoyo a los movimientos
separatistas violentos en China, a saber, los tibetanos, uigures y otros
islamistas. La reunión de Obama con el Dalai Lama es un emblema de los
esfuerzos de Washington por fomentar los disturbios internos.
La intervención política tremenda del saliente embajador estadounidense,
Gary Locke, en la política doméstica china es una indicación de que la
diplomacia no es el instrumento primordial de la política del régimen de
Obama cuando se trata de lidiar con China. El embajador Locke se reunió
abiertamente con los separatistas uigures y tibetanos y públicamente
desacreditó el éxito económico y el sistema político de China, al tiempo
que alentó abiertamente la política de oposición (FT, 28/02/14, p. 2).
El intento del gobierno de Obama de hacer avanzar al imperio en Asia a
través de la confrontación militar y los pactos comerciales que excluyen
de China, ha llevado a China a fortalecer su capacidad militar para
evitar la estrangulación marítima. China, responde a la amenaza
comercial estadounidense con el avance de su capacidad productiva,
diversificando sus relaciones comerciales, aumentando sus lazos con
Rusia y profundizando su mercado interno.
Hasta la fecha, la imprudente militarización del Pacífico por parte del
régimen de Obama no ha conducido a una ruptura abierta en las relaciones
con China, pero el camino militar para hacer avanzar al imperio a
expensas de China amenaza con una catástrofe económica mundial o peor,
una guerra mundial.
(B) Avance imperial: aislando, cercando y degradando a Rusia
Con la llegada del presidente Vladimir Putin y la reconstitución del
Estado y la economía rusos, Estados Unidos perdió un cliente vasallo y
fuente de riquezas saqueadas. Los constructores del imperio en
Washington siguieron buscando la "cooperación y colaboración" con Rusia
en el debilitamiento de los estados independientes, aislando a China y
continuando sus guerras coloniales. El Estado ruso, bajo Putin y
Medvedev, había tratado de dar espacio a los constructores del imperio
estadounidense a través de acuerdos negociados, que reforzarían la
posición de Rusia en Europa, reconociendo las fronteras estratégicas de
Rusia y reconociendo las preocupaciones de seguridad rusas. Sin embargo,
la diplomacia rusa aseguró pocas y transitorias ganancias mientras
Estados Unidos y la Unión Europea hicieron grandes ganancias con la
complicidad y pasividad de Rusia.
La agenda no declarada de Washington, especialmente con el impulso de
Obama de relanzar una nueva oleada de conquistas imperiales, es socavar
el resurgimiento de Rusia como un actor importante de la política
mundial. La idea estratégica es aislar a Rusia, debilitar su creciente
presencia internacional y devolverla al estado vasallo del período de
Yeltsin, si es posible.
Desde la toma de poder de Estados Unidos y la UE de Europa del Este, los
Balcanes y los países bálticos, y su transformación en bases militares
de la OTAN y estados vasallos capitalistas en la década del 90, a la
penetración y el saqueo de Rusia durante los años de Yeltsin, la
finalidad primordial de la política occidental era establecer un imperio
unipolar bajo dominio estadounidense.
La Unión Europea y Estados Unidos procedieron a desmembrar Yugoslavia en
mini estados serviles. Luego bombardearon Serbia para arrebatarle
Kosovo, destruyendo uno de los pocos países independientes que seguían
siendo aliados de Rusia. Después, Estados Unidos comenzó a fomentar
levantamientos en Georgia, Ucrania y Chechenia. Bombardearon, invadieron
y posteriormente ocuparon Irak - un ex aliado de Rusia en la región del
Golfo.
La estrategia de la política estadounidense era cercar y reducir a Rusia
a la situación de un poder débil, marginal, y socavar los esfuerzos de
Vladimir Putin de restaurar la posición de Rusia como potencia regional.
En 2008 el régimen títere de Washington en Georgia, probó el temple del
Estado ruso al lanzar un asalto a Osetia del Sur, matando al menos a 10
soldados de paz rusos e hiriendo a cientos (por no hablar de miles de
civiles). El entonces presidente ruso Medvedev respondió enviando a las
fuerzas armadas rusas a repeler a las tropas georgianas y apoyar la
independencia de Abjasia y Osetia del Sur.
Los acuerdos diplomáticos de Estados Unidos con Rusia han sido
asimétricos - Rusia consintió la expansión occidental, a cambio de
"aceptación política". La duplicidad trunca la diplomacia abierta. A
pesar de acordar lo contrario, se establecieron las bases
estadounidenses e instalaciones de misiles en Europa del Este, que
apuntaban a Rusia, bajo el pretexto de que "en realidad estaban
apuntando a Irán". A pesar de que Rusia se quejó de que los acuerdos de
la posguerra fría se rompieron, el imperio ignoró las quejas de Moscú y
el cerco avanzó.
