“No es lo mismo la opción por los pobres que seguir produciendo pobres para que no tengan opción”
(aforismo implicado.A.G.)
“Hemos
perdido la brújula de la estrategia necesaria y llega un Papa, que les
resulta a muchos analistas de bolsillo un peligro, porque auténticamente
ha trabajado en villas miserias, con los pobres, denunciado la pobreza
una y otra vez, en todos los gobiernos. Lo hizo en silencio y ahora
muchos lo descubren, Y así fue. Aunque no `pueda gustarnos Y por
supuesto que con los pasos que va dando es seguro que recuperará mucha
gente para su Iglesia. Y seguramente le temen los que no son capaces de
caminar nunca junto a los pueblos, los que dicen amar a Cuba, a Fidel a
Venezuela, a Chávez, pero nunca se acercan a tocar los dolores de sus
pueblos, como ambos hicieron.” (Stella Calloni. Agencia Paco Urondo)
“Traducido
en términos de jornada laboral, de las 8 horas diarias de trabajo, la
remuneración percibida por el trabajador, equivale a sólo 2 horas 20
minutos.
“Si de cada ocho horas de trabajo, los
trabajadores cobran dos, sólo la decisión de perpetuar la desigualdad
puede justificar el argumento de que los salarios no pueden aumentar,
por ejemplo, un 30%”, cuestionó el informe.
Además, sostiene
que en las empresas grandes la situación es peor: “En términos de
jornada laboral, de cada hora de trabajo, los trabajadores se apropian
de 1 hora 50 minutos y los empresarios de 6 horas completas” (Claudio
Lozano. El blog del canto libre)
(APe).- Hace muchos
años, quizá importe cuantos, mi madre me dio una clase de instrucción
cívica casera. Aunque parezca increíble, en la escuela se enseñaban
conceptos sobre lo “cívico”. Se discutía en esa década si la enseñanza
tenía que ser laica o libre. Ya en la primaria, luego de las horas de
clases, los alumnos (es un decir, en realidad los padres de los alumnos)
que así lo deseaban, o creían que lo deseaban, se quedaban a la clase
de “moral”. A pesar de José Ingenieros, de una moral con dogmas. Tantos
dogmas tenía esa moral, que en realidad eran clases de religión. La
doctrina oficial escolar era que eran voluntarias y luego de la hora de
clase. Sin embargo, nunca fue a dar una clase de “moral proletaria” un
obrero comunista, por dar un solo ejemplo. Recuerdo el programa de
televisión Un momento de meditación. Solamente meditaban religiosos, por
cierto, de diferentes confesiones. No sé si era mejor o peor. Un
maestro, un médico, una ingeniera, algún psicoanalista, parecían que no
gozaban del arte de meditar. Retomo. En esos años, década del 60, se
impuso el debate sobre la enseñanza religiosa en los colegios. Laica o
Libre. Un compañero de primaria, que luego entró en la policía federal,
lo cual puede pensarse como daño colateral de la escuela pública,
defendía la enseñanza libre. Por supuesto, la defendía con la convicción
que se puede tener a esa edad, cuando molesta la infancia y se espera
con ansias la pubertad.
Mi madre le preguntó: “¿qué es para vos la enseñanza libre?”.
Décadas
después entendí que mi madre había realizado una “intervención
metacomunicativa”. O sea: no cuestionar si laica o libre, sin antes
entender el significado de “libre” para mi compañerito. La respuesta fue
esclarecedora: “libre es que se pueda enseñar libremente”.
Mi madre,
que no era ninguna santa, pero era buena, (y en mi recuerdo lo sigue
siendo) le contestó: “enseñanza libre es enseñanza religiosa”. Punto sin
aparte. Fue una clase porque aprendí lo que luego denominé “nivel
convencional encubridor”. Libre tiene resonancias favorables. Incluso no
son pocos los que libremente eligen su esclavitud.
Desde ya, la
libertad en su registro conciente desconoce los determinantes
inconcientes de las diversas formas de servidumbre. Pero la estrategia
de la Corporación de la Fe que algunos llaman Iglesia Católica
Apostólica Romana, siempre vende gato por liebre. El lobo con piel de
cordero tiene pasaporte diplomático en el Vaticano.
