Alto a la represión contra la CNTE en Guerrero, Oaxaca y Michoacán. Libertad a David Venegas, enorme luchador social.
1.
La ocupación de la rectoría de la UNAM, el bloqueo del poder
legislativo en el estado de Guerrero, la toma de carreteras en Oaxaca,
la quema de locales de partidos traidores, el desvío y toma de autobuses
en Michoacán, las movilizaciones de maestros en Chiapas, el bloqueo de
grandes comercios de Soriana, así como otras ocupaciones masivas de
estudiantes y campesinos, han puesto en guardia a la clase gobernante, a
los empresarios y sobre todo a los medios de información que han
arreciado sus campañas de desprestigio contra los profesores de la CNTE,
los estudiantes del CCH y los campesinos, que no están dispuestos a
someterse. Articulistas bien pagados al estilo Fernández Menéndez de
Excélsior y Ricardo Alemán de El Universal y otros más –como siempre lo
hacen en nombre de la paz y el orden- dedican sus escritos a calumniar y
a exigir castigo a los profesores y estudiantes, mientras de paso
defienden los intereses de la clase dominante.
2.
El presidente Enrique Peña Nieto, el llamado Pacto por México de los
partidos y las Cámaras legislativas parecen estar controlando todo al
lograr silenciar a los obreros electricistas, a los mineros, a Mexicana
de Aviación, al partido Morena y al EZLN que en los años recientes
lograron protestas importantes; sin embargo, a pesar de que Peña y el
PRI han avanzado hacia su consolidación, los profesores de la
Coordinadora (CNTE) y los estudiantes del CCH-UNAM siguen presentes en
sus luchas para ser tomados en cuenta: a) los profesores que batallan
contra una “reforma educativa” impuesta por el gobierno sin tomar en
cuenta la situación concreta de los maestros del país; y b) los
estudiantes que exigen la discusión –no la imposición unilateral- de
planes y programas de estudio. ¿De qué diálogo se puede hablar si los
que controlan el poder no están dispuestos a ceder ni un ápice?
3.
Los diferentes rectores de la UNAM han tenido hacia afuera un discurso
progresista y algunas veces crítico; pero en la vida interna de la
universidad mantienen la fuerza que les da el poder, sólo tienen las
puertas abiertas para su círculo íntimo. El llamado Tribunal
Universitario acaba de expulsar –sin derecho a defenderse- a cinco
estudiantes y ha repartido castigos para otros diez. ¿Este es el diálogo
civilizado, de altura, que se ejerce en la UNAM? Si los muchachos
suelen cubrirse la cara, usar pasamontañas, para que no sean reprimidos y
encarcelados por el gobierno, es porque el gobierno no necesita máscara
porque de por sí la llevan para cubrir su verdadera cara: dicen una
cosa y hacen otra. Hablan de diálogo mientras amenazan, expulsan y
reprimen a la disidencia: piden confianza mientras traicionan sus
palabras.
4.
Parece que todo el problema se reduce al Poder. Quien tiene el poder
del dinero, del gobierno, de los medios de de información, del ejército,
de la policía, de la iglesia, de la ciencia, de la interpretación de la
Constitución, de los líderes de partidos y los sindicatos, determina
sobre sus subordinados. ¿Alguien puede decir lo contrario? El diálogo
sólo es un discurso para incautos del que la gente comienza a darse
cuenta. Con base en ello todos los políticos y empresarios hablan del
Estado de Derecho, según su particular interpretación; pero todo se
resume en que la clase en el poder ordena y manda, premia a los sumisos y
castiga a los rebeldes en nombre del derecho. ¿Pero quiénes ordenan y
hacen las leyes para las instituciones que luego los de abajo deben
obedecer y si no recibir el castigo en nombre de esas mismas leyes que
conforman el Estado de Derecho?
5.
Al fin la gente dispuesta a batallar en las calles se dio cuenta de
que las simples marchas con pancartas, bloqueos, incluso con llamados
radicales, sirven muy poco si no se toman y ocupan edificios públicos,
privados y carreteras. Hubo un tiempo en que la clase dominante se
asustaba con las grandes manifestaciones, pero hoy se ríe de ellas
porque saben que basta esperar dos o tres horas para que todo vuelva a
lo mismo. El zócalo de la ciudad de México puede permanecer ocupado
meses, así como la Alameda o el parque de la Solidaridad donde las
mantas de sus ocupantes perdieron el colorido. Pero si se ocupa la
rectoría de la UNAM, se bloquea la carretera hacia Acapulco, si se
tomaran algunos bancos o se bloquearan unos días la entrada de
transporte a la ciudad de México, o el gobierno desesperado solicitaría
diálogo o lanzaría al ejército para reprimir y asesinar.
6.
En las manifestaciones gritamos consignas muy radicales y hasta
festivas, pero de nada sirven si simplemente se reducen a ello. El
gobierno y los empresarios pueden seguir engañando y explotando a los
trabajadores; pueden seguir gozando de sus inmensos negocios y riquezas
porque saben que en México no sucede nada que los amenace en serio. Dos o
tres manifestaciones –bien cuidadas, vigiladas y controladas por la
policía- que son más de lo mismo, son nada; sólo han servido a través de
la historia para desahogar nuestro coraje. Está demostrado que en
adelante debe prepararse a la gente para ocupar –por lo menos una
semana- la estructura del funcionamiento del capitalismo: bloqueo de
carreteras (como la Autopista del Sol), avenidas claves, bancos
centrales, embajada yanqui, grandes fábricas y comercios, entrada de
productos al gigantesco mercado de La Merced.
7.
Este artículo fue bloqueado por la computadora; pero me ha dado tiempo
para enterarme que el maldito gobierno del PRD del estado de Guerrero,
actuando peor que el PRI, ha ordenado reprimir a los profesores del la
CNTE porque no están de acuerdo con la “reforma educativa” que el
gobierno federal busca imponer. Los funestos diputados, en vez de
legislar en su sede de Chilpancingo (la capital del estado) se tuvieron
que trasladar a Acapulco para hacer sus porquerías y provocar más a los
maestros. Los profesores –en defensa de los acuerdos de asamblea- han
decidido romper los vidrios de los locales de los partidos peleles (PAN,
PRD) del gobierno de Peña Nieto. Ahora el maldito gobierno busca
perseguir a dirigentes, tanto del magisterio como de los estudiantes que
tomaron rectoría. (25/IV/13)
Pedro Echeverría V.
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