En un desastre diplomático más, Rusia y China firmaron un acuerdo
escrito con Estados Unidos en Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas para permitir a la OTAN involucrarse en "sobrevuelos
humanitarios" en Libia. La OTAN inmediatamente tomó esto como la "luz
verde" para el ataque y la "intervención humanitaria" se convirtió en
una campaña de bombardeos aéreos devastadores que llevó al derrocamiento
del gobierno legítimo de Libia y a la destrucción de Libia como un
Estado norafricano viable e independiente. Al firmar el acuerdo
'humanitario' de la ONU, Rusia y China perdieron un gobierno amigable y
socio comercial en África. Incluso antes, los rusos habían acordado
permitir a Estados Unidos transportar armas y tropas a través de
territorio de la Federación Rusa para apoyar la invasión estadounidense
de Afganistán... sin ganancia recíproca (excepto tal vez un mayor flujo
de heroína afgana).
Los diplomáticos rusos accedieron a las sanciones económicas de la ONU
de inspiración estadounidense (sionista) contra el inexistente programa
de armas nucleares de Irán... socavando a un aliado político y mercado
lucrativo. Moscú creyó que al apoyar las sanciones estadounidenses
contra Irán y concederle rutas de transporte a Afganistán a finales de
2001 iban a recibir algunas "garantías de seguridad" de los
estadounidenses con respecto a los movimientos separatistas en el
Cáucaso. La 'reciprocidad' de Estados Unidos significó apoyar aún más a
los líderes separatistas chechenos exiliados en los Estados Unidos a
pesar de la continua campaña de terror contra civiles rusos - hasta e
incluso después de la masacre chechena de cientos de escolares y
profesores en Beslan en 2004....
Con los Estados Unidos bajo Obama avanzando en su cerco de Rusia en
Eurasia y su aislamiento en el norte de África y Medio Oriente, Putin
decidió finalmente trazar una línea al respaldar al aliado único que le
queda a Rusia en el Medio Oriente, Siria. Putin buscó asegurar una
salida negociada a la invasión mercenaria contra Damasco apoyada por
Occidente y las monarquías del Golfo. Tuvo poco éxito: Estados Unidos y
la Unión Europea incrementaron los envíos de armas, instructores
militares y el financiamiento a 30.000 mercenarios islamistas con base
en Jordania para que se involucraran en los ataques transfronterizos
para derrocar al gobierno sirio.
Washington y Bruselas continuaron su empuje imperial hacia el corazón de
Rusia mediante la organización y financiación de una toma violenta del
poder (un golpe) en el oeste de Ucrania. El régimen de Obama financió a
una coalición de combatientes callejeros, neonazis armados y políticos
neoliberales, por una suma de 5 mil millones de dólares, para derrocar
al régimen electo. Los golpistas se orientaron entonces a acabar con la
autonomía de Crimea y romper los acuerdos de larga data de tratados
militares con Rusia. Bajo una enorme presión por parte del gobierno
autónomo y de la gran mayoría de la población de Crimea y frente a la
pérdida crítica de sus instalaciones militares y navales en el Mar
Negro, Putin, finalmente, movilizó forzosamente a las tropas rusas en
modo defensivo en Crimea.
El régimen de Obama puso en marcha una serie de medidas agresivas contra
Rusia para aislarla y reforzar al tambaleante régimen títere en Kiev:
las sanciones económicas y expulsiones estuvieron a la orden del día...
La toma de Ucrania por Obama marcó el inicio de una "nueva guerra fría".
La toma de Ucrania era parte de la gran estrategia de Obama de hacer
avanzar al imperio.
La toma del poder en Ucrania significó el mayor reto geopolítico para la
existencia continua del Estado ruso. Obama busca ampliar y profundizar
el avance imperial en toda Europa hasta el Cáucaso: el violento golpe y
la posterior defensa del régimen títere en Kiev son elementos clave del
socavamiento de un adversario clave - Rusia.
Después de pretender se "socio" con Rusia, al tiempo que cercenaba a los
aliados de Rusia en los Balcanes y Medio Oriente en las décadas
anteriores, Obama hizo su movida más audaz y temeraria. Despojándose de
todos los pretextos de coexistencia pacífica y acomodación mutua, el
régimen de Obama rompió un acuerdo para compartir el poder con Rusia
respecto del gobierno ucraniano y apoyó el golpe de Estado neo-nazi.
