(APe).-
-Los argentinos somos pagadores seriales…-dijo la presidenta de la
Nación, Cristina Fernández de Kirchner, al anunciar un tercer canje de
bonos con los tenedores del 7 por ciento de la deuda eterna de la
Argentina. Esa que, según explicó, ya se devoró 173.333 millones de
dólares surgidos del pueblo en los diez años de la administración
kirchnerista. También sostuvo la presidenta que solamente sectores
“minoritarios” de la sociedad están en contra de esta “decisión madura y
responsable” de pagar. Calificó la deuda de “soberana”. Curioso
adjetivo que supone que esos dineros fueron para satisfacer necesidades
de las mayorías y que los créditos fueron pedidos por los trabajadores.
El 13 de julio del año 2000, el juez Jorge Ballesteros demostró que esa
deuda era ilegítima, ilegal, usuraria y que ya había sido pagada,
largamente, la exigida en su primer momento. Ese fallo debió tratarse en
el Congreso de la Nación pero no se hizo así.
La principal estafa que terminó encubierta
por la deuda externa eterna fue la perpetrada contra Yacimientos
Petrolíferos Fiscales, la empresa que hizo desarrollar cada pueblo de la
Argentina durante gran parte del siglo veinte porque el petróleo y el
gas son propiedad de la Nación, no de las provincias como consagró la
Constitución de 1994 cuando le quitó la potestad al estado nacional.
El martes de esta misma semana, el gobierno
hizo otro anuncio de peso: dejarán de pagar impuesto a las ganancias
los salarios en blanco inferiores a los 15 mil pesos, algo que venía
siendo reclamado por las distintas centrales obreras, tanto oficialistas
como opositoras.
Pero anoche, sin embargo, lejos de los
anuncios oficiales, la Legislatura de la provincia de Neuquén convalidó
el acuerdo entre la nieta de la Standar Oil, Chevron, con YPF para la
explotación de gas y petróleo no convencionales en el yacimiento de Vaca
Muerta. Ningún argentino pudo acceder al convenio porque se esgrimió
secreto de empresa y seguridad jurídica. La misma seguridad jurídica que
se le ofrece a los tenedores de la fraudulenta deuda externa eterna, se
le niega al pueblo de la Nación.
En la mañana del 28 de agosto, cinco mil
personas, muchas de ellas militantes de la CTA, organizaciones sociales y
pueblos originarios, marcharon hasta las puertas del parlamento
neuquino para repudiar este nuevo capítulo del estatuto legal del
coloniaje, como diría Arturo Jauretche.
Fueron reprimidos con gases lacrimógenos y
balas de goma, tal como hicieron cuando mataron al maestro Carlos
Fuentealba, aquel que anunciaba y bebía el amanecer desde su apellido y
su práctica cotidiana de enseñar a leer y escribir, a sumar y restar a
los hijos de los obreros neuquinos.
Las voces que llegan desde el sur son
contundentes sobre la ferocidad de la represión que custodiaba la
legalización del acuerdo con la multinacional norteamericana. Fuerzas de
seguridad que protegían los intereses extranjeros más que los
nacionales, la misma lógica de “la deuda soberana”, la misma lógica de
ser “pagadores seriales”, la misma lógica de “ser responsables” ante el
mundo.
El diario Río Negro publicó que “un grupo
de manifestantes comenzó a derribar las vallas, por lo que la policía
reaccionó con gases lacrimógenos que fueron respondidos a pedradas.
Minutos más tarde, la Policía reprimió con balas de goma y se
registraron al menos dos heridos, informó el mismo medio. Uno de los
heridos es un joven de 19 años con dos impactos en la frente. Todavía no
hay cifras oficiales ni información sobre detenidos”. Por su parte, el
vocero de la Confederación Mapuche, Jorge Nahuel, expresó su
"preocupación" porque durante esta jornada pueda repetirse la represión
policial contra manifestantes que permanecían frente a la Legislatura de
Neuquén, en rechazo de la aprobación del acuerdo entre YPF y Chevron.
Nahuel manifestó su repudio por lo ocurrido y que los diputados
provinciales aprobaban el pacto entre ambas petroleras darán "impunidad"
a Chevron para contaminar los territorios de su comunidad”. También
lamentó que hubo "diputados que en lugar de participar" de la
movilización estaban "mirando desde la terraza de la Legislatura, como
un espectáculo, cómo se reprime al pueblo de Neuquén".
La represión en Neuquén, el convenio de YPF
con Chevron, el aumento del mínimo no imponible, son diferentes
máscaras que encubren una política económica que suele garantizar más
los derechos de los de afuera que los de adentro.
Vía:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7929:carlos-del-frade&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7929:carlos-del-frade&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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