El único
territorio en el cual es imposible ser cristiano. Por eso Jorge
Bergoglio, ahora Francisco, encarna una de las tantas paradojas de la
cultura represora. En forma simultánea, dos lógicas excluyentes: ser
franciscano y ser vaticano.
Pero estamos en los umbrales, en el
zaguán de antes, de otra noche oscura de la historia. Debería decir día
oscuro, porque en la noche oscura al menos se espera la claridad del
amanecer. La crítica más o menos intensa a Jorge Bergoglio es
descalificada. Stella Calloni, persona respetable, dice: “analistas de
bolsillo”. Ojalá pueda escucharlo a Ruben Dri en la entrevista que le
hice en mi programa de radio “Sueños Posibles”. De bolsillo no tiene
nada. Pero lo más curioso es su afirmación de: “llega un Papa”.
Algo
así como la llegada de la primavera o de una tía que viene de visita.
Llega. En realidad, lo hicieron llegar. Se lo llevaron. Y en algo que
una brillante operación de prensa hizo aparecer como “sorpresa y media”,
(pobre mi madre querida, cuanto razón que tenía) volvió como Francisco.
Lo cual está bien, pero que Stella no analice la formidable operación
de poder que encubre esta sorpresiva designación…es de bolsillo. De Pepe
Bolsillito, colección de cuentos infantiles, con la cual una de las
tantas tías que arrasaron mi infancia, me torturaba. Si la Teología de
la Represión no funcionó en la persona de Benedicto, Inquisidor del
Santo Oficio, vamos a darle otra chance a la Doctrina Social de la
Iglesia. Puedo equivocarme, yo también seré de bolsillo, pero creo que
empezó con la encíclica Labores Excercens. Quizá fue la Rerum Novarum.
Mi memoria me está abandonando, al igual que los ahorros. Pero lo que es
fija era que fue una de las tantas estrategias, todas exitosas, de la
Cultura Represora para frenar, derrotar, corromper, descalificar, al
socialismo.
Luis D Elia lo dijo: Bergoglio es el Wojtyla de Latinoamérica. Twitter no me deja mentir, aunque yo lo escuché por la radio.
La
opción por los pobres que sostiene la Teología de la Liberación, nada
tiene que ver, más bien es lo opuesto, de la asistencia, el
acompañamiento, las colectas, lo caritativo, etc, a las comunidades
pobres. El ya clásico “siempre habrá pobres entre ustedes” de nuestro
Lucifer Mayor, el demonio de Anillaco, sigue vigente.
No soy teólogo,
y si lo fuera, aclaro que soy de bolsillo. Desde la Teología de la
Represión optar por los pobres es sostenerlos en su pobreza. No
exterminarlos.
La opción por los pobres de la Teología de la
Liberación es otra de las formas de decir dictadura del proletariado.
Por favor: siga leyendo. Los proletarios, los “pobretarios” en su
dictadura, realizan la más completa, perfecta, directa y fundante
democracia. La Iglesia es el pueblo de Dios. Y el pueblo necesariamente
es pobre. Porque no hay riqueza para todos. Fútbol puede ser, pero
riqueza no. La opción por los pobres es la convicción política y
evangélica para que dejen de serlo. Desde la pobreza de los pobres habrá
para todos, se multiplicarán los bienes, pero para nadie habrá riqueza.
Para eso hay que subvertir el modo de producción que genera millones de
pobres y cientos de ricos. Si lo llamamos Capitalismo, no está mal.
