Bien sabemos que la Derecha conservadora en Chile no va a resolver
los problemas existentes a lo que se refiere a la educación. Al
contrario: la han de amortiguar o agudizar, pero no por capricho alguno,
sino por su naturaleza ideológica, propia de su ADN.
Pronto habrán elecciones presidenciales y los candidatos a la
presidencia ya están desplegando sus fórmulas propagandísticas en cuanto
a diversos temas para de algún modo poder acaparar futuros votos.
Siendo el tema de la Educación como uno de los puntos prioritarios de
sus agendas propagandísticas.
Para el futuro votante no existe mucha alternativa de optar por un
candidato o candidata que realmente quiera resolver lo que los
movimientos sociales en Chile hoy están demandando.
La propaganda desplegada por la Clase Política Dominante se presenta
significativamente dividida únicamente entre dos partes. Todo lo demás
es “aire”, lo que no quiere decir que en un futuro no muy lejano ese
“aire” pueda de algún modo “solidificarse”.
Queramos o no, el tema de la educación será uno de los temas que los
candidatos deberán abordar para poder ir a conquistar al futuro votante.
Por tanto, la única alternativa suave que le hace sentido a esos
potenciales votantes, que querrían ver resultados positivos a los
problemas que hoy hay en la educación u otros temas singulares, no
podría ser otra que la alternativa, lamentable, del “mal menor”:
Michelle Bachelet. Pero no por tener –los potenciales votantes– alguna
simpatía o cercanía con ella, sino porque: por un lado, ese potencial
electorado, no querría nuevamente que la derecha vuelva a gobernar y,
por otro, no ve con buenos ojos que la Derecha conservadora pueda
hacerse cargo de resolver lo que demandan los estudiantes.
No podemos vaticinar los resultados de la próxima elección
presidencial, eso sería caer en lo que ya muchos han definido como
“política de ciencia ficción”, pero sí podemos traducir el ambiente y
dar ideas de lo que podría pasar si uno de los dos bloques llegara
nuevamente al poder político en Chile.
La Clase Política Dominante conoce bien la baja popularidad que
tienen sobre una ciudadanía que dejó de creer en ellos hace rato, pero
que poco a poco ven aumentada esa impopularidad a grados insospechables.
La Clase Económica Dominante, por otra parte, sabe bien que necesita
de una clase política que le garantice “estabilidad” política y
económica y así poder desenvolverse sin obstáculos significativos.
No podemos, por tanto, estar ajenos a ciertos movimientos de pieza
que puedan darnos una idea de lo que “tras bambalinas” se proyecta.
A pocos días de arribar Michelle Bachelet al escenario político
nacional –declarada candidata presidencial–, y junto con ello el enfoque
significativo que han tenido los Medios a cada una de sus
declaraciones, poco a poco se va dilucidando un posible “consenso” entre
la Clase Económica Dominante para que su figura nuevamente pueda
posicionarse y retomar la administración gobernante.
La impresión existente en el ambiente con respecto a su figura, en
relación con los Medios, es que Bachelet está convertida en la figura
que “habla” y sus contrincantes en las figuras que le “replican”.
Impresión que, inclusive, podría ser bien notado en los potenciales
votantes de la Derecha conservadora.
La presencia significativa de Michelle Bachelet en los Medios no es
mera “casualidad”. Las primeras planas, titulares, exclusivas, relativos
a la figura de la ex mandataria, no son ninguna “casualidad”, sino que
obedecen a ciertos intereses.
Si el tema de conversación gira en torno a la figura de Michelle
Bachelet, no es porque su figura sea “atrayente” sino porque los Medios
se han encargado de que así sea.
¿Cómo no hablar de Michelle Bachelet si los Medios se han encargado de darle tribunas significativas desde su llegada a Chile?
Lo anterior nos llevaría a la famosa pregunta del por qué pasa esto.
Pues bien…
Si bien con la llegada de la Derecha conservadora a la presidencia la
Concertación tuvo ciertos cambios desfavorables para una coalición, un
nuevo gobierno de la Derecha conservadora podría significar un “tiro de
gracia” a la patética agonía que hoy sufre la Concertación, terminando
por sepultar a dicha coalición.
Pero a la Clase Económica Dominante en ningún caso le gustaría un
escenario político con una Concertación sepultada y un vacío político
por llenar, ni siquiera a la misma Derecha conservadora.
