jueves, 23 de mayo de 2013

Europa: Disturbios en la periferia pobre de Estocolmo por tercera noche consecutiva ... La Haine / Agencias

Los enfrentamientos con la policía se han extendido a varios suburbios inmigrantes de la capital sueca. Hay más de 100 coches quemados y ocho detenidos
La noche del martes los disturbios han vuelto a incendiar el noroeste de Estocolmo. Por tercer día consecutivo, los suburbios de la capital sueca, donde más se siente el disimulado racismo de los suecos, se han convertido en campos de batalla, entre coches quemados y enfrentamientos a pedradas con la policía.
La llama que prendió el domingo en el distrito de Husby —un barrio de 12.000 habitantes en el que el 85% es inmigrante de primera o segunda generación, una de las zonas más afectadas por el neoliberalismo que llegó con el asesinato de Olof Palme— después de la muerte de un hombre de 69 años tiroteado por la policía sigue encendida. Y no solo parece complicada de extinguir, sino que se ha extendido a otras zonas cercanas como Kista, Rinkeby, Jakobsberg e incluso a Norrsborg, al sudoeste de la capital.
Todos estos escenarios tienen algo en común: una mayoría de población inmigrante o de origen extranjero, pobre, con altos índices de desocupación y desplazada culturalmente. El balance de los desórdenes es de al menos ocho detenidos y más de un centenar de coches quemados en tres días. Un alboroto fuera de lugar en la tranquila y políticamente correcta Suecia.
El domingo, en Husby, grupos de jóvenes quemaron cerca de 100 coches. También prendieron fuego a un garaje, lo que obligó a desalojar un edificio entero de apartamentos y, cuando llegó la policía, respondieron a los gases y balas de goma de los represores lanzándoles piedras. En la noche del lunes, otros once vehículos fueron quemados y los enfrentamientos con las fuerzas del orden continuaron, y seis jóvenes de entre 15 y 19 años fueron detenidos.
Al parecer, la chispa que desató el incendio fue la muerte de un vecino de Husby de 69 años, tiroteado por la policía el pasado lunes 14 en su apartamento sin motivo aparente. Aunque la versión policial dice que lo asesinaron "después de haber amenazado a los agentes con un machete".
Tras esas dos madrugadas calientes, los desórdenes se extendieron a otros distritos en la noche del martes. Alrededor de 30 coches más ardieron, se destrozaron los escaparates de bancos y tiendas de lujo. Los enfrentamientos con la policía y los servicios de emergencia, que hacen de chivatos de los represores, se recrudecieron y otras tres personas fueron arrestadas.
Horas antes, el primer ministro conservador, Fredrik Reinfeldt, había salido a la palestra para pedir calma y condenar las acciones violentas. “Hay grupos de jóvenes que piensan que pueden y que deberían cambiar la sociedad por la fuerza. Seamos claros: eso no está bien. No podemos dejarnos gobernar por la violencia”, dice el ultraderechista que envía tropas a Afganistán.
Pero la comparación es demasiado evidente como para obviarla. “Temo que esto vaya a peor. Será como en Francia”, decía Oscar, un joven de Kista de 23 años, al Aftonbladet. En 2005, el asesinato de dos menores, electrocutados cuando huían de una persecución policial ilegal, desató una oleada de disturbios en barrios periféricos de toda Francia que duraron 19 días y se saldaron con miles de millones en daños y cientos de detenidos. El joven de Kista se queja de que llevan años sufriendo “acoso policial, desempleo y aislamiento”, y también alude a la muerte del hombre de 69 años a manos de la policía. “La próxima vez podría ser mi padre, o mi hermano”, señala.

Fotos de El País

Vía:
http://www.lahaine.org/index.php?p=69417

No hay comentarios:

Publicar un comentario