“La cultura represora es tan cruel y miserable, que para matar dos pájaros solo quiere usar un tiro” (aforismo implicado)
“Rossi: “La Corte privilegió la legalidad corporativa antes que la legitimidad popular”
En declaraciones al noticiero nacional del
Foro Argentino de Radios Comunitarias, el ministro de Defensa y ex jefe
del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi,
expresó que “es un precedente hasta casi peligroso un fallo de la Corte
que no reconoce como fuente legítima de poder a la voluntad popular”
“El Instituto Nacional contra la
Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Delegación
Misiones, expresó “su absoluto repudio y preocupación por los dichos
vertidos por el titular de la Asociación de Plantadores de Tabaco de
Misiones (APTM), Ari Klusener, quien había dicho en un almuerzo entre
empresarios y dirigentes políticos en Panambí, que “si por ahí
hay algún chancho comunista suelto, hay que agarrarlo, hay que meterlo
en cana y hay que secuestrarlo y liquidarlo, porque no podemos tener
chanchos comunistas sueltos, al chancho comunista hay que meterlo a la
parrilla”
(APe).- Hace algunos años, participé en una
mesa debate en apoyo de Luis D Elia. Estaban Carlos Aznarez, Vicente
Zito Lema y Luis. El tema central era una demanda judicial por haber
dicho que odiaba a la burguesía, aunque no me acuerdo bien a qué odiaba.
Mi apoyo tuvo que ver con sostener que el odio es una herramienta
teórica, política y afectiva que permite discriminar al amigo del
enemigo y nos da energía para enfrentarlo. De ahí surge un aforismo
implicado: “para amar al socialismo primero hay que odiar al capitalismo”.
Años después, pareciera que Luis odia a
algunos trabajadores y militantes sociales. Minutos después del último
choque en la línea Sarmiento, Luis desde su programa de radio advertía:
“estén atentos con el Pollo Sobrero y Pino Solanas”. Parece que sin
ningún peritaje, ya sabía quiénes eran los culpables, cómplices,
copartícipes o instigadores. O todo eso junto. Como el diablo sabe por
diablo, pero más sabe por kirchnerista, no había pasado media hora y ya
el mapa de la caza de brujas y brujos estaba armado. Yo odio el
macartismo, de la intensidad que sea.
El anti comunismo visceral de cierto
peronismo fue responsable del martirio de Ingalinella. La alianza
anticomunista argentina (conocida por su sigla triple A) fue el engendro
que el fascismo lopezreguista inventó para arrasar con los sueños de la
patria socialista, e inaugurar las pesadillas del terrorismo de Estado,
cuyo debut en sociedad fue la masacre de Ezeiza. De la cual hoy se
cumplen 40 años.
Otra masacre, la del Puente Pueyrredón, se
llevó las vidas de Darío y Maxi pero además permitió que Duhalde
adelantara el cronograma electoral para sepultar formas populares y
revolucionarias de continuación de la pueblada del 2001 y las consignas
del “que se vayan todos”. Cuando la casa volvió a estar en orden,
entonces el Kirchenerismo tomó las banderas de la luchas populares, les
dio materialidad histórica, pero con una pequeña modificación.
Ahora todo era producto de su inspiración, y
también se bajaba el cuadro del juicio a las juntas militares y a la
Conadep. Néstor Kirchner es el mejor ejemplo de lo que llamo “auto
engendramiento”. De la nada, aparece todo. Me refiero a la nada
militante por los derechos humanos. Antes de ser presidente: nada. Luego
de ser presidente: todo. Nada por allá, todo por acá. Magia
republicana.
Y el todo sigue hasta la actualidad, donde
desde la ley de medios audiovisuales hasta la asignación universal, todo
lo bueno es K, todo lo malo es Corpo. Es simple, es klaro. O sea: que
la estrategia gatopardista es sostener la soberanía popular, mientras
sea una soberanía rigurosamente vigilada. ¿Y quien vigila la soberanía
popular? Los partidos políticos mayoritarios. Por eso hay una ley de
partidos políticos proscriptiva, que necesitó un milagro para Altamira
para sortear las internas abiertas.
