1.
Se jodió el gobierno de Peña Nieto; aunque quiera reprimir a los 70 mil
maestros no podrá hacerlo porque le va a “salir el tiro por la culata”.
Va estar peor querer sacarlos de zócalo y meterlos a la cárcel porque
el mundo sabrá ya –mucho más que en tiempos del asesino Calderón- el
carácter represivo del gobierno. ¿Quiénes entonces aceptarían correr el
riesgo de invertir sus capitales si no tienen garantía de gigantescas
ganancias? Algunas veces he dicho que los gobernantes “están muy
escolarizados” en universidades; pero cuando se trata de prácticas
políticas actúan como unos tontos. Entre unos días, con el arribo de más
secciones sindicales, los maestros llegarán a 100 mil que, al no caber
en el zócalo, terminarán de ocupar varias calles del llamado centro
histórico.
2.
En varias ocasiones he realizado ese recorrido “a Los Pinos”; pero al
llegar a “chivatito” (por Reforma, a unos cuadras de Auditorio Nacional)
siempre hemos encontrado acordonado por policías y militares, perros y
caballos, esa entrada. No se si alguna vez haya sido recibida una
comisión, pero en esta ocasión sería la oportunidad de Peña para
hacerlo. Realmente a mí nunca me ha parecido esa marcha porque como es
zona residencial de ricos de Las Lomas, no sirve para difundir el
movimiento. ¿Qué tal si a Peña se le prende el foco y recibe una
numerosa comisión de maestros para salir de su enredo? Creo que no hay
mejor protesta que aquella que tome el aeropuerto y el cruce de Reforma e
Insurgentes, buscando bloquear grandes negocios y embajadas.
3.
Si Peña inteligentemente planteara acuerdos con los profesores de la
CNTE no sería –de ninguna manera- signo de debilidad, al contrario,
sería de fortaleza. Si reconociera que lo que ha propuesto Chuayffet y
votado los legisladores fueron hechos a prisa y que puede firmarse un
acuerdo al margen que garantice los derechos de los profesores y la
educación, Peña saldría fortalecido a los ojos de los movimientos
sociales. Si al revés, decide Peña no recibir a los profesores y
continuar con el discurso de “ningún paso atrás”, entonces continuaría
provocando el crecimiento del plantón en el zócalo y sus alrededores,
así como haciendo que se prolongue el movimiento. No debe olvidar que
las inversiones de capital en México dependen de encontrar al país en
plena paz.
4.
Los legisladores de los partidos buscan arrinconar a los maestros con
argumentos leguleyos y autoritarios. Creen que pueden exigir documentos
donde planteen sus demandas cuando los maestros en 12 foros educativos
han dado a conocer sus planteamientos sobre la funesta reforma
educativa. Son mesas de trabajo diversionistas y para hacer tiempo.
¿Podrán los legisladores echar para abajo los acuerdos que ya votaron?
Si esto no es posible entonces las reuniones son de simple
entretenimiento. Por ello las intervención directa de Peña puede ser
importante; no debe olvidarse que el “presidencialismo mexicano” sigue
vivo aún y basta con una orden del presidente para que todas las cosas
cambien. Espero que la marcha a Los Pinos sea determinante. (28/VIII/13)
Pedro Echeverría V.
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