“Ni los dioses ni los diablos han condenado a Colombia a una pena de violencia perpetua, que tiene causas terrestres y no es una fatalidad del destino”, expresa el escritor uruguayo Eduardo Galeano en un mensaje a los colombianos publicado este martes.“Yo amo a ese país y soy uno de los muchos que queremos dar fe de la solidaridad que merece ese pueblo y su contagiosa capacidad de belleza y alegría”, declara.
“Ojalá podamos ayudar a que los colombianos rompan esas jaulas de la violencia, nacida de la injusticia social, la impunidad y el miedo, y a pleno pulmón respiren los vientos de libertad que con tanto sacrificio han ganado”, sostiene el mensaje.
El pasado mes de marzo, Galeano, junto a otras personalidades de la literatura, el arte, la filosofía y el periodismo, firmó un manifiesto bajo el título “Por la solución política al conflicto colombiano”, que reproducimos a continuación:
Por la solución política al conflicto colombiano
El conflicto interno en Colombia lleva casi seis décadas, y se ha convertido en uno de los más antiguos del mundo, junto al de Palestina y Cachemira.En esta confrontación la población civil ha sido la primera víctima. Según las cifras que manejan las organizaciones de derechos humanos, nacionales e internacionales, son más de sesenta mil los detenidos-desaparecidos; ocho mil presos políticos; cientos de fosas comunes; cinco millones de campesinos, indígenas y afrodescendientes violentamente desplazados de sus tierras en los últimos diez años, y miles de asesinatos políticos cada año. Instancias internacionales, como la ONU, señalan al Estado, junto a sus grupos paramilitares, como el máximo responsable de tal violencia. La insurgencia, representada en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, aunque en una muy mínima proporción, también tiene su responsabilidad.
Al analizar la historia política del país, se puede afirmar que la guerrilla es consecuencia y no causa de una guerra que tiene raíces económicas, políticas y sociales. También se constata que desde hace 30 años la insurgencia ha insistido por una salida política negociada al conflicto. En los intentos de diálogo que ya se han realizado, los sucesivos gobiernos han utilizado pretextos para romper y no avanzar en la búsqueda de una paz con dignidad. El asesinato de comandantes de las FARC, y la persecución con el mismo fin de los del ELN está encaminado a bloquear las demandas de una negociación.
Igualmente, hemos sido testigos de las grandes movilizaciones realizadas por extensos sectores del pueblo colombiano clamando y exigiendo una salida política que lleve a la paz con justicia social.
En los últimos meses el gobierno colombiano repite que el conflicto sólo concierne a los colombianos. Pero resulta fácil comprobar, observando la geopolítica, que esto no es así, pues por múltiples razones ya incumbe a la región y al continente. Igualmente, al repasar la historia se constata que Estados Unidos tiene una gran responsabilidad en su recrudecimiento, al pretender convertir esta nación en una base militar continental, con el fin de contener los proyectos democráticos que se desarrollan en América Latina. Mientras que instancias regionales como la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, han proclamado a la región como un territorio de paz.
Por lo anterior, hacemos un llamado al gobierno de Colombia y, por extensión, al de Estados Unidos, para que escuchen al pueblo colombiano, y se acepte la propuesta de la insurgencia para buscar una solución política negociada al conflicto. Convencidos estamos que la salida es política y no militar.
LibreRed
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