El régimen de Obama supuso que tras haber obtenido la aquiescencia
previa de Rusia a la hora de hacer avanzar al poder imperial
estadounidense en Afganistán, Irak, Libia y la región del Golfo, los
constructores del imperio de Washington tomaron la fatal decisión de
poner a prueba a Rusia en su región geopolítica más estratégica,
afectando directamente a población rusa y a sus activos militares más
estratégicos. Rusia reaccionó con el único lenguaje que entienden en
Washington y Bruselas: con una movilización militar. El avance de la
construcción del imperio a través de la "táctica del salame" y la
diplomacia hipócrita de Obama se acerca a su fin.
(C) Haciendo avanzar al imperio en Medio Oriente y América Latina
El avance imperial de la década del 90 llegó a su fin a mediados de la
primera década del nuevo milenio. Las derrotas en Afganistán, la
retirada de Irak, la desaparición de los regímenes títeres en Egipto y
Túnez, la pérdida de las elecciones en Ucrania y la derrota y
desaparición de regímenes neoliberales pro-estadounidenses en América
Latina se vieron exacerbados por una crisis económica que se profundiza
en los centros imperiales de Europa y Wall Street.
Obama tenía pocas opciones económicas y políticas para hacer avanzar al
imperio. Sin embargo, su régimen estaba decidido a poner fin a la
retirada y hacerlo avanzar, pero recurrió a tácticas y estrategias más
afines al colonial siglo xix y a los regímenes totalitarios del siglo
xx.
Los métodos fueron violentos - el militarismo era el eje de la política.
Pero en un momento de agotamiento imperial interno, las nuevas tácticas
militares reemplazaron a las invasiones terrestres a gran escala. Los
mercenarios armados de manera subsidiaria tomaron el centro del
escenario en el derrocamiento de regímenes que eran blancos de Estados
Unidos. Las afinidades políticas e ideológicas fueron subsumidas bajo el
eufemismo genérico de los "rebeldes". Los medios de comunicación se
alternaron entre presionar por una mayor escalada militar y aprobar el
nivel existente de la guerra imperial. El espectro político en toda
Europa y Estados Unidos se movió hacia la derecha - incluso cuando la
mayoría del electorado rechazó los nuevos enfrentamientos militares, en
especial las guerras terrestres.
Obama fortaleció las tropas en Afganistán, lanzó una guerra aérea que
derrocó al presidente Gadafi y convirtió la Libia en un Estado fallido y
desintegrado. Las guerras subsidiarias se convirtieron en la nueva
estrategia imperial para hacer avanzar la construcción del imperio.
Siria fue escogida – con decenas de miles de extremistas islámicos
reclutados y financiados por los regímenes imperiales y las despóticas
monarquías del Golfo. Millones de refugiados huyeron, decenas de miles
fueron asesinados
En América Latina, Obama apoyó el golpe militar en Honduras que derroco
al gobierno liberal electo del Presidente Manuel Zelaya, reconoció el
golpe parlamentario para derrocar al gobierno de centro-izquierda electo
en Paraguay al tiempo que se negó a reconocer la victoria electoral del
presidente Maduro en Venezuela. Frente a la victoria de Maduro en
Venezuela, Washington ha patrocinado varios meses de violencia callejera
en un intento de desestabilizar el país.
En Ucrania, Egipto, Venezuela y Tailandia, 'la calle' reemplazó a las
elecciones. Los objetivos imperiales estratégicos de Obama se han
centrado en la reconquista y el saqueo de Rusia y su retorno al estatus
vasallo de los años de Boris Yeltsin, el regreso de América Latina a los
regímenes neo-liberales del 90 y a la sumisión de China de la década
del 80. La estrategia imperial ha sido el "conquistar desde dentro"
preparando el escenario para la dominación desde el exterior.
(D) Haciendo avanzar al imperio: Israel y el desvío de Medio Oriente
Una de las grandes paradojas históricas de la retirada imperial
estadounidense del siglo xxi ha sido el papel desempeñado por la
influencia de Israel y su quinta columna sionista incrustada dentro de
la estructura del poder político de Estados Unidos. Las guerras y
sanciones de Washington en Medio Oriente han sido en gran parte a
beneficio de los influyentes 'fundamentalistas de Israel' en la Casa
Blanca, el Pentágono, el Tesoro, el Consejo de Seguridad Nacional y el
Congreso.
Fue en gran parte porque Estados Unidos estaba involucrado en las
guerras e Irak y Afganistán, que Washington "descuidó" las creciente
proezas económicas de China. Al concentrarse en las "guerras de Israel"
en el Medio Oriente, Estados Unidos no estuvo en condiciones de desafiar
el auge del nacionalismo y el populismo en América Latina. Las
prolongadas "guerras de Israel" han agotado a la economía estadounidense
y al entusiasmo del público estadounidense por las nuevas guerras
terrestres en otros lugares.
Los ideólogos sionistas, apodados "neoconservadores", jugaron un papel
decisivo en la conformación del enfoque militarista global para la
construcción del imperio y de la marginación de la construcción del
imperio dirigida por el mercado, favorecida por las multinacionales y la
gigantesca industria extractiva.