Es a ese vacío, precisamente, que más le debe temer la Clase
Económica Dominante, ya que saben bien que podría ser llenado por nuevas
fuerzas políticas y antagónicas a sus intereses, ansiosas por emerger.
Por tanto, no es ninguna casualidad que hoy los Medios parecieran
estar pavimentando el camino para que la candidata presidencial Michelle
Bachelet pueda nuevamente llegar al “Poder”. Y bien sabemos a qué
intereses responden los Medios.
Tanto es el significado que se le ha dado a la candidatura de
Michelle Bachelet en los Medios, que los contrincantes más parecieran
ser “adornos replicadores”, sin ideas ni propuestas. A tal punto que su
figura poco a poco ha ido entrando en la categoría de “Progresista”,
para de cierta manera querer satisfacer la sed de los movimientos
sociales.
Pero más que traducir la insatisfacción y el descontento popular, la
candidata Michelle Bachelet está haciendo un burdo “copypaste” para
apropiarse de las demandas populares con un fin meramente electoral.
Algo que ni la Derecha, debemos agradecer, ha querido siquiera explotar.
Michelle Bachelet y su séquito de ningún modo están queriendo
“escuchar”, más bien han optado por explorar propagandísticamente los
“bajos instintos” del vulgo. No por nada se tiene como eje principal a
la Educación y, junto con ello, su frase propagandística “Fin al lucro”
(desplegada inicialmente por los estudiantes movilizados, y teniendo
como ñapa la “gratuidad progresiva”).
Conforme aparecen los puntos claves de campaña de Michelle Bachelet,
más tenemos la impresión de que su proceder más se parece a la de un
pescador ansioso tirando el anzuelo con diversos señuelos para poder de
alguna forma “pescar” a todos los pescados que hay dentro del río.
“Fin al Lucro”, “Reforma tributaria”, “Nueva Constitución”, “Fin al
Sistema Binominal”, “Aborto terapéutico”, aplicación de la Ley
Antiterrorista un “error”, “AFP Estatal”, etc. van conformando los
diversos señuelos para acaparar apoyo en las próximas elecciones.
Lo preocupante es que dichos señuelos son tan complejos de llevar a
cabo que, teniendo a la actual Clase Política Dominante, se hace una
tarea –diríamos– imposible de llevar a cabo o querer resolver.
Por tanto, no nos debemos extrañar si mañana Michelle Bachelet
incorpore a su campaña presidencial más señuelos como bien podría ser la
“Re-Nacionalización del Cobre”, “Matrimonio Homosexual”, “Legalización
del Consumo de Marihuana”, las “Re-Nacionalizaciones del agua y la
electricidad” o hasta un nuevo sistema de transporte que pueda sustituir
al “Transantiago”.
El problema no es que Michelle Bachelet y su séquito levante dichos
señuelos y quiera tener una apariencia de “Progresista”. El problema es
que ya conocemos a su séquito que, tal como levanta la Derecha,
estuvieron “20 años” en el “Poder” y no hicieron cambios profundos a lo
que ahora quieren levantar frente al pueblo y los movimientos sociales.
Michelle Bachelet ¿a quién quiere engañar con todo ese despliegue de señuelos electorales?
Está bien. Quiere “Fin al Lucro”, “AFP Estatal”, “Fin al Binominal”,
etc., pero ¿qué nos asegura que el parlamento ahora sí dará luz verde a
todos los señuelos con los que hoy los ciudadanos están expuestos?
Seamos honestos, además. Michelle Bachelet quiere lo que quiere, pero
¿cómo lo quiere? Todo pareciera indicar que, como “buen político”, todo
lo que quiere tiene “letra chica”; todo es ambiguo:
-Fin al lucro. El concepto es atractivo a primera vista: “fin al
lucro a toda la educación”, pero no te dice que a lo que se refiere más
que nada es “fin al lucro con los recursos estatales” o a los que
reciben recursos estatales. No quiere decir que el lucro habrá de acabar
en la Educación Privada.
-Nueva Constitución. Otro concepto atractivo a primera vista, pero
que no te dice que a lo que realmente se refiere es a hacer una reforma a
la Constitución, de la misma forma como el “socialista” Ricardo Lagos
Escobar la hizo en su momento (2005).
