- Véronique de Keyser
Aún antes de haber comenzado, la intervención en
siria ya no es ni siquiera un fanguero sino un reguero de mierda. Porque
desde el punto de vista de la legalidad internacional, una intervención
que no cuente con la ONU es frágil. Y si bien la utilización de armas
químicas parece un hecho, lo que está mucho menos claro es la identidad
de los autores de ese crimen.
El gobierno de Bachar al-Assad conocía la gravedad de las
consecuencias que ese acto tendría para él, incluso a los ojos de sus
propios aliados. Mientras que una parte de la oposición siria,
extremadamente heteróclita, ha venido tratando desde hace tiempo de
implicar a la comunidad internacional en el conflicto, comunidad que
hasta ahora había sido reacia, debido al riesgo de deflagración
regional, y había preferido actuar desde lejos. Muchos, sin embargo, lo
dijeron y lo repitieron, hasta el propio Laurent Fabius [ministro
francés de Relaciones Exteriores]: sólo una negociación política puede
resolver la cuestión siria. Intervenir en ese país sin contar con un
respaldo popular masivo es arriesgado.Intervenir e incendiar la región, en un contexto que es casi de guerra fría y con la implicación de Rusia, es una locura. Acrecentar hasta la explosión un número de refugiados imposible de manejar para los países vecinos, es correr al desastre humanitario, con evidentes consecuencias políticas. Y la reciente inclusión de la rama armada del Hezbollah en la lista europea de organizaciones terroristas ha echado todavía más leña al fuego.
La guerra no cura la guerra. En este momento, el deber de proteger es, en primer lugar, el deber de recordar esa verdad evidente. Identificar a quienes recurrieron a las armas químicas, impedir que sigan haciendo daño, llevarlos a los tribunales, hacer justicia y hacer del derecho internacional un arma esencial, sí. Pero no estamos en esa situación y el conflicto sirio muestra, en primer lugar, la impotencia política de la ONU y el espectro de una guerra fría, a la que Obama recientemente aludió a medias. Y todo eso, en un contexto de crisis económica a escala mundial. Todo eso se parece tanto a lo que ya hemos visto en el pasado que debería incitar Europa a la prudencia.
Vía:
http://www.voltairenet.org/article179954.html
http://www.voltairenet.org/article179954.html
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