El intento de Obama de poner fin a la retirada del imperio causada por
el militarismo sionista no ha dado sus frutos: su esfuerzo por cooptar a
los sionistas y presionar a Israel para que detenga el fomento de
nuevas guerras en Medio Oriente es un fracaso. Su "pivote para Asia" se
ha convertido en una bruta estrategia de cerco militar contra China. Sus
propuestas a Irán han sido bloqueadas por el bloque de poder sionista
en el Congreso y la imposición de los términos de las negociaciones
dictados por los israelíes. Todo el "avance del proyecto de construcción
del imperio", que consistía en definir el legado de Obama, ha sido
debilitada por el enorme costo de hacer caso a los consejos e
instrucciones de los leales a Israel dentro de su administración.
Israel, una de las potencias coloniales más brutales, paradójicamente y
sin querer ha jugado un papel importante en el debilitamiento de los
esfuerzos de Obama por revertir el declive del imperio y avanzar en las
dimensiones económicas y diplomáticas estadounidense de la construcción
del imperio.
Resultados y perspectivas: Haciendo avanzar al imperio en el periodo post-neoliberal
El esfuerzo imprudente de Obama de hacer avanzar al imperio en la
segunda década del siglo xxi es mucho más peligroso que sus predecesores
de fines del siglo xx. Rusia se ha recuperado. No es el estado
desintegrado que Bush y Clinton desmembraron y saquearon. China ya no es
una creciente economía de mercado tan ansiosa por comerciar con los
Estados Unidos, pasando por alto las incursiones estadounidenses en
aguas territoriales chinas. Hoy en día China es una gran potencia
económica, blandiendo su influencia económica en la forma de 3 billones
de dólares en bonos del tesoro estadounidense. China ya no tolera la
interferencia de Estados Unidos en su política doméstica - está
dispuesta a tomar medidas enérgicas contra los separatistas y
terroristas étnicos apoyados por Estados Unidos.
América Latina, incluyendo Venezuela, han desarrollado organizaciones
regionales autónomas, diversificado sus mercados en Asia y estableciendo
un fuerte consenso post-neoliberal. Venezuela ha transformado a su
ejército, otrora el instrumento favorito de los golpes orquestados en
Estados Unidos, en un baluarte del orden democrático existente.
El camino electoral para la construcción del imperio estadounidense se
ha cerrado o requiere una "supervisión" imperial apretada para asegurar
"resultados favorables". La nueva política escogida por Washington es la
violencia: alistar acciones de turbas, mercenarios extremistas,
terroristas islamistas y uigures, neonazis y toda la gentuza del mundo a
su servicio.
El balance de los seis años de "avance del imperio" con Obama están en
duda. El derrocamiento violento del presidente Gadafi no dio lugar a un
régimen cliente estable: la total destrucción y el caos en Libia han
socavado la presencia imperial. Siria está bajo ataque, pero por
fanáticos islamistas antioccidentales. La derrota de Assad no hará
"avanzar al imperio" tanto como hará expandirse el poder de los
islamista radicales (incluyendo a Al Qaeda).
El régimen títere de neoliberales y neonazis en Ucrania está,
literalmente, en bancarrota, desgarrado por conflictos internos y frente
a profundas divisiones regionales. Rusia está amenazada, pero sus
dirigentes han tomado una acción militar decisiva para defender a sus
aliados y bases militares estratégicas en Crimea.
Obama ha provocado y amenazado a sus adversarios pero no ha conseguido
mucho en términos conseguir aliados o clientes valiosos. Su esfuerzo por
replicar los avances imperiales de la década del 90 ha fracasado porque
las relaciones de poder entre Europa y Rusia, Japón y China, y
Venezuela y Colombia han cambiado. Las fuerzas subsidiarias, los aviones
teledirigidos y las fuerzas especiales de Estados Unidos no son capaces
de revertir el retroceso. La crisis económica ha recortado demasiado
profundo, el agotamiento interno con el imperio es demasiado penetrante.
El coste de mantenimiento de Israel es demasiado alto. Hacer avanzar al
imperio en estas circunstancias es un juego peligroso: se corre el
riesgo de una guerra nuclear más grande para superar la adversidad y
retirarse.
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James Petras es un sociólogo estadounidense conocido por sus
estudios sobre el imperialismo, la lucha de clases y los conflictos
latinoamericanos. Ha sido profesor de la Binghamton University de Nueva
York, la Universidad de Pensilvania, y profesor adjunto en Saint Mary's
University, de Halifax (Canadá).
vía:
http://verdadahora.cl/el_agresivo_proyecto_imperialista_de_obama.html
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