Testimonios de
la inteligencia rusa, y de un ex traductor del FBI aseguran que uno de
los hermanos chechenos acusado del atentado en Boston, era en realidad
un agente de infiltración. De acuerdo con los informes del jefe de la
Dirección de Contrainteligencia del Ministerio del Interior de Georgia,
coronel Gregory Chanturia, el Fondo Europeo, en colaboración con la
Fundación Jamestown, organizó en el verano de 2012 talleres y seminarios
para jóvenes del Cáucaso. Uno de los asistentes fue Tamerlan Tsarnaev,
quien se encontraba en Rusia, de enero a julio de 2012.
En la
investigación del atentado con explosivos durante la maratón de Boston
atribuidos a los dos hermanos chechenos, Tamerlan Y Dzhokhar Tsarnaev,
aparecen cada vez más comprometidos el FBI y la CIA, porque el abatido
Tamerlan figuraba desde hace más de 15 meses en las listas de
sospechosos que debían ser vigilados, pero fue protegido por los
servicios de inteligencia que lo usaban como agente de infiltración en
las redes islamistas, e incluso lo llevaron a participar en un
taller-seminario para el reclutamiento de terroristas chechenos
organizado por la CIA en el Cáucaso.
Tras varias
desmentidas que resultaron incriminatorias, el FBI tuvo que admitir que
llevaba al menos dos años investigando a Tamerlan Tsarnaev. Según el
periodista Dave Lindorff, “habían interrogado ya a Tamerlan en su casa,
le habían advertido de que estaban registrando cuanto comía, qué páginas
visitaba en su computadora. Sabían que había ido a Rusia, Daguestán y
Chechenia”, escribe Lindorff, quien a renglón seguido se pregunta “si
este horrendo atentado fue otra de la larga cadena de operaciones
encubiertas del FBI que quizá salió mal”. O peor aún, ¿fue esto, en
realidad, como los padres de los Tsarnaev, ahora divorciados y viviendo
por separado en Daguestán, están sugiriendo, un montaje de “bandera
falsa” de las agencias de inteligencia estadounidenses?
UNA VIDA DE RICOS
En este caso plagado de contradicciones, la primera incongruencia es la forma de vida de los hermanos chechenos.
Los dos presuntos
terroristas usaban ropa cara y conducían un costoso Mercedes Benz, que
es caro de mantener. Además, ¿de dónde provenía el dinero para financiar
un viaje de seis meses al Cáucaso?
Evidentemente,
Tamerlan no financiaba sus actividades a traves de su trabajo como
repartidor de pizza. Se ha dicho que la mujer de Tamerlan, una artista,
estaba manteniendo a la familia trabajando de “60 a 80 horas a la semana
como auxiliar sanitaria a domicilio, uno de los trabajos peor pagos en
los EE.UU., con lo que podría deducirse que el checheno estaba en la
nómina de sueldos de alguna de las agencias de inteligencia
estadounidenses.
EL SEMINARIO DE LA FUNDACIÓN JAMESTOWN
Este miércoles, el
periódico ruso Izvestia cita documentos de inteligencia que demuestran
que Tamerlam asistió a un seminario patrocinado por una ONG
estadounidense –vinculada a la CIA–, que se dedicaba a reclutar a
residentes del norte del Cáucaso para trabajar en favor de los intereses
de Estados Unidos y Georgia. Así como en su momento los EE.UU. apoyaron
a Osama Bin Laden para luchar contra los soviéticos, ahora están
apoyando a los terroristas chechenos con el fin de desestabilizar a
Rusia.
De acuerdo con los
informes del jefe de la Dirección de Contrainteligencia del Ministerio
del Interior de Georgia, coronel Gregory Chanturia, el Fondo Europeo, en
colaboración con la Fundación Jamestown, organizó en el verano de 2012
talleres y seminarios para jóvenes del Cáucaso. Uno de los asistentes
fue Tamerlan Tsarnaev, quien se encontraba en Rusia, de enero a julio de
2012.
El Fondo Europeo,
escribe el jefe de los espías georgianos, fue fundado en noviembre 2008,
justo después del conflicto entre Georgia y Osetia del Sur, para el
control de los procesos que tienen lugar en la región del Cáucaso Norte.
La Fundación Jamestown –patrocinadora del seminario– fue fundada con la ayuda del director de la CIA, William Casey, y tiene amplios vínculos con la inteligencia de EE.UU. y las agencias de defensa.
EL DATO DE LA INTELIGENCIA RUSA
El diario Izvestia
confirma que el gobierno ruso contactó varias veces a los Estados
Unidos para advertirles acerca de Tamerlan Tsarnaev, que estaba buscando
vincularse con los grupos armados en el Cáucaso del Norte.
Por su parte, el FBI argumenta que a pedido de los rusos investigó a Tsarnaev, pero no encontró pruebas incriminatorias.
Sin embargo, una ex-traductora del FBI, llamada Sibel Edmonds,
aportó un testimonio clave para armar este extraño rompecabezas: en una
extensa entrevista, Edmonds explicó que varias de las advertencias de
los investigadores rusos al FBI fueron ignoradas por la CIA, porque –con
toda probabilidad–, Tamerlan Tsarnaev era un agente de infiltración
para viajar a la región del Cáucaso de Rusia y hacer contacto con
insurgentes respaldados por Estados Unidos.
La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano,
declaró este martes ante el Congreso que cuando Tsarnaev dejó los
EE.UU. para un viaje de seis meses hasta el Cáucaso, en enero de 2012,
su viaje activó una alerta, pero que cuando regresó nadie se dio cuenta
debido a que la investigación sobre sus actividades había caducado.
La madre de los dos
hermanos -que ahora fue incluida en la lista negra del FBI para
impedirle ingresar a EE.UU-, contradice la versión de la agencia, y
asegura que Tamerlan estuvo en contacto contínuo con el FBI durante un
período que oscila entre tres y cinco años y que controlaban cada uno de
sus pasos.
Lo cierto es que no
hay muchas explicaciones posibles de cómo alguien sometido a una
investigación del FBI como presunto militante islamista podría llevar a
cabo un atentado en el corazón de una ciudad de EE.UU.. Tampoco está en
claro el presunto móvil y la reivindicación del atentado, si es que éste
realmente fue consumado por los chechenos.
La maratón de este año
contaba con un inusual despliegue de seguridad que incluía a guardias
privados de una empresa llamada Craft que usaban camperas y mochilas muy
similares a la de los presuntos terroristas, pero lo más extraño es que
los perros rastreadores de explosivos no hayan detectado a dos
aficionados que supuestamente prepararon dos grandes ollas a presión de
cocina llenas de pólvora negra y clavos, que colocaron en las mochilas y
que iban caminando entre la multitud en la línea de llegada. La pólvora
negra tiene un fuerte olor reconocible y es muy difícil manejarla de
forma limpia.
Teniendo en cuenta el
perverso historial del FBI a la hora de orquestar y financiar complots
terroristas, para después explotarlos tanto para mejorar su propia
imagen como para aterrorizar a la gente, la última organización que
debería encargarse de interrogar a Dzhokhar Tsarnaev en el hospital, y
de investigar todo lo relativo al atentado, es el FBI. La agencia de
Quantico tiene mucho que explicar sobre sí misma en este extraño caso.
Vía,fuente:
http://www.elciudadano.cl/2013/04/28/67147/atentado-en-boston-las-huellas-del-fbi-y-la-cia/
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