-Gratuidad Universal. Concepto atractivo a primera vista, pero que no
te dice “avanzar hacia la gratuidad universal” en la Educación o
“educación gratuita progresiva”, concepto que suele utilizar la Derecha
conservadora para calmar la efervescencia de los estudiantes
movilizados.
-Reforma Tributaria, Fin al Sistema Binominal, AFP Estatal, Voto en
el Extranjero. Conceptos igualmente atractivos a primera vista, pero que
no te dice que para lograrlos se necesitan un quórum suficiente en el
parlamento para llevarlos a cabo.
Michelle Bachelet debería entender una cosa: nos cansamos de esta
clase política vende patria que en estos últimos años nos ha gobernado.
Nos cansamos de la Concertación; nos cansamos de la Alianza. Ninguno en
el gobierno ha querido sintonizar con las demandas populares, todos han
querido sintonizar con el interés particular de la Clase Económica
Dominante.
Lo mejor que podría hacer Michelle Bachelet es darse una vuelta por
el país y tantear el terreno. Tres años fuera del país no le da el
derecho a venir con arrogancia a decirnos que está dispuesta ahora a
“escuchar” y en un “santiamén”, sin haber recorrido el país, nos venga
con las “soluciones”, pero que se darían sólo si “votase por mi”.
Estuvo cuatro años en el “poder” y… ¿escuchó a los estudiantes?
¿escuchó que no se quería el sistema binominal? ¿escuchó que el pueblo
no quería más la constitución de la Dictadura?
Pero ahora quiere que le compremos su falsa “empatía”; quiere que le
compremos que ha sabido comprender lo que demandan nuestros movimientos
sociales.
¿Tendrá los suficientes ovarios, por ejemplo, como para ir a hacer
campaña electoral a las zonas devastadas por el terremoto y tsunami del
27 de Febrero del 2010? ¿Tendrá los ovarios suficientes como para
presentarse en Dichato, Constitución o Talcahuano?
¿Tendrá los suficientes ovarios como para ir a marchar junto a los
estudiantes que reclaman Fin al Lucro y Educación Gratuita para todos?
Voto con Consciencia
Queramos o no, existe una masa con principio de consciencia política y
otra sin ningún principio de consciencia política. Ambas pueden ejercer
su derecho a voto, pero la apatía por la Clase Política Dominante es
tal que observa todo lo demás con mucho escepticismo y desconfianza.
Ambas son un desafío para las nuevas fuerzas políticas que se quieran
posicionar y apartar del presente status quo.
Y es un hecho:
Gracias al actual voto voluntario, el descontento por la Clase
Política Dominante nuevamente se habrá de ver reflejado en los altos
índices de abstención de las próximas elecciones presidenciales. De eso
no puede haber duda, a menos que se quiera modificar la ley para tapar
la actual putrefacción.
Entiéndase bien.
Votar por Michelle Bachelet (por el “mal menor”) en las próximas
elecciones presidenciales será prácticamente votar por PRORROGAR el
emerger de nuevas fuerzas políticas, ansiosas por entrar a terreno. Y
votar por la Derecha será apostar de cierta manera por agudizar el
ambiente y ponerle fin a la agonía de la Concertación.
Un nuevo gobierno de la Derecha Conservadora terminaría por sepultar a
la Concertación y dejaría un vacío político el cual tendría que ser
aprovechado y ocupado por nuevas fuerzas políticas, antagónicas al
actual status quo.
Entonces la pregunta que debemos tratar de contestar es… ¿queremos
realmente PRORROGAR el emerger de nuevas fuerzas políticas o queremos
agudizar el ambiente y ponerle fin a la agonía de la Concertación?
Tratemos de contestar la pregunta apartando cualquier emoción o
sentimiento que salga a nuestro encuentro. Contestemos y actuemos con
frialdad. El corazón aquí no habrá de resolver nuestros dilemas o
problemas.
Por más difícil que puedan ser nuestras decisiones, debemos siempre apostar por el futuro.
Un voto con consciencia puede ser más peligroso y decisivo que un
voto por mera simpatía ideológica o mera inclinación instintiva.
Un voto sin consciencia es un acto tan infantil que nunca habrá de
valer menos que el acto valiente de una abstención con consciencia.
Una abstención sin consciencia es tan infantil que un voto sin consciencia.
De nuestras decisiones puede estar la clave de nuestro futuro.
Vía:
http://apiavirtual.net/2013/04/17/chile-escucha-bachelet/#more-56896
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