por Robert Galarga
Según la información que circula entre las empresas dedicadas
a dar servicios de información, tecnología y manejo de datos para el
gobierno mexicano, IBM y Hewlett Packard son las dos grandes
trasnacionales que fabricaron el sistema informático capaz de realizar
un sistema de vigilancia a profundidad en las interacciones entre
usuarios de Facebook, de Twitter, cuentas de correo electrónico y otras
redes sociales.
IBM y HP negocian desde hace meses con el CISEN un ambicioso
contrato, cercano a los 230 millones de pesos, para echar a andar un
sistema de vigilancia entre los mexicanos, a través de otras empresas
contratistas involucradas en el proyecto.
La negociación se ha realizado a través de funcionarios como Raymundo
Reyes, responsable de Tecnologías de Información, y de Cossío Ramos, el
mismo personaje que se “infiltró” en el #YoSoy132, haciéndose pasar
como un empresario de las páginas web.
El proyecto busca monitorear y espiar a los ciudadanos en redes
sociales. Todo lo discutido se ha hecho en la absoluta confidencialidad.
No es para menos. El proyecto de espionaje por 230 millones de pesos no
cuenta con el aval del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, ni con el de la responsable de las estrategias de tecnología
digital en el gobierno federal, Alejandra Lagunes, exfuncionaria de
Google y de Grupo Televisa.
Al margen de Osorio Chong y de Lagunes, los intermediarios del CISEN
han negociado con representantes de IBM y de HP. Otras empresas que
estarían involucradas, según los datos obtenidos entre el gremio
informático y de seguridad, son Intellego y EMC Computer Systems SA,
compañías que han tenido varios contratos con el centro de inteligencia
nacional desde 2007.
Por ejemplo, Intellego es un corporativo que ofrece servicios de
gestión de información (Information managment), servicios de tecnología,
y managment consulting, según los datos del propio sitio web de la
empresa. CISEN le compró a Intellego en septiembre de 2007 un “servicio
de consultoría para el diseño del Sistema Integral de Información” por
un monto de 4 millones 57 mil pesos, según el contrato CISEN/006/007,
que se puede consultar en Compranet.
Intellego ha crecido de manera espectacular en los últimos 12 años, a
tal grado, que la revista Expansión la considera una de las 500
empresas más importantes del país por ofrecer “las mejores soluciones de
información y de TI”.
En 2012, Intellego fue el ganador de la licitación del portal Club
Digital de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y ha obtenido
otros contratos con dependencias públicas.
Desde 2009, Intellego se asoció con EMC Computer Systems SA, otra compañía que ofrece servicios en manejo de datos.
Apenas en abril de 2013, EMC Computer, representada por Miguel Ángel
Campos Neri, recibió un contrato por adjudicación directa de 2 millones
438 mil pesos del CISEN para “mantenimiento y conservación de maquinaria
y equipo”, según el contrato 01/04/2013, consultado en Compranet.
Todos estos contratos son menores frente al ambicioso proyecto de
gestionar y ofrecer la tecnología de IBM y de HP para espiar las redes
sociales en México, es decir, las “fuentes abiertas”, a través del
CISEN.
Es un negocio jugoso, delicado y presumiblemente anticonstitucional,
si tomamos en cuenta el perfil y los antecedentes de personajes como
Cossío Ramos, pero también violatorio a la ley de datos personales y al
más elemental derecho a la privacidad entre los ciudadanos.
El escándalo detonado por el joven contratista Edward Snowden ha
alumbrado los opacos intereses de las compañías involucradas y sus
tratos con las agencias gubernamentales. La industria del mercado
mundial de seguridad no se limita solamente a la asesoría a cuerpos
policiacos o fiscalías mundiales. Desde hace cinco años el objetivo es
vigilar y espiar a los ciudadanos en los medios interactivos, a la
usanza del Big Brother orwelliano.
La paranoia desatada desde 2001 en Estados Unidos, a raíz de los
atentados a las Torres Gemelas, ha disparado esta industria a nivel
global. Tan sólo la división IBM Security Sistems aspira a vender 2 mil
millones de dólares hacia 2015 en el mercado mundial de seguridad, cuyo
valor absoluto asciende a unos 90 mil millones de dólares. Entre esos
grandes clientes se encuentran las agencias de inteligencia y seguridad
nacional de los países periféricos, como México.
PRISM es un programa informático que persigue no sólo los mensajes
por correo electrónico sino las comunicaciones de SMS y mensajes
privados en los dispositivos móviles de todo el mundo.
En un texto reciente, Anne Flaherty explicó que PRISM es “como una
pieza triangular de vidrio que toma grandes cantidades de información y
ayuda al gobierno a encontrar fragmentos individuales y manejables…
Documentos muestran que es una de las grandes fuentes de la información
que llega a diario al presidente. PRISM da sentido a la cacofonía de la
información a granel que pasa por internet y ofrece al gobierno los
nombres, direcciones, historial de comunicaciones y archivos completos
de mensajes electrónicos”.
Imagínense un sistema similar en manos de los espías y agentes
infiltrados del CISEN mexicano. Imagínese el gusto que les daría
anticipar quiénes son los ciberactivistas más importantes y cómo se
relacionan entre sí.
fuente
Vía:
https://gcmx.wordpress.com/
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