Los frentes, contrafrentes, alianzas,
contubernios, mescolanzas, etc, también tienen su razón y sin razón de
ser en esa ley, que ha dejado de ser centro de debate. Lo que no deja de
ser una curiosidad de la oposición de izquierda haber anestesiado ese
debate. Por eso la insistencia en la soberanía popular expresada en
votos a listas sábana de dos plazas partidarias, es de una hipocresía
digna de peor causa.
Si hubiera un interés real en que lo
popular se exprese, de una verdadera y definitiva democratización de la
política, hay dos instrumentos contundentes: el plebiscito vinculante y
la revocación de mandatos. Por ejemplo: De Vido estaría viajando en el
Sarmiento y para no angustiarse escucharía el programa radial de Luis D
Elia.
Un plebiscito anularía toda la nefasta
política de subsidios y pasaría el control de los trenes, por algo hay
que empezar, al Estado con control de los trabajadores y de los
usuarios. O directamente a los trabajadores y a los usuarios sin control
del Estado.
Después de todo, los burócratas nada saben
del transporte público por qué no lo usan, y tampoco usan nada público,
aunque lo defiendan de relato mientras lo atacan con sus políticas de
privatización encubierta. (un Grupo Plaza por ahí…) Los subsidios son
eso: privatizaciones encubiertas, que los 90 no se han ido y que si se
fueron, han “volvido”. Por eso el último choque de trenes, como el
asesinato de Ángeles Rawson, sepulta todo intento de investigar con una
mínima intención de encontrar algo parecido a la verdad.
No hay más verdad en la Argentina: todo son
operaciones de prensa. Oficialistas, opositoras, pero operaciones. Y
una de las operaciones de prensa más brutal es el fútbol para todos (y
todas, incluso las que no les importa el fútbol) en cuyo entretiempo, y
zócalos, la catarata publicitaria te ahoga, especialmente si tu equipo
está perdiendo. Si gana, te la fumás mas tranquilo. El mismo prejuicio
de D Elia para acusar a Sobrero, lo tienen los investigadores para
acusar al encargado del edificio.
No faltará el que diga que es una operación
contra el Suterh. Obviamente, no existe una Verdad. Pero hay verdades
que si no las defendemos, nos arrasarán con mentiras nunca verdaderas y
todo tipo de falsedades. Después de todo, solo la verdad nos hará libres
y por lo tanto, la conclusión es que solo la mentira nos hará
esclavos.
Entonces…¿donde buscamos la verdad? En el
fundante colectivo de la cultura: la lucha de clases. Algo muy distinto,
incluso lo contrario, de la soberanía popular. Porque el voto, al ser
universal, implica el ejercicio de una soberanía neutralizada. De una
soberanía para todos y todas. De un masacote que votó dos veces a un
dirigente que malvendió la república, para no ir más cerca.
Todos votan pero votan lo mismo: la
representación partidocrática. Lo importante nunca se vota. Lo
importante pasa por otro lado: organizaciones del campo social,
sindical, educativo, religioso. Lo que se llama un territorio. Pensado
como un espacio donde se ejerce un poder. Que siempre es colectivo y de
multiplicidades singulares. Lo opuesto a la pirámide verticalista y
represora que Freud denominó Masas Artificiales. Pero lo revolucionario
tiene razones que la Razón de Estado nunca entenderá. Por suerte.
El fascismo lo tiene más claro: por eso
con absoluta impunidad, habla del chancho comunista a la parrilla.
Recuerda con nostalgia los tiempos de la triple A y quizá organizando
una triple K. Con bestias así, hasta Macri parece de centro derecha,
aunque con un leve empujón queda tan cerca del Duce que ni el metrobús
lo salva.
Los estragos democráticos, desde la
masacre de once, la megaminería, los impuestos al salario, el iva
extendido, la represión a los originarios y a los trabajadores, las
leyes anti terrorista y de partidos políticos, etc, etc, tiene dolo
eventual. Pero no sé cuánto tiempo el absoluto poder pasará de lo
eventual a lo necesario. Lo implacablemente necesario. Estaremos no sé
si organizados, pero seguramente en unión para enfrentarlo.
Vía:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7828:alfredo-grande&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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