Cuando Monseñor Romero mártir de El Salvador, se dio cuenta, lo
asesinaron. Pero a él, no a su mensaje político y pastoral. Esta opción
por los pobres que se le adosa a Jorge Bergoglio, es una opción de
bolsillo. Del bolsillo donde se lleva una abultada billetera. La
dictadura cívico, militar, clerical, deportiva fue una masacre
sistemática de pobres. Y selectiva de algunos ricos, para robarles
empresas. El fallecido Martinez de Hoz, que en paz jamás descanse, tenía
un Posgrado en esos menesteres. En este sentido, cierta
socialdemocracia y cierto socialcristianismo se dan la mano. O al menos
se saludan. No quieren eliminar pobres, los asisten, pero tampoco
quieren eliminar la pobreza. Siga leyendo, por favor. Combatir la
pobreza sólo es posible arrasando con la riqueza. ¿Distribución de la
riqueza? Nadie distribuye lo que robó, ya que nadie hace la plata
trabajando. No me acuerdo quien lo dijo. No creo que haya sido alguien
que hizo la opción por los pobres. Creo que él mismo, tampoco es pobre.
Me acordé. Luis Barrionuevo. Desde esta perspectiva incluso la lucha
contra el trabajo esclavo es encubridor.
Porque si no pensamos al
trabajo esclavo como el extremo límite del trabajo explotado, estamos
combatiendo la deformación grotesca sin desmantelar el vero icono, el
verdadero rostro de las relaciones de trabajo. Contratos basura,
flexibilidad laboral, sueldos que no cubren para satisfacer las
necesidades básicas y no básicas. Estafas constantes en la letra chica y
en la palabra rápida. Por eso que mejor manera de sostener las
relaciones capitalistas de explotación, o sea, la apropiación de
plusvalía, que una cruzada contra el macabro retorno de la esclavitud.
El trabajo esclavo es capitalismo no serio. Capitalismo impresentable.
Capitalismo pornográfico. Obsceno. En cambio el capitalismo serio, con
empresarios píos y obreros rebosantes de gratitud por el trabajo
recibido, es bendecido desde la Teología de la Represión y su casa
central, el Vaticano. Otro equívoco perverso es la ley que prohíbe el
trabajo infantil. Ruego seguir leyendo. Se supone que una niña o niño
que trabaje está siendo explotado o esclavizado. Reparemos en el nivel
de degradación que en plena democracia tiene la palabra trabajo. Una ley
contra niños, niñas, adolescentes, adultos, ancianos esclavizados creo
que ya existe. Son varios artículos del Código Penal. A ver si llegamos
al extremo de que la mejor manera de no cambiar las cosas es sancionar
leyes. Y de paso no reglamentarlas, como la Ley Anti Trata.
El
trabajo, incluso el infantil, es una forma de subjetivación necesaria.
Artes, oficios, estrategias de supervivencia. Regularlo, controlarlo,
evaluarlo, asistirlo, es necesario. La prohibición hace de una necesidad
social un tabú.
Curiosamente, se excluye a las empresas familiares,
donde como todos sabemos hay amores que matan. Pero lo importante no es
excluir empresas, sino sostener comunidades. Y el trabajo tiene una
dignidad que nunca entenderán los que legislan desde el Paraíso del
Mercado. Además, siempre se harán más trampas que leyes. Claudio Lozano
lo expresa claramente: de 8 horas trabajadas, el empleador (en realidad
explotador) se queda con 6. ¿Alguien vio un fifty fifty por
ahí? Por eso trabajo esclavo – trabajo explotado son dos expresiones de
lo mismo. Tomamos las dos o atacamos una para blanquear la otra. Los
Unos de hoy se encolumnan para seguir siendo Uno con el Todo. Todos con
Francisco. Los Otros, cada vez menos, se encarnizan con Bergoglio y al
demonizarlo, le hacen otro favor, como si los necesitara. Nosotros,
quiero pensar que no estoy solo, ni siquiera a la madrugada, sostenemos
que para los pobres la opción es la unión de las izquierdas
clasistas y no clasistas, laicas y religiosas, en una estrategia
anticapitalista y democrática. “Habemos Lucha”. Y Nosotros
no abollamos ideologías con palos. Como decíamos en la primaria: “el
que lo dice lo es”. A lo mejor, la sintonía fina es, palabras más,
pensamientos menos, abollar ideologías. Las nuestras. “Habemus Lucha”.
Vía:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7690:los-unos-y-los-otros-y-nosotros&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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